Camila Beltrán, la cineasta colombiana que recorre el caribe recolectando historias para su nuevo proyecto audiovisual

Camila Beltrán es una cineasta colombiana que decidió emprender vuelo hacia Francia desde hace poco más de 17 años, donde la distancia le ha permitido tener una perspectiva de las culturas que tiene su tierra natal Colombia y las diferencias con el territorio europeo.

Esa dualidad la llevó a dirigir su primera película que fue gratamente recibida en el Festival de Cine de Cannes, que llevó por nombre Mi Bestia, en la que se cuenta la historia de una joven que alcanza su madurez en los noventa, época en la que circulaba en las calles como en radio la historia de que el diablo se presentaría en el mes seis, del año seis y el día seis.

“Quería hablar de una época anterior a Internet, de cómo moldeó nuestra sensibilidad, nuestra imaginación y nuestra capacidad de fantasear. La televisión era una presencia constante y violenta, pero que se quedaba atrás al salir de casa. Cuando Mila sale a pasear y se adentra en la naturaleza, encuentra espacio para pensar, imaginar y descubrirse a sí misma, de una forma que hoy es más difícil de imaginar, porque estamos constantemente expuestos a un flujo de información”, contó en su momento a France 24.

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Camila dialogó con Infobae Colombia y contó detalles de lo que viene para su nuevo proyecto en el cine, que después del éxito de Mi Bestia decidió enfocarse en el Caribe colombiano y en las narrativas que allí se construyen en una sociedad que para la cineasta, dista mucho entre lo que se vive en el interior del país. Además, Beltrán contó que su trabajo se ha dividido gracias a su pasión por el cine, entre Colombia y Francia.

“Ahora ya llevo casi dos meses desde julio que llegué y estoy haciendo todo un trabajo, primero de reconocimiento de toda la parte de la costa. Entonces es un proyecto que es una adaptación de un libro que todavía no puedo decir el título, pero que es una especie de viaje entre el interior y la costa. Lo que fui a hacer, fue a reconocer los territorios, las comunidades a las que entré por Ciénaga, Santa Marta y subí a la Guajira también”, contó Camila en conversación con el medio.

En la conversación, Camila contó que “este es un proyecto de vida”, pensando en que pasará un largo tiempo en Colombia “trabajando con la gente local” y con el deseo de apoyarse en los jóvenes que estudian en la facultad de cine de la Universidad del Magdalena, pues “hay muchos estudiantes o ex estudiantes que ya son egresados que tienen muchas ganas de hacer y de trabajar ahí como en su ciudad en su región”.

Destacó, por otro lado, que este proyecto tiene todos los componentes que considera importantes porque “yo viniendo del interior, pero también estando tanto tiempo en el exterior, eh tengo la fortuna de poder tener una mirada muy fresca, y como muy atenta de todo lo que está sucediendo de todo lo que sucede”.

Asimismo, quiere que su trabajo refleje temas de medio ambiente, pues recordó que días después de que hizo el recorrido por Santa Marta, ocurrió el desastre ambiental con el fuerte aguacero que inundó gran parte de la ciudad.

“De las cuestiones también ecológicas, pero al mismo tiempo también sociales, pero de toda la riqueza, increíble que tenemos, no solamente natural, sino de recursos, también humana, y de una especie de magia, que sucede día a día. Pude ver como muchos eventos que de una, pues una inspiración para muchas cosas que vienen de la realidad. Entonces pienso que el cine tiene que inspirarse de forzosamente de lo que está ahí, y solamente como que midas se le da y cómo se puede volver esos eventos, como cada vez más simbólicos para llevarlos a la abstracción y como eso puedo hablar de nosotros, no como país sino como futuro”, agregó.

Camila reconoció que su deseo de hacer cine en Colombia para poder mostrar lo que hacen en esa región del país, pues “hay cosas que no conocía, entonces sí, tengo muchas ganas, por eso digo que el hecho de yo considero mi trabajo más que hacer películas también son proyectos… Hago cine realmente para poder tener acceso a otros mundos, a otra forma de ver el cine, a otra forma de ver también la misma ciudad, la realidad, tengo muchas ganas de colaborar y de aprender y también aportar mi experiencia en Francia”.

Sobre su deseo de trabajar en el Caribe colombiano, tiene mucho que ven de dónde venimos como sociedad entre todas esas puertas de entrada que tuvieron que ver con lo especial de nuestro país, por lo que “pienso que hay que redefinir qué es el Caribe, no es algo que se está hablando, un poco como la semilla de lo que somos como cultura colombiana, puedo equivocarme, pero sentí como que como que es el gran origen de toda esa diversidad y de toda esa mezcla que somos”.

Finalmente, destacó que con este proyecto quiere mostrar más allá de lo que se ha concebido como cultura colombiana, teniendo en cuenta las diversas formas en las que habla “entender eso para poder entender la riqueza, que pasa con la música, que pasa por las formas de hablar, que pasa por la oralidad, que pasa por las historias, que pasa por todo eso que llamamos “realismo mágico”, pero que no es más que una especie de exacerbación de la naturaleza, tan fecunda y tan impresionante que hacen que sean cosas muy únicas, no y que uno las tal vez, estando acá, percibe menos”.

Concluyó diciendo que el rodaje de la película espera empezarlo en 2027, mientras termina de hacer los recorridos por las diferentes zonas en donde está interesada en investigar más, además, de buscar ayuda de diferentes sectores para sacar adelante el proyecto.

“Es una coproducción francesa, digamos que yo a pesar de que quiero regresar a un corto para unir los puentes con Francia que ha sido un apoyo para mí muy grande, y que ellos lo más que esperan, también es que pueda haber también un intercambio real me permite hacer el puente y poder estar allá y explicar cosas qué tal vez cuando uno no sale, no puede tener ese contacto con esos dos mundos, entonces eh en ese sentido, quiero aprovechar mucho esa coproducción”, concluyó.