El cáncer de uretra es un tipo de cáncer poco común que afecta al conducto que transporta la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Este tumor puede presentarse tanto en hombres como en mujeres, aunque es más frecuente en hombres y su diagnóstico suele darse en torno a los 50 años, según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
Aunque la causa exacta del cáncer de uretra es desconocida en la mayoría de los casos, se ha relacionado con factores de riesgo como infecciones por el virus del papiloma humano (VPH), antecedentes de infecciones recurrentes del tracto urinario y enfermedades inflamatorias crónicas en la uretra. Además, los antecedentes de cáncer de vejiga pueden aumentar el riesgo de desarrollar este tipo de cáncer, especialmente en hombres que han pasado por una cistectomía, que es la cirugía que se realiza para extirpar la vejiga.
Los síntomas del cáncer de uretra varían dependiendo de la ubicación y el estadio del tumor. Algunos signos comunes incluyen los siguientes:
- Sangre en la orina (hematuria): en mujeres, este es a menudo el primer síntoma y puede ser detectable solo mediante análisis microscópico.
- Dificultad para orinar: puede haber obstrucción del flujo urinario, lo que causa un chorro de orina débil o delgado.
- Dolor o molestias al orinar: esto ocurre especialmente si el tumor afecta las partes más profundas de la uretra.
- Masas o bultos: en algunos casos, pueden aparecer bultos cerca de la abertura uretral o en áreas internas, dependiendo del sexo de la persona afectada.
Para confirmar el diagnóstico de cáncer de uretra, los médicos suelen realizar una cistouretroscopia, un procedimiento que permite visualizar el interior de la uretra y obtener biopsias de cualquier área sospechosa. Además, se utilizan estudios de imágenes como resonancia magnética o tomografía computarizada para evaluar la extensión del cáncer.
Tratamiento y prevención del cáncer de uretra
El tratamiento depende de varios factores, incluyendo la localización del tumor, su tamaño, el estadio y la profundidad de la invasión. Las principales opciones de tratamiento incluye la cirugía, que puede implicar la extirpación de la uretra afectada y, en algunos casos, también de la vejiga. La cirugía es más común en casos avanzados o cuando el tumor está profundamente infiltrado.
La radioterapia, utilizada sola o en combinación con cirugía, es una opción para reducir el tamaño del tumor o tratar áreas donde no es posible una resección completa. En el caso de la quimioterapia, esta es menos común, aunque puede recomendarse en casos de cáncer avanzado o con metástasis.
El pronóstico varía ampliamente dependiendo del estadio del cáncer y su ubicación específica. Por ejemplo, los cánceres de la uretra distal suelen ser más superficiales y tienen un mejor pronóstico que los ubicados en la uretra proximal, que tienden a ser más invasivos.
Aunque no existe una forma garantizada de prevenir el cáncer de uretra, mantener un buen estado de salud general y controlar las infecciones del tracto urinario recurrentes puede ayudar a reducir el riesgo. La vacunación contra el VPH también puede ser efectiva para prevenir infecciones asociadas a este virus y reducir el riesgo de cánceres relacionados.