
La adaptación de El Eternauta a la pantalla, bajo la dirección de Bruno Stagnaro y con la producción de Netflix fue la gran ganadora de estos premios Martín Fierro de Cine y Series, con ocho estatuillas en su haber, incluyendo el Martín Fierro de Oro. El Eternauta representa un fenómeno singular en la industria audiovisual internacional: una obra argentina, hablada en español rioplatense y protagonizada por Ricardo Darín, que desafía la tendencia global hacia narrativas estandarizadas y reafirma la identidad local de un mito literario. Esta serie, que sitúa la historia en una Buenos Aires contemporánea asediada por una invasión invisible, no solo reinterpreta el clásico de Héctor Oesterheld y Francisco Solano López, sino que también dialoga con las heridas sociales y políticas del presente argentino, según explicó Stagnaro a Infobae Cultura.

El eternauta
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Cada generación la redescubre como una profecía sobre la resistencia y la organización popular, temas que la serie retoma con fidelidad y actualidad.
Stagnaro, integrante de la generación que impulsó el “nuevo cine argentino” en los años noventa junto a figuras como Daniel Burman, Lucrecia Martel e Israel Adrián Caetano, aporta a la adaptación un tono sobrio y existencial. Su enfoque privilegia el liderazgo involuntario, la traición interna y la construcción de una épica colectiva, elementos que, según el director, convierten a la serie en “un espejo argentino contemporáneo de sus orígenes”. La narrativa, intensa y sostenida, logra atraer tanto a los seguidores de la obra original como a nuevas audiencias internacionales, consolidando a El Eternauta como una piedra angular de la identidad cultural nacional.
A diferencia de otras producciones distópicas, la serie explora el heroísmo colectivo y la supervivencia basada en la resistencia organizada, anticipando décadas de historia argentina. La figura de Oesterheld, desaparecido durante la dictadura militar, se proyecta como la de un autor que legó “un manifiesto sobre la resistencia que sigue encontrando eco en el presente”.

La decisión de Netflix de producir una serie con estas características, en palabras del propio Stagnaro a Infobae Cultura, responde a la necesidad de traducir al presente una obra que, al hablar del futuro, interpela la historia nacional: “No es una ciencia ficción de la abundancia. Es una ciencia ficción de la carencia y de cómo nos arreglamos con lo que tenemos”.
El director subrayó además: “Creo que obviamente toda historia tiene una mirada que puede ser política. Pero me parece interesante dejar que eso se complete en la cabeza de cada uno. Y en algún sentido, yo creo que si vos hacés las cosas más o menos bien, digamos, es como un espejo. Cada uno encuentra allí lo que cada uno quiere o piensa. Y creo que está bien que sea de esa manera, porque si no achicás el cauce”.
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