Quedó tetrapléjico por un tackle peligroso y pide que el infractor vaya preso: “Quiso vengarse”

Mathias Dantin se presentó ante la Justicia para solicitar una pena de cárcel contra el acusado. “Todavía no me ha pedido perdón. Ahora mi objetivo ya no es perdonar”, aseguró

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Mathias Dantin tiene 18 años
Mathias Dantin tiene 18 años

El mundo del rugby vive horas convulsionadas por un juicio que se está llevando a cabo en el tribunal correccional de Tarbes, ciudad francesa del departamento de Altos Pirineos, que podría desembocar en una sentencia judicial tras una acción de juego en un partido llevado a cabo bajo el ámbito escolar el 14 de diciembre de 2022 en esa región gala. Mathias Dantin es el denunciante en la Justicia y pide 18 meses de cárcel para un rival que lo dejó tetrapléjico por un golpe en medio de un juego entre Saint-Pierre de Tarbes y Notre-Dame de Garaison de Monléon-Magnoac.

El joven de -ahora- 18 años pasó a estar de manera permanente en una silla de ruedas después de salir de la cancha con dos vértebras cervicales dislocadas y fracturadas, dos arterias dañadas y una médula espinal comprimida. Philibert, presunto agresor de 20 años, es acusado de un “tackle catedralicio retardado”, según señala el tribunal. Esta maniobra implica voltearlo cabeza abajo antes de aplastarlo con su peso después de perder el equilibrio. Todo tuvo lugar luego de un scrum en el que Dantin recuperó el balón antes de pasárselo a un compañero, justo antes de ser tackleado. “Quiero que me reconozcan como víctima, no soy un daño colateral. Por eso presentamos una denuncia”, contó el hombre en declaraciones recogidas por el diario local L’Équipe.

Mathias remarcó en el estrado que, bajo su mirada, “pretendía causar daño con este gesto, demostrar su superioridad en el juego porque también jugaba a nivel de club, pero su comportamiento agresivo no tiene cabida en un campo de rugby”. Este tipo de encuentros intercolegiales están organizados por la UNSS (Unión Nacional del Deporte Escolar) y son arbitrados por los profesores de educación física de los establecimientos o los propios estudiantes.

Mathias Dantin necesita ayuda de
Mathias Dantin necesita ayuda de sus padres en su rutina cotidiana

Philibert, acusado de violencia voluntaria que provocó una discapacidad permanente, aseguró: “No tuve conciencia en el momento de que era peligroso”. Él reconoció su responsabilidad, aunque lo matizó: “Hice un placaje regular que tuvo consecuencias trágicas pero no fue a destiempo, estoy convencido de que Mathias aún tenía el balón en la mano”.

“Lo agarré a la altura de las caderas, de la cintura, pero tal vez mi movimiento no estaba controlado. Me acusaron de haberlo hecho intencionadamente pero no lo acepto, no tuve conciencia en el momento de que era peligroso. Hubo una falta de control”, aseguró. Actualmente, vive en Toulouse y estudia cuestiones ligadas al negocio digital.

Sobre aquella acción, Mathias se expidió sobre las sensaciones iniciales a esa entrada: escuchó su cuerpo “crujir como un árbol” cuando Philibert lo aplastó en el suelo con todo su peso. Recordó en el estrado un antecedente reciente con el infractor cuando ambos jugaban al rugby: “Durante el torneo anterior vi a este chico, porque me habían asignado el puesto de entrenador de mi equipo, y noté que se comportaba con bastante arrogancia. Se lo señalé a los profesores. Un mes después, durante el partido en el que me lesioné, choqué con él en una acción, balón en mano, se había caído y creo que debió sentirse humillado y quiso vengarse. Pero para mí, lo que hizo no puede describirse como una entrada, ni siquiera como una entrada catedral, es un ataque. Había un deseo de hacer daño, de lastimar. Me tomó por detrás, sin balón, me cargó tres o cuatro metros y me empujó contra el suelo, con la cabeza gacha...”.

El fiscal definió al gesto como “muy deliberado, una entrada catedralicia, un gesto prohibido de extrema gravedad, y el hecho de voltear a Mathias fue deliberado. No hubo falta de control, sino una intención deliberada”.

El padre del denunciante, Jérome Dantin, recuerda cada momento del instante que presenció y le cambió la vida a su hijo: “Veo todas las noches la escena del tackle, no necesito ver el video. Hoy, yo soy Mathias, soy sus brazos, soy sus piernas y quiero que mi hijo pueda tener una vida tan buena como antes de este drama”. El joven toma 15 comprimidos al día, necesita ayuda para orinar, no puede leer un libro solo o levantar su teléfono si se cae. Así lo ilustra: “De repente me encontré en el cuerpo de otra persona. Soy un adulto con las capacidades de un bebé al que hay que ayudar a comer, a hacer sus necesidades”.

El 18 de febrero se
El 18 de febrero se conocerá el veredicto contra el acusado

Mathias, que estudia Derecho en una universidad de Toulouse, expresó que nunca recibió un mensaje de disculpas: “Hoy, dos años después, todavía no me ha pedido perdón. Ahora mi objetivo ya no es perdonar”. Asiste a distintas escuelas o clubes de rugby para contar su historia y dejar claro que ser discapacitado “no quita la dignidad humana”.

“Antes quería entrar en las fuerzas especiales del Ejército, estaba haciendo un bachillerato profesional en seguridad, tenía mi diploma de primeros auxilios y lo entendí enseguida. Pensé que iba a dejar a mi familia sin haberles hecho sentir orgullosos”, declaró sobre sus proyectos truncos.

Ellos viven por y para él. “Mi esposa no trabaja desde el 14 de diciembre de 2022. No duerme por las noches”, declaró su padre, quien agregó: “Yo paré mi actividad hace un año”. A la espera del veredicto que se dictará el 18 de febrero, su hijo sentenció: “Al final de este juicio, me gustaría que lo entendiera; me gustaría que el día que tenga un hijo, si ese hijo le dice: ‘Papá, quiero jugar al rugby‘, dude en responderle y que le cuente mi historia, diciéndole que no debe actuar como él”.