¿Por qué un corredor no debe estrenar nada el día de la carrera?

Las competencias son el resultado de mucho entrenamiento, entregarse a la improvisación con respecto a muchos detalles, suelen traer dolores de cabeza

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Cualquier corredor experimentado lo sabe, cualquier novato lo ha escuchado: No estrenar nada el día de la carrera. No, no es una cábala para la buena suerte, no es un capricho tampoco, es, aunque no lo parezca, uno de los consejos más importantes que puede recibir un corredor que participa de carreras. Nunca hay que probar algo nuevo en las competencias, hacerlo es entregarse a una serie de problemas que se podrían haber evitado.

Antes de llegar a la línea de largada, un corredor ha estado meses entrenando específicamente para esa carrera. Kilómetros y kilómetros acumulados durante todo ese tiempo. Cada sesión de entrenamiento ha costado mucho esfuerzo y constancia. Pero insólitamente es muy común que los corredores cometan errores tontos que no habría porqué haberlos sufrido. Cuando más larga es la carrera, más caro es el precio que se paga por dicho errores.

¿De qué hablamos cuando hablamos de no estrenar nada? De varias cosas. Empecemos por la comida. No se debe comer algo completamente desconocido antes de correr. Cuánto más parecida sea la dieta a lo que siempre comemos, más seguro será. Un tipo de comida muy distinta, siempre es una lotería. Los cuerpos muchas veces no pueden tolerar un cambio del tipo de comida que uno sufre y paga un precio muy alto por haber descuidado ese aspecto de la vida de un corredor.

Hay que evitar usar nueva indumentaria, accesorios o probar una nueva comida el día de la carrera (Credit: John Jones)
Hay que evitar usar nueva indumentaria, accesorios o probar una nueva comida el día de la carrera (Credit: John Jones)

Los accesorios que se usan en una carrera no deben ser estrenados el día de la competencia. Desde la forma en la que se usa en reloj y que tan apretado se lo lleva puesto hasta el tipo de gorra o lentes a llevar, todo merece como mínimo un entrenamiento, si es posible de los largos. Un cinturón porta geles puede ser una buena idea, pero si al arrancar se mueve o tiende a caerse, pasaremos toda la carrera sufriéndolo. Ni hablar si roza con algún pedazo de piel. Luego de varios kilómetros comenzará a dejar su marca. Algo que molesta al empezar, puede provocar que no terminemos la carrera.

En las carreras de trail, la mochila y lo vayamos a llevar en ella también deben ser debidamente usados para ver como ajustan, cuanto pesan al moverse y si es el talle de mochila que nos corresponde. En una ultramaratón, todo es un detalle crucial. Hasta una mochila con los elementos en su interior mal distribuidos puede producir un desastre. Usar vaselina salva a los corredores de los roces insoportables y la piel paspada, nunca salgan sin ella. Si estos elementos son prestados, aunque sean usados serán tomados como nuevos, porque lo que importa es como le queda y que tan cómodo es lo que se lleva en cada caso. Lo que a uno le sirve a otro no.

lo que jamás debe estrenarse en una carrera son las zapatillas. Sí, todo puede salir bien, claro, pero no es necesario arriesgarse (REUTERS)
lo que jamás debe estrenarse en una carrera son las zapatillas. Sí, todo puede salir bien, claro, pero no es necesario arriesgarse (REUTERS)

Pantalones y calzas, siempre deben ser probados antes. Las telas pueden ser buenas o malas, así como también hay pieles más delicadas. Con la remera es más complicado, porque muchas veces el corredor recibe la remera el mismo día incluso que la competencia, por lo que difícilmente la use y la lave una vez antes de la carrera. Todos vemos que la mayoría de los corredores rápidos no usa la remera oficial del evento. Esto se debe a que pocas carreras dan musculosas, la remera idea para recorrer kilómetros y más kilómetros. Vaselina o cinta, una remera que raspa, más aún cuando llueve, puede producir un daño en la piel que termina en sagrado. Probar todo siempre que sea factible.

Pero lo que jamás debe estrenarse en una carrera son las zapatillas. Sí, todo puede salir bien, claro, pero no es necesario arriesgarse. Uno o dos entrenamientos servirán para saber como nos quedan, ajustar correctamente los cordones y asegurarnos que funcionen.

Una zapatilla incómoda puede producir raspones, ampollas, exigir de forma inusual todos nuestros músculos o incluso salirse. Las zapatillas son la pieza más delicada del equipo del corredor, hay que tomarse el tiempo necesario para elegirlas y luego ponerlas a prueba para saber si nos sirven. Evitando todos estos errores reduciremos mucho la posibilidad de que las cosas no salgan bien. El resto, se sabe, es ir y correr lo mejor que se pueda.

*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.

Realización Gastón Taylor / Edición: Patricio Straticco / Producción: Macarena Sánchez

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