Cuando vamos al supermercado podemos encontrar dos tipos de pollo en la zona de carne de aves: pollo de corral e industrial. El primero de un color amarillento y el segundo de un color más claro y rosado. El primero más caro, y el segundo más barato en todas sus versiones, ya sean pechugas de pollo, salchichas, hamburguesas o solomillos, entre otros. ¿Por qué esto es así?
El pollo de corral y el pollo industrial son dos tipos de aves que se diferencian principalmente por sus métodos de cría y alimentación, características que influyen en la calidad de su carne.
Diferencias entre pollo de corral e industrial
El pollo de corral se cría en condiciones de semilibertad, alimentándose principalmente con grano y sin recibir medicamentos. Este tipo de crianza prolonga el tiempo de engorde, permitiendo que el pollo alcance hasta 3 kilogramos de peso. La carne del pollo de corral es más firme, con un color amarillento característico, menos grasa y un sabor más pronunciado. Sin embargo, su producción suele tener un alto coste y es menos competitiva frente al pollo industrial. Por todos estos motivos, cuando consultamos el precio en el supermercado, este es más elevado.
Por otro lado, el pollo industrial se cría en granjas industriales de manera intensiva. Se alimenta con piensos que fomentan un rápido engorde, alcanzando aproximadamente un kilo de peso. La carne del pollo industrial es más pálida y menos intensa en sabor comparada con la del pollo de corral.
Históricamente, el pollo fue considerado un alimento para ocasiones especiales hasta que la producción intensiva lo popularizó, convirtiéndolo en una de las carnes más consumidas mundialmente, justo por detrás del cerdo. Actualmente, la carne de pollo puede encontrarse en el mercado durante todo el año y se caracteriza por su elevado contenido en proteínas de alto valor biológico y su perfil bajo en grasas, especialmente si se consume sin piel.
En términos nutricionales, ambas variedades de pollo son fuentes valiosas de nutrientes, pero con diferentes matices de calidad que responden a las preferencias del consumidor y las prácticas de producción empleadas.
Proteínas, hidratos, grasas y otros nutrientes del pollo
La carne de pollo se caracteriza por ser magra, especialmente si se consume sin piel. Tiene un alto contenido de agua (aproximadamente 70%) y proteínas de alto valor biológico debido a su contenido en aminoácidos esenciales, según los datos del Ministerio de Sanidad de España.
Su grasa es mayormente monoinsaturada, principalmente ácido oleico, aunque también contiene grasa saturada y poliinsaturada, como el ácido linoleico. Además, cuenta con niveles relativamente altos de colesterol en comparación con otras carnes.
Desde el punto de vista nutricional, no contiene hidratos de carbono y es fuente de varios minerales, destacando el hierro y zinc de alta biodisponibilidad. También contiene fósforo y potasio en cantidades significativas, así como pequeñas cantidades de calcio, magnesio y selenio. En cuanto a las vitaminas, predomina el grupo B, en especial la tiamina, riboflavina y niacina, además de pequeñas cantidades de ácido fólico. La carne de pollo es adecuada para dietas de adelgazamiento y para personas mayores y niños, debido a su bajo contenido en grasa y fácil digestibilidad.
Datos de la tabla de composición nutricional (por 100 g de porción comestible):
- Energía: 167 Kcal
- Proteínas: 20 g
- Lípidos totales: 9,7 g
AG saturados: 2,63 g
AG monoinsaturados: 4,37 g
AG poliinsaturados: 1,82 g - v -3: 0,282 g
- C18:2 Linoleico (v -6): 1,502 g
- Colesterol: 110 mg/1000 kcal
- Hidratos de carbono: 0 g
- Fibra: 0 g
- Agua: 70,3 g
- Calcio: 13 mg
- Hierro: 1,1 mg
- Yodo: —
- Magnesio: 22 mg
- Zinc: 1 mg
- Sodio: 64 mg
- Potasio: 248 mg
- Fósforo: 198 mg
- Selenio: 6 µg
- Tiamina (B1): 0,1 mg
- Riboflavina (B2): 0,15 mg
- Equivalentes niacina: 10,4 mg
- Vitamina B6: 0,3 mg
- Folatos: 10 µg
- Vitamina B12: Trazas
- Vitamina C: 0 mg
- Vitamina A (Eq. Retinol): Trazas
- Vitamina D: Trazas
- Vitamina E: —
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