En Atlántico están robando tierras con escrituras falsas: funcionarios judiciales estarían involucrados

Abelardo Cure denunció que le han despojado más de 600 hectáreas, avaluadas, según sus cálculos, en más de $600.000 millones. Algunas habrían sido compradas por una jueza, una defensora del pueblo y una funcionaria de la Fiscalía de Barranquilla

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Los hechos denunciados por Cure se remontan a 2013, cuando —tras la muerte de su padre, el empresario Elmer Cure en 2012— a la finca Santa Helena, ubicada en el corregimiento de Juan Mina de Barranquilla, llegaron sujetos, con escrituras en mano, que decían haber comprado el terreno, de 223 hectáreas. Escrituras, que advierte Cure, eran falsas. Barranquila/Pixabay.
Los hechos denunciados por Cure se remontan a 2013, cuando —tras la muerte de su padre, el empresario Elmer Cure en 2012— a la finca Santa Helena, ubicada en el corregimiento de Juan Mina de Barranquilla, llegaron sujetos, con escrituras en mano, que decían haber comprado el terreno, de 223 hectáreas. Escrituras, que advierte Cure, eran falsas. Barranquila/Pixabay.

Con escrituras y documentos falsos en distintas notarías en Barranquilla están despojando tierras en la capital del departamento de Atlántico. Así lo denunció Abelardo Cure, víctima de este delito, al que le han sido robadas más de 600 hectáreas de tierra, avaluadas, según sus cálculos, en más de 600.000 millones de pesos. Estas tierras las habrían comprado algunos funcionarios judiciales de Barranquilla: una jueza, una defensora del pueblo y una funcionaria de la Fiscalía de patrimonio económico estarían involucradas.

Los hechos denunciados por Cure se remontan a 2013, cuando —tras la muerte de su padre, el empresario Elmer Cure en 2012— a la finca Santa Helena, ubicada en el corregimiento de Juan Mina de Barranquilla, llegaron sujetos, con escrituras en mano, que decían haber comprado el terreno, de 223 hectáreas. Escrituras, que advierte Cure, eran falsas.

“Nosotros, buscando la información de lo que había pasado, nos dimos cuenta de que había una supuesta escritura del año 2008. Esa escritura la radicaron en 2013, por supuesto sabíamos que era algo falso, porque mi papá nunca vendía nada, nunca. Todo nos lo quería dejar a nosotros, sus hijos”, advirtió Cure en Sigue la W de W Radio.

Gracias al abogado Omar Mesa, que fue el apoderado de los Cure en el juicio de sucesión por la muerte de Elmer Cure, y la procuradora Maritza Pérez, el denunciante pudo comprobar la falsedad de los documentos, pues, en sus pesquisas, lograron determinar que la supuesta escritura de compraventa de la finca Santa Helena, “que es la número 3143, pertenecía originalmente en el libro índice de protocolo de la notaria décima de Barranquilla a un matrimonio, y no era una compraventa”.

“Sacaron un matrimonio, introdujeron esa escritura de compraventa falsa”, señaló Cure, que dijo que en las pesquisas también encontraron que se había realizado el “pago de impuestos y de hacienda que pertenecían a dos escrituras diferentes, de dos haciendas diferentes, con el mismo número”.

El despojo de la finca de Santa Helena no fue el único intento de despojar de sus propiedades a la familia Cure. Abelardo denunció que “poco a poco nos quitaron, después de la finca de Santa Helena, vino el Edén I, el Edén II, Mancondomocho I, Macondomocho II, una en Soledad, y hasta la casa de mi padre (en Barranquilla) nos las han querido robar”.

En el caso de la casa de su padre, Cure denunció que esta les fue despojada a la fuerza, y advirtió que el proceso se encuentra en la Fiscalía 36 de patrimonio económico, siendo la fiscal Yudis Vergudo la encargada del proceso, que, según la denuncia de Cure, “ha favorecido a los delincuentes y no a mí que soy la víctima”.

“Nunca ha hecho nada a favor mío, sino a favor de estos delincuentes”, dijo Cure en Sigue la W de W Radio.

También dijo que la Fiscalía solo ha enredado el proceso y que en reiteradamente le pidió a la fiscal Verdugo su ayuda, pero que esta le contestó “no había suficiente material probatorio” en su caso. Lo anterior sorprende a Cure, pues advierte que tanto la procuradora Pérez como el notario Álvaro Ariza —que actualmente está en la notaria 12 de Barranquilla, pero que presidía en su momento la notaría décima— señalaron la falsedad de la escritura.

“El señor Álvaro Ariza declara ante un inspector judicial y dice «esa firma no es mía. Esa firma es escaneada. Yo no firmé ese documento; ese documento lo tacho, yo, de falso»”, dice Cure, anotando que con todo esto no entiende como “la doctora Vergudo me responde a mí que no hay suficiente material probatorio”.

Funcionarios judiciales habrían comprado las tierras despojadas a los Cure

De acuerdo con la denuncia de Abelardo Cure, las tierras que le han sido despojadas fueron vendieron a María Patricia Hernández Jácome, juez segunda penal del circuito, que compró siete hectáreas. Otra de las compradoras sería la defensora del pueblo Yaneth Ortiz de Manotas, y su hija Carol Manotas, que según Cure, es funcionaria de la Fiscalía de patrimonio económico de Barranquilla.

“Aquí hay una mafia que controla todo lo del robo de tierras”, dijo Cure en su denuncia en Sigue la W de W Radio.

Cure asegura que, en los diez años que han pasado desde el primer despojo, les han robado más de 600 hectáreas de tierra, que estarían avaluadas en más 600.000 millones de pesos, según sus cálculos del denunciante.

Fiscalía en Barranquilla es “una cueva de ladrones”: Miguel Ángel del Río Malo

El apoderado de Cure, el abogado Miguel Ángel del Río Malo, aseguró en Sigue la W de W Radio, que “la Fiscalía de Barranquilla es una cueva de ladrones” y que “nada funciona allí si no es con corrupción”. También dijo que tienen “información de que un magistrado también ha comprado estas tierras despojadas”.

El abogado del Río Malo anotó, además, que cada uno de los lotes que le han intentado despojar al señor Cure está en una Fiscalía diferente, siendo este el modus operandi de esta red para que no se muevan las investigaciones, por lo que anunció que se entablará una “demanda macro” para se investiguen estos hechos, que advirtió es una práctica “sistemática en el departamento del Atlántico”.

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