El peligro de entrevistar a un presunto violador como Dani Alves en horario de máxima audiencia

Disuadir a otras víctimas, legitimar el discurso del agresor o generar debates paralelos con mucha desinformación son algunos de los problemas que generan contenidos como la entrevista de Ana Rosa Quintana al exfutbolista

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La sección 3 de la Audiencia de Barcelona confirma la prisión provisional de Dani Alves por presuntamente agredir sexualmente a una chica en la discoteca Sutton. El tribunal rechaza por segunda vez un recurso del exfutbolista.

La entrevista realizada por el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco al exjugador del Barça Dani Alves, encarcelado por una presunta violación a una mujer en una discoteca de Barcelona, ha puesto el foco en el peligro que supone normalizar el discurso y poner en duda el testimonio de la víctima. El futbolista, que ha cambiado su versión de los hechos en varias ocasiones, ha negado las acusaciones durante su entrevista en la cárcel y ha asegurado que ha “perdonado” a la víctima.

Las declaraciones de Alves, que también ha dicho tener la “conciencia tranquila”, han causado indignación y son muchas las voces críticas que consideran que el programa de Ana Rosa sólo busca el “morbo y la audiencia”, pues a nivel informativo entrevistar a un presunto agresor “no aporta nada”, coinciden varias expertas consultadas por Infobae España.

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“Con este tipo de entrevistas se viene abajo el enorme trabajo que se realiza desde las instituciones y organizaciones sociales. Es repugnante y no tiene ningún interés periodístico”, dice Arantxa Elizondo, profesora de Ciencia Política y codirectora del Máster de Igualdad de la Universidad del País Vasco, que teme que este tratamiento mediático de los abusos sexuales pueda disuadir a otras víctimas a denunciar a sus agresores. “Ya no es solo el efecto que puede tener sobre la propia víctima, sino sobre otras que pueden verse reflejadas y tengan dudas en cuanto a denunciar”, añade.

Elizondo considera que los medios de comunicación también tienen una responsabilidad a la hora de informar para erradicar la violencia de género y que con este tipo de entrevistas “se blanquea a los agresores”, pues desacreditan a la víctima. En esa misma línea se pronuncia María Silvestre, catedrática de Sociología de la Universidad de Deusto, que considera que un medio de comunicación “responsable” no debería colocar en el centro de la atención el discurso de un presunto violador, que en el caso de Alves, además, “ni siquiera es consciente de las jerarquías de poder ni de la falta de consentimiento de la víctima”, apunta. “Es un error terrible y se hace mucho daño al trabajo realizado contra las violencias machistas”, insiste Silvestre.

“Circo mediático”

Para Álvaro Morillo, doctor internacional en periodismo, cuando se entrevista a alguien en un programa de televisión “se está legitimando su discurso porque se le da voz” y en algunos casos “permite que su discurso pueda tocar la fibra sensible de la audiencia y cambie la percepción social que se tiene de esa persona”. A veces hay casos judicializados como este, añade, que se convierten en “auténticos circos mediáticos” y pueden generar un gran impacto social a través de programas como el de Ana Rosa.

Este tipo de contenidos producen “juicios paralelos donde periodistas, ciudadanos y vecinos opinan, valoran y dictan sentencia sobre un suceso del que, por lo general, no se han informado debidamente”, señala Morillo, autor de la tesis doctoral La persuasión mediática. Los contenidos televisivos de entretenimiento basura y el mensaje que trasmiten a la sociedad española: el caso de Telecinco.

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La activista feminista y columnista Anita Botwin recuerda que Alves se encuentra en prisión porque así lo ha ordenado la justicia y asegura que dar voz a personas que han cometido delitos, “sean cuales sean, es una falta de respeto a las víctimas”, pues se las revictimiza al verse obligadas a revivir el trauma. “Es un ataque a todas las mujeres que sufren agresiones de este tipo”, dice a este medio.

Y no solo es el programa de Ana Rosa, indica Botwin. También hay otros espacios que ocupan la parrilla televisiva en horarios de máxima audiencia que “están enviando mensajes machistas y normalizando la lacra de la violencia de género, en lugar de hacer un trabajo periodístico y social para terminar con la desigualdad y con todas las formas de opresión hacia las mujeres”.

Otras entrevistas a agresores

La de Alves no es ni mucho menos la única entrevista que ha levantado polémica y generado indignación. En diciembre de 2022, el periódico El Mundo habló con Carlos Navarro, el exconcursante de Gran Hermano conocido como ‘El Yoyas’, que fue condenado por maltrato y está en busca y captura. Tras la entrevista, que se realizó en medio de un bosque, su expareja, Fayna Bethencour, se vio obligada a revivir la experiencia traumática y recordó que su exmarido la maltrató tanto a ella como a sus dos hijos. Fayna también se preguntó entonces dónde estaba la justicia cuando un periodista había podido entrevistar a su agresor sin problemas.

En el caso de ‘La Manada’, los cinco hombres que violaron a una chica de 18 años en los Sanfermines de Pamplona en 2016, también se revictimizó a la joven. La defensa del grupo presentó como prueba un informe de un detective privado que espió a la víctima los días después de la agresión. El objetivo de fotografiar el día a día de la joven, en actitud festiva, era mostrar que no estaba afectada por lo ocurrido.

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