Las exportaciones de soja fueron las protagonistas de la plaza cambiaria, pero igual subieron los dólares financieros

Las liquidaciones de “dólar soja” alcanzaron los USD 1.790 millones en cinco ruedas y el BCRA acumuló compras por USD 1.160 millones. El “contado con liqui” escaló 12 pesos, o 4 por ciento. El libre ganó 3,6%, a $287. Fuertes bajas en Wall Street arrastraron a acciones y bonos argentinos

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La incertidumbre financiera impulsó la dolarización de carteras.
La incertidumbre financiera impulsó la dolarización de carteras.

El ingreso de dólares al mercado de cambios se dio de forma pareja y profusa, gracias al incentivo del “dólar soja” a $200 que, de no mediar variantes, finalizará a fin de mes. Por lo tanto quedan cinco ruedas operativas para aprovechar este beneficio, mientras empiezan a repercutir las especulaciones acerca de qué podrá suceder con la oferta de divisas hacia fin de año, una vez que pase el “aluvión” exportador.

En la semana las operaciones de “dólar soja” ingresaron USD 1.790 millones, prácticamente la mitad del amplio volumen operado, mientras que el Banco Central, que asumió el costo de pagarles a los sojeros $200 por cada dólar liquidado y revender parte al tipo de cambio oficial, acumuló importantes compras netas semanales de 1.160 millones de dólares.

En las últimas 14 sesiones operativas desde el pasado 6 de septiembre las liquidaciones por el esquema de dólar soja alcanzaron los USD 5.372,9 millones, por encima de lo previsto por el Gobierno para el transcurso del mes, unos USD 5.000 millones, a falta de cinco ruedas operativas con vigencia de este beneficio para exportadores.

Desde la llegada del “dólar soja”, el BCRA quedó con un saldo positivo en dicho período de USD 3.254 millones, alentado por la implementación de este tipo de cambio temporal para la exportación del agro.

La brecha cambiaria entre el dólar mayorista y el libre se estiró al 97,3%

No obstante, los agentes financieros ya están mirando el día después del “dólar soja”, con reservas todavía en niveles críticos, un ostensible atraso cambiario y presiones inflacionarias que no ceden del 7% mensual.

“Esta elevada comercialización y liquidación de divisas de setiembre es un fenómeno claramente excepcional -no sostenible-, siendo de esperar una caída importante en los últimos tres meses del año, a medida que la comercialización se regulariza volviendo a un patrón histórico, y considerando que los granos que se pueden vender son sólo aquellos producidos en el ciclo, descontadas las existencias que usualmente se mantienen”, estimó Juan Manuel Garzón, economista del IERAL de la Fundación Mediterránea.

Por ese motivo, no sorprendió la reacción alcista de los dólares negociados por fuera del control de capitales. El dólar libre avanzó diez pesos o 3,6% semanal, a 287 pesos. Y en la Bolsa, el dólar “contado con liquidación” trepó unos doce pesos, a $312, con una ganancia de 4 por ciento.

En el mercado mayorista el tipo de cambio oficial subió $1,92, a 145,44 pesos. La devaluación regulada por el Banco Central en la plaza mayorista progresa a una tasa del 6,2% mensual, mientras que la brecha cambiaria con el dólar libre quedó en el 97,3 por ciento.

“Mientras los operadores evalúan la marcha de las liquidaciones en el ‘dólar soja’, tras las últimas medidas, y la velocidad del crawling peg, ya que reforzar las reservas sigue siendo prioridad en el actual contexto en busca recuperar una mayor calma”, resumió el economista Gustavo Ber. “En dicho sentido, es que la incertidumbre externa e interna han despertado a los dólares financieros, los cuales superan la barrera ‘psicológica’ de los $300 y la brecha del 100%, aún cuando se venía acelerando el ritmo del dólar mayorista para cerrarla también de abajo hacia arriba”, agregó.

“Ello deja en claro que los inversores vuelven a privilegiar la cautela y la búsqueda de cobertura, al reconocer además que la elevada nominalidad de la economía empuja de fondo, y por ello no resultaría conveniente anclarse a referencias estáticas”, completó el titular del Estudio Ber.

Desde Portfolio Personal Inversiones comentaron que “el tiempo que el dólar soja había comprado en un principio se agotó mucho antes de lo esperado”, pues “las expectativas de devaluación cedieron marginalmente de cortísimo plazo y subieron en el mediano y largo. En otras palabras, para el mercado la chance de una devaluación sigue más latente que nunca”, según se desprende de los contratos de dólar futuro en Rofex y en la curva de rendimientos de los bonos dólar linked.

Los mercados anticipan una recesión global

La suba de 75 puntos básicos dispuesta por la Reserva Federal de los EEUU (Fed) para las tasas de referencia confirmó las expectativas de los agentes financieros, que se anticipan a un período recesivo para la economía global en los próximos meses. La respuesta de las cotizaciones confluyó en esa línea, con bajas semanales contundentes, de un 5% para el panel tecnológico Nasdaq de Nueva York, y de 4% para el Dow Jones de industriales.

Los activos argentinos no pudieron escindirse del pesimismo inversor y la creciente aversión al riesgo. El índice líder S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires registró una baja de 1,9% en pesos, en los 142.931 puntos, para alejarse de su récord nominal intradiario de 150.971 puntos anotado el lunes 19 por la mañana. En dólares “contado con liqui” la baja del Merval fue de 5,3 por ciento.

Los bonos Globales en dólares acusaron una pérdida semanal del 5% en promedio, mientras que el riesgo país de JP Morgan, que mide la brecha de tasas de los bonos del Tesoro de los EEUU con sus pares emergentes, ascendió cerca de 150 unidades para la Argentina, a 2.528 puntos básicos.

Hay que recordar que el riesgo país argentino alcanzó un reciente máximo de 2.976 unidades anotado en julio pasado.

Para los expertos de Research for Traders, los activos bursátiles siguen “afectados por el complicado contexto externo en medio de la suba de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EEUU”, mientras que “además influyeron las dudas sobre la economía doméstica ante la elevada inflación, amplio déficit fiscal, y preocupante nivel de reservas pese al ingreso de divisas por parte de agroexportadores de soja”.

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