El hallazgo de un mosaico romano en Inglaterra aporta nueva interpretación sobre la guerra de Troya

La muestra artística, atribuida a la villa de Ketton, evidencia una reelaboración del mito basada en tragedias griegas y no únicamente en epopeyas clásicas, según detalló una investigación reciente

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El hallazgo de un mosaico
El hallazgo de un mosaico romano en Inglaterra aporta nueva interpretación sobre la guerra de Troya

El hallazgo en 2020 de un espectacular mosaico romano en una finca de Rutland, Inglaterra, ha sacado a la luz no solo una valiosa obra de arte antiguo, sino también una reinterpretación literaria inesperada de la mitología grecorromana. El mosaico, que cubría el suelo del comedor de una gran villa romana del siglo IV, revela en tres paneles una de las escenas más conocidas de la guerra de Troya: el combate entre Aquiles y Héctor.

Sin embargo, su importancia trasciende la representación icónica. Según concluyó Jane Masséglia, profesora de historia antigua en la University of Leicester, el mosaico refleja una versión de los hechos vinculada al dramaturgo griego Esquilo, desmintiendo la presunción inicial de que se inspiraba únicamente en la Ilíada de Homero. Así lo expuso Masséglia en un reciente estudio publicado por la revista Britannia.

La investigación aporta detalles esenciales para la comprensión de este fragmento del pasado. En contraste con la obra homérica, el panel central muestra a Aquiles arrastrando el cuerpo ensangrentado de Héctor en un carro, una iconografía que tiene sus raíces en Esquilo y no en Homero.

El mosaico cubría el suelo
El mosaico cubría el suelo del comedor de una gran villa romana del siglo IV

De acuerdo con Masséglia, en la versión de Homero ambos héroes luchan a pie y, tras la muerte de Héctor, Apolo protege su cadáver de los daños del arrastre: “Estos detalles —las heridas y el uso del carro— contradicen la narrativa de la Ilíada”.

La presencia de un fragmento de serpiente en el panel sugiere que Aquiles gira alrededor de la tumba de Patroclo, ganado custodiado por ese animal mítico, elemento que también remite a la tragedia griega más que al poema épico.

La composición del mosaico, bautizado como Ketton por la aldea más próxima, presenta una estructura de unos cien metros cuadrados (aproximadamente la mitad de una pista de tenis) y estaba ornamentada con trenzados característicos de textos ilustrados antiguos.

Según describió Masséglia, el recorrido visual comienza con los héroes lanzándose al combate con lanzas desde carros de guerra, sigue con la venganza de Aquiles sobre el cuerpo de Héctor y culmina en el momento del rescate: el panel final representa a un Aquiles entronizado aceptando el peso en oro por el cadáver de Héctor de manos de Príamo, rey de Troya.

El mosaico refleja una versión
El mosaico refleja una versión de los hechos vinculada al dramaturgo griego Esquilo

Esta última escena resulta especialmente reveladora. Mientras que Homero detalla minuciosamente los presentes ofrecidos como rescate, también hace hincapié en que Aquiles rechaza aceptar “el peso en oro” a cambio del cuerpo de Héctor.

En cambio, la tradición de pesar el cadáver aparece en la tragedia perdida Los frigios de Esquilo, también conocida como El rescate de Héctor. Para Masséglia, esto confirma la influencia directa de Esquilo sobre el artesano romano que diseñó el mosaico de Rutland.

Los paralelismos con otras obras del mundo antiguo refuerzan el argumento. El escudo y la lanza que porta Héctor figuran en monedas de Ilión (ciudad asociada a Troya) de los siglos II y III, mientras que la estructura del segundo panel se reconoce en un ánfora griega del siglo V a.C. y la escena del pesaje es similar a la de un vaso de plata gala-romano del siglo II.

La composición del mosaico, bautizado
La composición del mosaico, bautizado como Ketton por la aldea más próxima, presenta una estructura de unos cien metros cuadrados

Esto testimonia que los artesanos de la Britania romana no vivían aislados, sino que participaban de un amplio espacio cultural y compartían motivos iconográficos a través de los siglos y las provincias del Imperio.

La profesora Masséglia destacó la trascendencia social del hallazgo: “El propietario de la villa de Ketton aspiraba claramente a los mismos símbolos de prestigio que el resto del Imperio, y los mosaístas estaban integrados en la red de artesanos que compartían su saber”.