El mal genio de Grumpy Cat: la empresa que gestiona la imagen reclama 100.000 dólares a una mujer que vendió una camiseta con el gato y por la que ganó 1 euro

Aunque el animal falleció en 2019, cuando tenía siete 7 años, su imagen y nombre siguen estando estrictamente protegidos

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Internet ha traído muchas cosas malas: los ciberdelitos, las fake news, el acoso a través de las redes sociales, el aumento de la polarización sociopolítica... Pero también nos ha aportado los memes de gatos. Uno de los más famosos, por su cara de mal humor, es Tardar Sauce,​ más conocida como Grumpy Cat (en español, gata gruñona), que se convirtió en una celebridad del mundo digital allá por 2012-2013. Y aunque ya ha pasado tiempo desde que se murió —en 2019, cuando tenía siete años—, su dueña sigue ganando mucho dinero gracias a su mascota.

Se trata de Tabatha Bundesen, una mujer estadounidense que ha ganado cientos de miles de dólares vendiendo los derechos de imagen del animal... y manteniendo un control muy estricto sobre su uso. En 2013, por ejemplo, firmó un contrato por 150.000 dólares con la marca de café Grenade para que esta usase la imagen de Grumpy Cat en su café helado Grumppuccino, pero luego denunció a la compañía por emplearla sin autorización en otros productos. Como resultado del juicio, recibió una indemnización de 710.000 dólares (más de 600.000 euros).

Bundesen se ha convertido ya en una ‘emprendedora de éxito’, y actúa como tal. Por ello, una mujer australiana, Alda Curtis, enfrenta ahora una multa de 100.000 dólares tras vender una camiseta con un diseño de Grumpy Cat, aunque dibujado, por la que obtuvo una ganancia de 1 dólar. Según ha informado The Guardian, la venta derivó en una sentencia en su contra por infringir los derechos de la marca.

El caso forma parte de una demanda masiva presentada por Grumpy Cat Ltd contra más de 200 vendedores online. La empresa alegó que los productos vendidos en plataformas como RedBubble, que es la que utilizó la mujer australiana, infringían su marca registrada. En septiembre de 2024, un tribunal de Ohio falló a favor de la compañía, imponiendo una indemnización de 100.000 dólares a cada acusado. Si todos los pagos se ejecutaran, la empresa podría recaudar más de 24 millones de dólares.

La camiseta que desató la controversia

Curtis, de 63 años, había abierto su tienda en RedBubble como un pasatiempo mientras estudiaba consejería en los suburbios del norte de Sídney. Entre los productos que ofrecía, se encontraba una camiseta con un diseño de un gato morado y amarillo de expresión triste, titulada “Grumpy Cat Pattern Graphic T-shirt”. Según detalló The Guardian, el diseño había sido licenciado de una página de gráficos y permaneció años en su tienda sin venderse, hasta que una única transacción desencadenó la demanda.

Curtis afirmó que no tenía intención de infringir los derechos de autor y que desconocía que el diseño pudiera estar relacionado con Grumpy Cat, cuyo nombre ni siquiera aparecía en la camiseta. “Fue un accidente, y se están aprovechando de eso”, declaró al medio británico.

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Retiro de fondos y disputas legales

Meses después de la sentencia, Curtis descubrió que 592,75 dólares habían sido retirados de su cuenta de PayPal sin previo aviso. Al intentar recuperar el dinero, la plataforma la remitió a los abogados de Grumpy Cat. Según le explicaron, el retiro es legal, pues es posible descontar fondos de esa plataforma en respuesta a órdenes judiciales.

Curtis asegura no haber recibido ninguna notificación sobre la demanda hasta después de la sentencia, por lo que está luchando para anular el fallo. Según los abogados de Grumpy Cat, el aviso fue enviado a su cuenta de gmail en mayo de 2024, pero Curtis sostiene que no encontró ningún correo relacionado con el tema en esa fecha.

Según The Guardian, el procedimiento de sentencias por defecto en masa es una estrategia común en casos de infracción de marcas y derechos de autor en Estados Unidos. Este enfoque permite a los titulares de propiedad intelectual obtener indemnizaciones significativas, pero puede imponer sanciones desproporcionadas a individuos que podrían haber presentado defensas válidas si hubieran sido notificados adecuadamente.