El debate sobre el aumento del salario mínimo para 2026 permanece estancado, sin señales de acercamiento entre sindicatos y empresarios, que presentaron sus argumentos de manera detallada tras agotar el plazo de 48 horas previsto para la sustentación de sus posiciones.
La discusión, que se desarrolla en la mesa de concertación, se ha tornado en un diálogo de sordos, en el que ninguna de las partes muestra disposición a ceder, según lo evidencian los documentos de salvedad entregados por ambos sectores.
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En el documento presentado por las centrales obreras, se sostiene que el costo de la canasta básica para una familia de cuatro personas alcanzó en 2024 los 2.982.589 pesos: 1.288.654 pesos destinados a alimentos, 711.780 pesos a vivienda, 154.606 pesos a educación y salud, y 827.549 pesos a otras necesidades esenciales.
Para 2025, los sindicatos proyectan que este costo ascenderá a 3.141.188 pesos, lo que, a su juicio, deja el salario mínimo actual un 39,70% por debajo de lo necesario para cubrir las necesidades de un hogar con un ingreso de uno y medio salarios mínimos.
Los sindicatos fundamentan su petición de un incremento del 16% en el salario mínimo en la necesidad de garantizar los derechos mínimos de los trabajadores y sus familias, citando la Constitución de 1991 y la Sentencia C-815 de 1999 de la Corte Constitucional.
En su documento, revelado por Semana, afirman: “Un incremento del salario mínimo en un 16% estamos seguros seguirá contribuyendo a la dinamización de la economía. La norma constitucional se violenta en la medida que el incremento no permita la satisfacción de los derechos mínimos de los trabajadores y sus familias porque los mantiene sumidos en la pobreza y no se promueve la prosperidad general como lo mandata la Carta de 1991”.
Además, los sindicatos apelan a los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en particular al Convenio 131, que establece que el salario mínimo debe considerar las necesidades de los trabajadores y sus familias, el nivel general de salarios, el costo de vida, las prestaciones de seguridad social, el nivel de vida relativo de otros grupos sociales, así como factores económicos como el desarrollo, la productividad y el empleo.
Por su parte, los empresarios fundamentan su propuesta de un aumento del 7,21% en cifras oficiales, destacando que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) acumulado en el último año fue del 5,3%, lo que, según su análisis, refleja un estancamiento en la reducción de la inflación que se había logrado en años anteriores en Colombia.
“El aumento del IPC-índice de precios al consumidor, en lo corrido del último año presenta una cifra acumulada del 5,3%, lo cual indica un estancamiento en la tendencia de reducción de la inflación que en los años anteriores se había logrado en Colombia”, dice el documento.
Además, advirtieron sobre el crecimiento de la informalidad laboral, que aumentó en 732.000 personas, alcanzando un total de 13,6 millones de colombianos sin acceso a contratación formal.
Los empresarios alertan sobre los riesgos de un incremento excesivo en el salario mínimo, señalando en su documento: “Posibles efectos inflacionarios que podría tener una decisión irresponsable en el porcentaje de aumento del salario mínimo en nuestro país”.
Ambas partes reiteraron sus posiciones en los documentos de salvedad presentados tras la culminación del plazo reglamentario, sin que hasta el momento se vislumbre una solución consensuada en la mesa tripartita de negociación.
Así quedaría el salario mínimo de 2026 si se incrementa el mismo porcentaje de 2025
El posible ajuste del salario mínimo en Colombia para 2026 genera inquietud entre trabajadores, hogares y pequeños negocios, ya que este valor determina los ingresos mensuales de millones de personas y tiene un impacto directo en la economía nacional.
Si el incremento aplicado en 2025, que fue del 9,54%, se repitiera en 2026, el salario mínimo mensual alcanzaría aproximadamente $1.559.347, sin incluir el auxilio de transporte. Con este apoyo, que actualmente es de $200.000, el ingreso total mensual podría situarse en torno a $1.759.347.
El cálculo de este posible aumento parte de la base establecida para 2025, cuando el Gobierno fijó el salario mínimo en $1.423.500.
Este ajuste se realizó tras un proceso de negociación en el que no se logró consenso entre sindicatos y empresarios, por lo que la decisión final consideró variables como la inflación, el desempleo, el crecimiento económico y la productividad.
El auxilio de transporte, que complementa el salario mínimo, se mantuvo en $200.000, elevando el ingreso mensual total a $1.623.500.
Según datos del Dane, en 2025 cerca de 2,4 millones de personas percibieron el salario mínimo legal. No obstante, las cifras oficiales revelan que más de 11,3 millones de trabajadores recibieron ingresos inferiores al salario mínimo entre enero y octubre de ese año, lo que representó un incremento del 12 % respecto al mismo periodo de 2024.
Esta situación evidencia la brecha existente en el mercado laboral y la importancia de las decisiones sobre el salario mínimo para amplios sectores de la población.
El proceso de definición del salario mínimo no es automático. Cada año, el Gobierno, los sindicatos y los gremios empresariales analizan indicadores clave y negocian el ajuste, tomando como referencia variables macroeconómicas y el comportamiento del costo de vida.
Aunque las proyecciones sobre el salario mínimo para 2026 se basan en estimaciones, el porcentaje de aumento aplicado en 2025 sirve como guía para anticipar posibles escenarios y sus implicaciones tanto para trabajadores como para empleadores.
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