Reportamos sobre la privacidad tecnológica. Nuestros hábitos musicales fueron exhibidos

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El mes pasado, un bromista anónimo creó un sitio web en el que revelaba los supuestos hábitos de escucha de Spotify de unas 50 personas, entre ellas políticos, ejecutivos del sector tecnológico y periodistas. La persona, que se hacía llamar "Tim", compiló la lista a partir de perfiles de Spotify que los sujetos parecían ignorar que eran públicos. Tim dio al sitio un título pícaro: Panama Playlists .

Está claro que Tim tenía sentido del humor. El título es una parodia de un vertido de documentos mucho más importante que detallaba actividades bancarias en paraísos fiscales hace algunos años. Tim también parecía inspirado por un toque de sadismo. Para sus víctimas, las Panama Playlists aparecieron inesperadamente, como una infernal compilación de fin de año de Spotify.

Una cuenta que aparentemente pertenecía a Marc Benioff, el fundador de Salesforce, mantenía una lista de reproducción de fiesta con una canción muy a tono llamada "Billionaire". Jacob Helberg, fundador del grupo político Hill and Valley Forum, escucha a Charli XCX y Chappell Roan tanto como el resto de nosotros. Y una lista de reproducción que supuestamente pertenecía a Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, reveló que tuvo que utilizar la aplicación Shazam para identificar "Get Ur Freak On" de Missy Elliott, un pilar de cualquier colección de hip-hop milénial. (Esa lista de reproducción ya ha sido retirada y, tras la publicación de este artículo, una portavoz de Altman dijo que no le pertenecía).

Las listas de reproducción también incluían los hábitos musicales de dos reporteros de The New York Times, Mike Isaac y Kashmir Hill. Es decir, los autores de este artículo.

Tim había averiguado que Mike escuchaba obsesivamente "Huggin and Kissin", una canción del grupo Big Black Delta; 139 veces en el último año. Y gracias a las indagaciones de Tim, el mundo ahora sabe que la "música para escribir" de Kashmir incluye a Mogwai y Aphex Twin. (A ella no le importa compartir su truco de concentración, y ha dejado la lista pública para que otros escritores la prueben. Pero no le hizo mucha gracia descubrir que las listas de reproducción con los nombres de sus hijas eran públicas; ahora son privadas).

Afortunadamente, nuestros gustos musicales eran superiores a los de la mayoría. Gracias a las Panama Playlists, el Vicepresidente JD Vance puede quedar vinculado para siempre a "I Want It That Way" de los Backstreet Boys. Vance no devolvió la solicitud de comentarios (y quién podría culparlo).

Teniendo todo esto en cuenta, fue un poco divertido ver un uso tan inteligente de los datos. También fue algo perturbador.

Bien entrada la era de las redes sociales, nos hemos acostumbrado a hacer la curaduría de nuestra imagen en internet. Elegir cuatro películas favoritas en Letterboxd es una forma deliberada de mostrar nuestros gustos. Decidimos qué fotos de las vacaciones son más favorecedoras o divertidas para publicarlas en nuestra cuadrícula permanente de Instagram. Esos libros que se ven en una estantería en el fondo de Zoom se eligen con cuidado.

Pero estas listas de reproducción de Spotify eran diferentes, creadas para disfrutarlas, no para exhibirlas. Era como ver el historial de Netflix de alguien: una ligera invasión y una oportunidad de juzgar lo que alguien consume realmente en lugar de lo que dice que le gusta.

Esta exposición está diseñada así. Los ejecutivos de Spotify creen que las listas de reproducción públicas son una función social, que anima a los usuarios a compartir y descubrir nueva música. Eso, a su vez, puede mantener a la gente contenta, enganchada y volviendo regularmente a la plataforma. Es cierto: compartir listas de reproducción es el equivalente moderno de grabar un casete o hacer un disco compacto para tus amigos.

Debido a la configuración de privacidad de Spotify, cualquier lista de reproducción nueva se establece como pública por defecto. Para ocultar las listas de reproducción anteriores, los usuarios tienen que ir a cada una de ellas y cambiarla a privada. Incluso para nosotros, dos periodistas que nos ganamos la vida informando sobre tecnología y privacidad, fue una sorpresa. Cualquiera en internet podía ver nuestras listas de reproducción y, en el caso de Mike, todas las canciones que escuchaba en tiempo real. (Mike tenía activada una opción llamada "Actividad de escucha"; Kashmir la tenía desactivada, por lo que no se reveló su condición de Swiftie).

Tim, un ingeniero de 23 años cuyo verdadero nombre es Riley Walz, acabó sincerándose con nosotros. Él creó una serie de bots que "raspaban" automáticamente --o recopilaban continuamente-- los datos de escucha de Spotify de decenas de personalidades de la política, los medios de comunicación y el mundo del espectáculo. Encontrar sus cuentas fue fácil: empezó escribiendo sus nombres en una barra de búsqueda de Spotify. Es posible que muchos usuarios, especialmente los que tienen cuentas antiguas, no se den cuenta de que su nombre real o su dirección de correo electrónico pueden estar asociados públicamente a sus cuentas de Spotify.

"El creador de las Panama Playlists infringe nuestras Directrices de Usuario, que dejan claro que no se puede extraer información del servicio, como la actividad de escucha, por medios manuales o automatizados", dijo una portavoz de Spotify por correo electrónico. "Nuestro equipo jurídico se ha puesto en contacto con el creador del sitio".

Walz confirmó que había recibido un correo electrónico de cese y desistimiento, pero dijo que consideraba que no tenía "fundamento".

Walz eligió a Kashmir por sus reportajes sobre privacidad. Se centró en Mike por la cantidad de datos de escucha de Mike que eran públicos, y por la paralizante adicción de Mike a las redes sociales, que Walz sospechaba que podría ser útil para promocionar su sitio.

(Tenía razón. Mike publicó sobre las Panama Playlists en X después de que Walz le enviara un enlace a través de Signal, la aplicación de mensajería segura. Se hizo ligeramente viral. La buena acogida hizo que Walz sintiera que debía atribuirse el mérito).

Walz investigó un poco para relacionar las cuentas de Spotify con los personajes públicos. Por ejemplo, encontró una cuenta llamada "pambondi" que tenía listas de reproducción tituladas con los nombres de familiares cercanos de la fiscala general de Estados Unidos.

No todas las conjeturas de Walz dieron resultado.

Un portavoz del gobernador de Florida, Ron DeSantis, negó que una "mezcolanza" de música atribuida a DeSantis fuera legítima. Dijo que el gobernador aprobaba la inclusión de Johnny Cash y Frank Sinatra, pero afirmó que la ausencia de artistas country y grupos de metal de la década de 1980 "es una prueba de que en realidad no se trata de su lista de reproducción".

Y debemos señalar que no se ha confirmado que todas las listas de reproducción de la filtración sean reales. Una decena de personas del mundo de la tecnología y los medios de comunicación nos dijeron que sus listas eran auténticas, mientras que la mayoría de los políticos, incluida Bondi, y algunos de los multimillonarios, incluido Benioff, no nos respondieron.

La publicación de las Panama Playlists no es la primera vez que Walz juega con los datos de forma provocativa. Hace poco utilizó reseñas públicas de Google para crear LooksMapping, una guía que clasifica los restaurantes en función del "atractivo" de los clientes. Un proyecto anterior que denominó IMG_0001 ponía de relieve una función ya obsoleta de los iPhones que permitía a los usuarios compartir instantáneamente videos sin editar en YouTube. Su objetivo con muchos de sus proyectos ha sido mostrar cuántos datos pueden encontrarse en internet abierto.

"Hace 30 años, no podía entrar en una oficina y pedirles que me entregaran todos sus archivos", dijo en una entrevista. "Ahora, todo lo que tengo que hacer es activar un bot".

Una portavoz de Spotify dijo que las listas de reproducción siempre habían sido públicas por defecto. En el pasado, la empresa pregonó iniciativas que animaban a la gente a compartir sus hábitos de escucha. Eso incluyó una malograda asociación en la que las canciones que los usuarios reproducían en Spotify se compartían automáticamente en Facebook, donde sus amigos podían ver lo que escuchaban en tiempo real. (Como puedes imaginar, a mucha gente no le gustó. Esa integración de 2011 terminó en 2015, dijo la portavoz de Spotify).

Spotify no es ni mucho menos la única empresa que toma este tipo de decisiones de diseño. En Venmo, por ejemplo, mucha gente no se dio cuenta de que su historial de transacciones era público hasta que BuzzFeed News escribió sobre esta función. Nuestra colega Jessica Testa, que cubre medios de comunicación, nos dijo que los seguidores de Substack también son públicos por defecto, revelando los boletines a los que la gente está suscrita o por los que paga. No importa que los bibliotecarios hayan luchado durante mucho tiempo para proteger la privacidad de sus usuarios, porque lo que leemos puede ser un barómetro de nuestros intereses y simpatías.

"La privacidad intelectual significa que deberías tener derecho a leer cualquier cosa o a escuchar cualquier cosa, por vergonzosa que pueda resultar si la gente se entera, sin interferencias ni vigilancia", dijo en una entrevista Neil Richards, profesor de derecho de la Universidad de Washington.

A algunas de las personas incluidas en la lista de Walz les perturbó su inclusión menos que a nosotros. Palmer Luckey, creador del visor de realidad virtual Oculus y fundador de Anduril, una empresa de tecnología militar, dijo en un correo electrónico que había creado su cuenta de Spotify hace una década para compartir música con sus amigos, incluida una lista de reproducción dedicada a Pokémon. Dijo que se había olvidado de ella. Hoy en día, añadió, prefiere escuchar canciones en "dispositivos musicales específicos", como casetes, CD y un iPod.

"En cuanto a Pokémon, hace mucho tiempo que no escucho esa lista de reproducción en concreto, porque tengo cintas megamix de Pokémon mucho más completas que he armado yo mismo", dijo.

Brian Armstrong, director ejecutivo de Coinbase, también confirmó que tenía una lista de reproducción de siete horas de duración, compuesta enteramente por una canción: "Long Way Home" de Gareth Emery.

"Me ayuda a concentrarme, no me preguntes por qué", escribió en X.

Helberg, fundador de Hill and Valley, dijo que no se avergonzaba de su lista de reproducción (aunque señaló que era antigua y no estaba en la rotación actual).

"El estereotipo es que es cool escuchar música indie que solo puedes oír de fondo en un restaurante de Tulum", dijo en una entrevista. "En el mundo real, la gente oye música popular. Por algo las 40 Principales son las 40 Principales".

Algunas personas --sobre todo los jóvenes-- pueden decir que nos escandalizamos por nuestra edad. Generaciones enteras están creciendo con una existencia en línea integrada en sus vidas cotidianas. No pueden concebir, por ejemplo, una época en la que no existieran los recibos de lectura, que permiten a tus amigos saber que has visto sus mensajes de texto. Y han optado por compartir continuamente su ubicación mediante Snap Maps o Find My de Apple, mezclando la idea de los encuentros fortuitos con la llegada del localizador GPS en el bolsillo de todos.

No obstante, cuando Instagram lanzó recientemente su versión de un producto de mapas para compartir la ubicación, el internet se puso nervioso. Algunos senadores llegaron a pedir a la empresa que abandonara la función.

A diferencia de Spotify, la función de Instagram no estaba activada por defecto. A pesar de ello, causó un gran revuelo que obligó a Adam Mosseri, máximo responsable de Instagram, a explicar la decisión de la empresa.

"Podemos hacer, y haremos, que sea más fácil entender exactamente lo que está pasando", dijo.

En lo que respecta a estos dos periodistas tecnológicos, lo agradeceríamos.

Leído por Mike Isaac Producción de audio por Patricia Sulbarán.

Mike Isaac es corresponsal de tecnología para el Times, radicado en San Francisco. Cubre regularmente Facebook y Silicon Valley.

Kashmir Hill escribe sobre la tecnología y las maneras en que está cambiando la vida cotidiana de las personas, centrándose especialmente en la privacidad. Lleva más de una década cubriendo tecnología.

Leído por Mike Isaac Producción de audio por Patricia Sulbarán.