Fuerte elogio al ministro Martín Guzmán en las páginas del Financial Times

Rana Foroohar, editora de negocios de la influyente publicación británica, dice que su sólida formación académica y matemática no le hizo olvidar al ministro sus principios morales y que su eventual éxito en la negociación de la deuda hasta podría cambiar la teoría económica.

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Ilustración del heterodoxo elogio de la editora de Negocios de la ortodoxa publicación británica al flamante ministro argentino
Ilustración del heterodoxo elogio de la editora de Negocios de la ortodoxa publicación británica al flamante ministro argentino

El ministro de Economía, Martín Guzmán, recibió ayer un fuerte respaldo en las páginas del Financial Times, una de las más influyentes del mundo de los negocios y las finanzas globales.

En una columna de opinión, Rana Foroohar, editora y columnista de negocios de la publicación británica, dice que el ministro de Economía argentino "muestra un mejor modo de tratar las crisis de deuda” y que su sólida formación académica no le ha hecho olvidar sus principios morales.

Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 1981, es muy elogioso de la formación y orientación de su discípulo argentino
Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía 1981, es muy elogioso de la formación y orientación de su discípulo argentino

“Lo que tiene Martín -cita la autora al mentor de Guzmán en la Universidad de Columbia, el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz- es que es buenísimo con los modelos matemáticos, pero también está interesado en cambiar las cosas en el mundo real”.

Lo que tiene Martín es que es buenísimo con los modelos matemáticas, pero también está interesa en cambiar las cosas en el mundo real, dice el mentor académico de Guzmán, Joseph Stiglitz

Foroohar, autora de un libro sobre Silicon Valley y también analista global de CNN, celebra que el ministro argentino no esté entre los economistas para los que las crisis de deuda se solucionan recortando el gasto. Como contraejemplo, cita el caso de Grecia, cuyos esfuerzos en ese sentido -alentados por el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea- resultaron en una caída de 25% del PBI griego.

“La designación de Martín Guzmán como nuevo ministro de Economía de la Argentina y la subsecuente estabilización del precio de los bonos argentinos y del peso marcan un punto de inflexión de la sabiduría convencional acerca de cómo arreglar países en dificultades”, dice en un pasaje. Mejor aún, agrega, "marca también otro paso en el más importante viraje económico de nuestros tiempos: el paso de una era de acumulación de riqueza, que comenzó en los 80s, a una de distribución de riqueza”.

La propia Foroohar señala que “a primera vista” el optimismo inicial de los mercados “no tiene sentido”, pues Guzmán es partidario de una posición más dura hacia los acreedores. Pero el ahora ministro argentino ha argumentado que la mayoría de las reestructuraciones de deuda pecaron por tímidas y tardías y fueron seguidas de nuevas reestructuraciones entre tres y siete años más tarde.

<mark class="hl_orange">Contra las superganancias</mark>

Si Guzmán tiene éxito en aplicar a la Argentina sus principios -dice el texto- será más difícil para acreedores como Paul Singer conseguir ganancias de 1.270 % especulando con la deuda de países sobreendeudados, como hizo en 2016 al cabo de una batalla legal de 14 años contra la Argentina (Singer es un acreedor “buitre”, especializado en litigios, que llegó a ser el primer contribuyente particular de la campaña electoral que llevó a la presidencia a George Bush Jr).

Foroohar hasta se entusiasma con los efectos de un potencial éxito de Guzmán sobre la teoría económica, en la medida que serviría para desacreditar la “sabiduría convencional del neoliberalismo, que “en los últimos 40 años ha asumido una suerte de perfección de mercado que nunca existió”. Por el contrario, dice, las crisis de deuda son complicadas y asumir una narrativa simplista de que el mejor modo de tratar con naciones “derrochonas” es ajustarles el crédito, lleva a decisiones que empobrecen a todos.

Obviamente, dice la nota, países altamente endeudados como la Argentina no pueden tener todo lo que quieren, pero tampoco los acreedores. Al respecto, destaca que actualmente el stock de deuda global es mayor a la que había cuando estalló la crisis de 2008 y que los gobiernos están más comprometidos. “Ayudarlos a encontrar una mejor manera de pagar está en el interés de todos”.

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