Buscan al empleado de un club del ascenso por una estafa cripto a futbolistas y empresarios: los detalles del caso

El 25 de marzo de este año Estudiantes de Río Cuarto empataba cero a cero con Mitre de Santiago del Estero por la octava fecha de la Primera Nacional. Ese día, detrás de los arcos en el estadio del club cordobés, debutaba un nuevo sponsor: CryptoDeFi. Apenas unos días antes había firmado el contrato con el club para aportar dinero y, según el comunicado oficial de presentación, “seguir creciendo de la mano del fútbol”. Y CryptoDefi no mintió: la empresa cuya cara visible era el jefe de prensa y vocal suplente de la institución, Matías Centurión, creció con el fútbol. Claro que por lo que investiga la Justicia, lo habría hecho de manera espuria: el empleado de sólo 22 años desapareció en la madrugada del jueves después de hacer el programa partidario por Youtube y nada más se supo de él. Y esta mañana la Unidad Judicial Número Uno de la ciudad perteneciente al Ministerio Público Fiscal de la provincia emitió una orden para dar con su paradero, aclarando que mide 1,70 metros, es delgado, de tez blanca, cabello oscuro corto con un jopo en la parte frontal y ojos color marrón. Y agrega en su comunicado que tiene un tatuaje en el brazo izquierdo que reza CR7 (NdR: como se identifica Cristiano Ronaldo) escrito en letras góticas. ¿De qué se lo estaría acusando? De haber defraudado por un esquema parecido a las estafas Ponzi a buena parte del plantel de la institución y a empresarios de la zona por una suma que algunos arriesgan supera el medio millón de dólares. Tremendo.

Centurión había arribado al León de Río Cuarto, como se apoda al equipo, después de trabar relación con varios dirigentes. Primero desde la tribuna, después desde la institución, aportaba dinero para los recibimientos del equipo de local y también para pagar vituallas en los viajes de visitante. En las elecciones nacionales y provinciales de 2023 se lo había vinculado a la red de difusores por la web de las propuestas de La Libertad Avanza. Ambas cosas llamaron la atención del presidente del club, Alfredo Dagatti, quien lo incorporó a su staff poniéndolo como hombre de prensa. Y ahí empezó a tejer relación con los futbolistas. Y les vendió su negocio: hacer dinero a través de una plataforma de finanzas desentralizadas (Defi) que se manejan por la tecnología blockchain y eluden los controles de las agencias gubernamentales. Ofrecía rendimientos que iban hasta el cinco por ciento mensual en dólares todo a través de criptomonedas operadas por medio de la red Ethereum.

Para poder captar los inversores, hizo una jugada maestra: se convirtió en sponsor del fútbol. ¿Quién iba a desconfiar de un empleado que era la cara de la empresa con la que se asociaba al club? Y desde ese lugar, fue recaudando dinero tras dinero de los jugadores. Y su crecimiento patrimonial también se veía reflejado en otros emprendimientos comerciales: se había acercado a los dueños de la noche riocuartense para asociarse con empresarios de boliches bailables y también estaba por abrir una franquicia de venta de bebidas alcohólicas tanto presencial como por delivery en la zona comercial más fuerte de la ciudad, frente al Shopping Paseo Ribera. La vida de nuevo rico parecía sonreírle al jefe de prensa del León.

La maniobra no tuvo problemas en los primeros meses, cuando empezó a pagar los rendimientos prometidos. El tema, según investiga la Justicia, es que llegado el mes de diciembre, varios comenzaron a reclamar el retiro del capital. Algunos futbolistas porque dejaban el club, otros para utilizar las ganancias en sus vacaciones. Y ahí, como en toda estafa piramidal, a Centurión se le habría complicado la devolución del dinero invertido. Fue así que después de haber realizado como si nada sucediera otro programa con la información de Estudiantes por Youtube, armó sus valijas, borró toda su historia digital y desde ese momento nadie más lo encuentra. Fue el periodista Alejo Villagra, de la emisora 102.9 de la ciudad, el que dio la primicia de que ni siquiera se lo podía ubicar por Whatsapp. Y ahí se sucedió el pánico generalizado entre quienes le habían confiado sus ahorros a Centurión, lo que provocó que la Justicia pidiera ayuda para dar con su paradero.

La página de Instagram donde se promociona la empresa, CryptoDefiar todavía sigue activa y está en funcionamiento desde el 10 de marzo, apenas unos días antes de aparecer como sponsor del equipo. Allí se promocionan las presuntas actividades económicas de la plataforma mezclada con interacciones con el club y hasta con algunos deportistas, como el defensor central Nicolás Foglia.

A nadie pareció llamarle la atención que sólo tuviera 108 seguidores y que no hubiese ningún otro activo para la financiera más que su relación con el club riocuartense. La última actividad es, además, de fines de agosto de este año. Todo demasiado sugestivo. Lo cierto es que ahora lo buscan por todo el país, habrá que ver si el ex jefe de prensa decide presentarse, aclarar la cuestión y pagar lo que estaba invertido, o si se mantiene en una presunta clandestinidad.

Este es el segundo hecho que le pega de frente al club vinculado a cuestiones delictivas y judiciales. A comienzos de este mes su presidente, el poderoso empresario Alicio Dagatti que es dueño de tres frigoríficos, pre que lleva adelante el fiscal de delitos complejos Enrique Gavier y que ya tiene 17 aprehendidos, entre ellos altos mandos del Servicio Penitenciario cordobés. En este caso la Justicia investiga una supuesta y escandalosa asociación ilícita que le proveía a los presos de drogas, alcohol, psicofármacos y celulares con cargadores, auriculares y cables USB para hacer estafas virtuales y aprietes desde el penal de Bower, el más importante de la provincia. ¿Y por qué Dagatti quedó envuelto en este proceso? Porque un camión perteneciente a la empresa Livorno, uno de sus tres frigoríficos, que provee el servicio de comida al Servicio Penitenciario, fue requisado el 26/12/23 y le encontraron entre las medias reses todo lo que se enumeró en el párrafo anterior.