El INE está mejorando en los últimos años el cálculo del Índice de Precios de Consumo (IPC), estadística coyuntural de referencia con la que se hace el seguimiento mensual de la evolución de los precios, que es uno de los indicadores fundamentales para las decisiones de política económica y monetaria. Dentro de las mejoras se incluye la recepción de información directa de empresas privadas, que permite un mayor volumen de datos y ahorro de costes en recogidas manuales. No obstante, el organismo está encontrando resistencia en el ámbito de los supermercados y son minoría los que ya colaboran.
Según ha explicado en una sesión con periodistas Ignacio González Veiga, subdirector general de Estadísticas Coyunturales, el INE recoge manualmente los precios de 462 artículos de la cesta de la compra en 33.000 establecimientos y los completa con otras fuentes para elaborar el IPC. La recogida de campo requiere de encuestadores que van presencialmente una vez al mes a determinados establecimientos comerciales y apuntan el precio de los productos necesarios, pero las nuevas metodologías que está desarrollando el INE tienen a las empresas privadas como emisoras de información por sí mismas para ahorrar estos desplazamientos y obtener muchos datos más.
Dentro del proyecto scanner data, el INE ha pedido a los principales supermercados con implantación nacional que le faciliten los precios de los productos que venden de manera automática, pero solo Alcampo y Carrefour lo hacen actualmente y con una frecuencia semanal. González explica que reciben todos los datos de los productos que venden en caja en toda España, lo cual “desborda por completo” los 462 artículos que se pueden recoger manualmente y supone “una gran mejora”.
“Suspicacias” de algunas cadenas y trámites con El Corte Inglés
Más allá de los dos supermercados citados, González ha anticipado que el convenio con El Corte Inglés ya está firmado, pero aún no están recibiendo los datos. “No se puede hacer de un día para otro. Es rentable a la larga, pero el coste de implantación es bastante alto”, ha afirmado. El INE quiere seguir ampliando este sistema a otras empresas, pero “cuesta muchas veces por suspicacias de las cadenas”, ha reconocido González.
“Una empresa se está retratando, está dando absolutamente toda su información, que es una información para ellos valiosísima (...) queremos que todas las cadenas entiendan que están bajo el secreto estadístico porque no somos cualquiera, somos el INE, y estamos tratando de convencerles de que esto es importante”, ha defendido la institución.
Un ejemplo totalmente implantado de esta metodología es la recepción de precios por parte de las gasolineras, aunque también se da para los precios de los coches, recopilados por el INE a través de sus webs. El organismo también está realizando web scraping para hoteles, apartamentos y otros productos y servicios turísticos y lo quiere ampliar a los billetes de avión y de tren.
Los supermercados han estado en el punto de mira en los dos últimos años por la subida de precios en los alimentos y las estrategias para priorizar sus marcas blancas frente al resto. En reiteradas ocasiones, la última el pasado fin de semana, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, ha propuesto un impuesto especial a “la gran distribución” para gravar sus márgenes y bajar la inflación de los alimentos. Si la rebaja del IVA finaliza el 30 de junio como está previsto, estos productos se encarecerán y aumentará el debate sobre la intervención de los supermercados.