Transmilenio enfrentaría crisis por escasez de gas: estaría en riesgo la operación de más de 2.000 buses, según ProBogotá

El aumento en el precio del gas y la disminución de la oferta nacional afectan la sostenibilidad del sistema de transporte y elevan los costos para los usuarios y sectores productivos en la capital

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La dependencia de gas importado
La dependencia de gas importado incrementa las tarifas del transporte público y amenaza la sostenibilidad financiera del Sitp y Transmilenio - crédito ProBogotá

El desabastecimiento de gas natural y el encarecimiento acelerado de este recurso ya impactan el costo de vida en Bogotá, con efectos directos sobre el sistema de transporte público Transmilenio y la economía de los hogares, comercios e industrias.

Según ProBogotá Región, la capital será una de las ciudades más afectadas por la crisis energética, que amenaza con elevar las tarifas del transporte y los servicios públicos, mientras la oferta nacional de gas se reduce y la dependencia de importaciones se incrementa.

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En el corto plazo, la presión sobre Transmilenio es especialmente crítica. El sistema cuenta con 2.143 buses que funcionan con gas, lo que representa el 15% de la flota del Sistema Integrado de Transporte Público (Sitp).

“En el caso del transporte masivo, el riesgo de una rápida parálisis de la operación en Bogotá es alto porque el sistema de transporte de buses TransMilenio depende de un 15% de flota que usa únicamente gas natural”, se observa en el comunicado emitido por ProBogotá.

Los contratos de suministro para estos vehículos vencieron en noviembre de 2025, sin posibilidad de renovación debido a la escasez nacional. La única alternativa viable es recurrir a gas importado, cuyo costo es considerablemente mayor, lo que, según ProBogotá, presionará al alza la tarifa para los usuarios y pondrá en riesgo la sostenibilidad financiera del sistema.

TransMilenio solicita al Gobierno priorizar
TransMilenio solicita al Gobierno priorizar el transporte público en la asignación de gas para garantizar la continuidad del servicio - crédito @ClaudiaLopez/X

La situación energética de Colombia atraviesa su mayor tensión en dos décadas. Las reservas probadas de gas han caído un 45% desde 2018, y los principales campos presentan declinaciones aceleradas.

A partir de diciembre de 2025, el país enfrentará un déficit estructural creciente: 117 millones de pies cúbicos por día (Mpcd) en 2026, 224 Mpcd en 2027 y 260 Mpcd en 2029.

Bogotá y el interior del país ya dependen parcialmente del gas importado desde Cartagena, que resulta más costoso por la distancia y por un esquema tarifario que penaliza a las regiones alejadas de los puertos.

Las reservas de gas en
Las reservas de gas en Colombia han caído un 45% desde 2018, generando un déficit estructural que se agravará hasta 2029, según ProBogotá - crédito ProBogotá

El impacto no se limita al transporte. La industria, que consume el 27% del gas nacional, comenzó a sustituir este energético por diésel y otros combustibles más contaminantes, lo que incrementa los costos, eleva las emisiones y reduce la competitividad del tejido productivo. ProBogotá advierte que este deterioro acelerado afecta la estructura económica del interior del país y amenaza empleos y servicios cotidianos.

“Actualmente el transporte en buses tipo BRT (Bus Rapid Transit) de TransMilenio cuenta con 1.177 MDO y opera en más de 60 rutas troncales para cubrir la demanda de pasajeros en la ciudad”, se agrega en el documento.

Desde 2024, Transmilenio ha venido advirtiendo al Ministerio de Minas y Energía y a la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) sobre el riesgo inminente de no contar con gas suficiente para operar. La empresa solicitó que el transporte público masivo sea priorizado en la asignación de gas y que se adopten mecanismos para garantizar la continuidad del servicio.

El esquema tarifario penaliza a
El esquema tarifario penaliza a Bogotá y al interior del país, donde el gas importado desde Cartagena resulta más costoso - crédito Colprensa

La presidenta de ProBogotá Región, María Carolina Castillo, enfatizó: “El país requiere medidas inmediatas para estabilizar la oferta y evitar que el mayor costo del gas siga trasladándose a hogares, sistemas de transporte e industria”.

Entre 2021 y 2025, el precio promedio del gas se triplicó debido a la caída de la oferta nacional, el aumento de las importaciones y la mayor dependencia de fuentes lejanas. Este incremento ha encarecido los servicios públicos, afectado empleos y reducido la competitividad de las ciudades.

ProBogotá sostiene que, si no se toman medidas urgentes, los ciudadanos serán los primeros en sentir el impacto directo en su economía.

La organización hace un llamado al Gobierno nacional para que adopte decisiones inmediatas que estabilicen la oferta, protejan a las ciudades y ajusten el esquema tarifario, con el fin de mitigar el alza del combustible y modernizar la infraestructura del gas.

La situación, advierte ProBogotá, no es transitoria y requiere acciones de fondo para evitar que hogares, industrias y sistemas de transporte asuman los costos de una oferta que ha llegado a su límite.