
En el camino, del director mexicano David Pablos, e Hiedra, de la cineasta ecuatoriana Ana Cristina Barragán, obtuvieron dos importantes premios en el Festival de Venecia, cuya ceremonia de clausura y premiación se lleva a cabo este sábado.
En el camino, sobre un romance homosexual en el mundo de los camioneros, ganó este sábado el premio a mejor película de la sección Horizontes, dedicada a las nuevas vanguardias. Hiedra, la historia de una treintañera que cada día pasa horas observando a los muchachos de un orfanato, fue distinguida con el premio al “Mejor Guion”.
En el camino
David Pablos agradeció a su equipo por su “pasión” e “implicación” en el proyecto, al recoger el galardón en el Palacio del Cine del Lido veneciano. “Esta película viene de un lugar muy personal y es muy bonito ver que conecta con otras personas”, reconoció el cineasta.

Junto a él, una de las productoras del filme, Inna Payan, agradeció el trabajo de todos los coproductores, entre los que citó al actor mexicano Diego Luna. Y cerró sus palabras con el grito: “¡Viva el cine y viva Palestina!”. En la víspera, la película de Pablos había sido distinguida con el Queer Lion, un galardón colateral de la Mostra que premia a las mejores obras de temática homosexual.
En el camino es una historia de amor entre Veneno (Víctor Prieto), un joven vagabundo que se prostituye en las peligrosas carreteras del norte mexicano, y el duro camionero Muñeco (Osvaldo Sánchez) y los intentos de ambos por evitar un trágico final. El encuentro entre ambos da origen a una intimidad inesperada en medio de un mundo de testosterona y a un viaje común en el que emergerán las sombras del pasado, poniendo sus vidas en peligro.
Hiedra
“¡Que viva el cine el cine latinoamericano, Palestina libre!”, expresó Ana Cristina Barragán al recoger el galardón en el Palacio del Cine veneciano. Asimismo agradeció el premio al jurado porque, dijo, “da valor” a su película y “significa mucho para el cine” de Ecuador, donde “hacer cine solo es posible con la sincronía de muchos esfuerzos titánicos”, alegó.

Hiedra es la historia de Azucena (Simone Bucio), una treintañera que cada día pasa horas observando a los muchachos de un orfanato, especialmente a uno de ellos, Julio (Francis Eddú Llumiquinga), sin rumbo en la vida. Sus mundos parecen distantes, cada uno en una clase social diferente, pero sus heridas acabarán acercándolos a un descubrimiento recíproco, sobre una ruta íntima que culminará a los pies de un volcán de la capital ecuatoriana.
Esta película, una producción entre Ecuador, México, Francia y España, cierra la trilogía que Ana Cristina Barragán ha dedicado a historias atravesadas por un tema familiar, completada por Alba (2016) y La piel pulpo (2022).
Fuente: EFE
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