Investigadora de la Universidad de California: “Occidente debería haber adoptado antes los barbijos como se hizo en Asia”

Lo dijo a Infobae la investigadora en enfermedades infecciosas Mónica Gandhi, de la Universidad de California en San Francisco. Publicó un estudio que demuestra que los barbijos pueden prevenir la infección por el coronavirus, o al menos reducir la carga viral que llega a la persona

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Los barbijos previenen la infección, pero como su protección no es total, al menos reducen la cantidad de carga viral, según una investigadora REUTERS/Phil Noble
Los barbijos previenen la infección, pero como su protección no es total, al menos reducen la cantidad de carga viral, según una investigadora REUTERS/Phil Noble

Mónica Gandhi estudió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y decidió dedicarse a las personas viviendo con el VIH. Investigó el nivel de adherencia al tratamiento por parte de la población y sus limitaciones. Cuando la pandemia empezó a golpear a Occidente, giró su atención en el nuevo coronavirus y las medidas de prevención para proteger a la población.

Ahora, publicó un trabajo científico en el que recopiló evidencias que le suman relevancia al uso de barbijos o mascarillas. Encontró que los barbijos previenen la infección. Pero como su protección no es total, al menos reducen la cantidad de carga viral que una persona puede recibir al estar en contacto cercano con otros afectados. Es decir, el barbijo también puede favorecer que las personas sólo desarrollen cuadros leves o asintomáticos.

-¿Cómo fue que investigó el impacto de los barbijos?

-Soy médica e investigadora en enfermedades infecciosas, principalmente en el campo del VIH. Cuando la pandemia empezó, con mis colegas pasamos a prestarle atención. Escribí un artículo sobre la importancia del barbijo después de hacer un comentario sobre con cuánta frecuencia la infección puede ocurrir en pacientes sin síntomas. Con el paso del tiempo, estuve viendo brotes y reportes muy cuidadosamente y quedé golpeada por el aumento de casos asintomáticos notificados en todo el mundo. Una revisión sistemática de estudios tempranos, antes de que el uso del barbijo fuera ampliamente utilizado, indicó que la proporción de asintomáticos era del 15%. Una revisión de la reciente narrativa de 16 estudios diferentes estimó que la proporción de asintomáticos puede estar entre el 40 y el 45%. Los ambientes con barbijo masivo tienen una tasa mayor de infectados asintomáticos, que oscila entre el 80 y el 95%. Por esto, me interesé en la infección asintomática, especialmente si puede conducir a la inmunidad, y si podría ser clave para terminar con la pandemia.

Dos personas llevan mascarillas en una estación de trabajo comunitaria en París. Agosto, 31, 2020. REUTERS/Christian Hartmann
Dos personas llevan mascarillas en una estación de trabajo comunitaria en París. Agosto, 31, 2020. REUTERS/Christian Hartmann

-¿En qué consistió su estudio?

-Nuestro artículo, que fue publicado en la revista Journal of General Internal Medicine, compiló evidencia de tres campos que son la virología, la epidemiología y la ecología. La evidencia demuestra que las mascarillas o barbijos reducen la carga viral que una persona inhala y hace que la enfermedad sea más leve si se contagia. La evidencia virológica está esbozada en el artículo, pero hay trabajos científicos que se remontan a 1938 sobre la relación entre la carga viral y la severidad de la enfermedad. Por supuesto, me refiero a otras infecciones. Cuanto más virus entra en el organismo, se puede producir un cuadro más grave.

-¿Cómo se sabe?

-Se ha demostrado en muchos modelos animales con una variedad de infecciones virales. Esa relación entre la carga viral y el grado de enfermedad también se ha demostrado con la gripe A en voluntarios humanos en 2015. En ese estudio de reto o de infección controlada, los voluntarios humanos a los que se les infectó con el virus de la gripe, se enfermaron más si habían recibido más de una dosis. En un modelo de hámster para COVID-19, los animales a los que se les administró una carga más alta del coronavirus tuvieron una enfermedad más grave que aquellos a los que se les administró una carga menor. Otro estudio reciente hizo una simulación de la situación de hamsters con barbijos. Los animales que se expusieron a la infección que tenían “barbijos” tuvieron menos probabilidades de contraerla, y, si la adquirieron, obtuvieron una enfermedad más leve.

-¿Qué pasó durante los viajes en cruceros desde enero pasado?

-La evidencia demuestra que en los lugares como en los cruceros el uso de los barbijos aumenta la tasa de infección asintomática. Es decir, puede haber casos de infecciones, pero se transitan sin síntomas. Al inicio de la pandemia, la tasa de infección asintomática en cruceros fue del 18%. En cambio, en otro crucero que zarpó desde Ushuaia, Argentina, los pasajeros y el personal (la mayoría eran de Australia y Nueva Zelanda) usaron barbijos, y el 81% de los que se infectaron fueron asintomáticos. Antes de la partida a mediados de marzo pasado, se les tomó la fiebre y se preguntó por los síntomas a todos y si tenían antecedentes de viaje a países de Asia. Al octavo día a bordo, se detectó el primer caso, y se decidió el aislamiento en las cabinas, estaciones con alcohol en gel, y el uso de los barbijos.

Personas con mascarillas en la plaza del Trocadero, cerca de la Torre Eiffel, en París, Francia, el 28 de agosto de 2020  REUTERS/Charles Platiau
Personas con mascarillas en la plaza del Trocadero, cerca de la Torre Eiffel, en París, Francia, el 28 de agosto de 2020 REUTERS/Charles Platiau

-¿Qué pasa en otros lugares de concentración de personas?

-En dos grandes brotes en plantas de procesamiento de alimentos en los Estados Unidos, donde dieron barbijos a los trabajadores y se les ordenó usarlos, el 95% de más de 600 personas infectadas fueron asintomáticas. En los países que usan barbijos, la tasa de enfermedades graves es muy baja en comparación con los países con tasas desiguales de mascarillas a nivel de la población como los Estados Unidos.

-Si usan los barbijos, ¿por qué la gente se contagia igualmente?

-Los barbijos reducen la transmisión, pero no del todo. La primera razón para usar barbijo a nivel de la población para el control de la enfermedad COVID-19 se hizo evidente en marzo, cuando comenzaron a circular informes que describían las tasas de excreción del coronavirus de pacientes asintomáticos. Como los pacientes sin síntomas pueden expulsar el virus por la nariz y la boca a tasas igualmente elevadas que los que tienen síntomas, el uso universal del barbijo se convierte en una forma obvia de prevenir la transmisión del coronavirus de personas asintomáticas. En los Estados Unidos, el 3 de abril los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomendaron el uso de barbijos de tela para el público en entornos con altas tasas de transmisión en la comunidad, pero se siguió de manera desigual en todo el país.

-¿Hay otras razones para utilizar barbijos?

-Sí. La segunda razón es proteger a las personas. Las mascarillas filtran la mayoría de las partículas virales a las que el usuario está expuesto, pero no todas. Por lo tanto, el usuario puede infectarse si se expone a alguien que está contagiado. Pero al tener el barbijo, se expone a una dosis más baja y así la infección es más leve.

Estudiantes usan mascarilla en Seúl, Corea del Sur, el 25 de agosto de 2020 REUTERS/Kim Hong-Ji
Estudiantes usan mascarilla en Seúl, Corea del Sur, el 25 de agosto de 2020 REUTERS/Kim Hong-Ji

- ¿Occidente debería haber empezado antes a usar los barbijos?

-Sí, en retrospectiva, los países y la Organización Mundial de la Salud deberían haber recomendado los barbijos a nivel de la población antes. Recién se recomendó el 5 de junio de 2020. A los países acostumbrados a los barbijos desde el SARS en 2002, como Hong Kong, Taiwán, Tailandia, Corea del Sur, Singapur, Viet Nam y el Japón, les ha ido mucho mejor en cuanto a las tasas de enfermedades graves y muertes que a los Estados Unidos.

-¿Deben las personas seguir el aislamiento más allá del uso del barbijo?

- Un reciente estudio de modelación que se está evaluando demostró que el barbijo probablemente sea más eficaz que el distanciamiento social para reducir las infecciones. En este momento, la recomendación es tanto para el barbijo como para el distanciamiento social. En cuanto al aislamiento, en los Estados Unidos solo se recomienda sólo para las personas que se sabe que están activamente infectadas durante 10 días después de la aparición de los síntomas.

Dos personas descansan sentadas en un banco, mientras otras dos pasan a su lado, todas ellas llevando la obligatoria mascarilla de protección. EFE/Manuel Bruque
Dos personas descansan sentadas en un banco, mientras otras dos pasan a su lado, todas ellas llevando la obligatoria mascarilla de protección. EFE/Manuel Bruque

-¿Deberían los EEUU adoptar una cuarentena masiva a nivel nacional?

-No, no estoy entre los investigadores de enfermedades infecciosas que consideran que Estados Unidos debería imponer una nueva cuarentena nacional. Los cierres crean condiciones económicas que perjudican a los pobres de forma desproporcionada. Creo que hemos aprendido mucho sobre cómo se propaga este virus y cómo detener su propagación desde marzo. Estoy a favor de un enfoque de adopción de principios básicos de salud pública para el coronavirus para detener su propagación en los entornos que se han abierto, incluyendo el barbijo universal, el distanciamiento social, la higiene de las manos, el agrupamiento en las escuelas (el grupo de niños interactúa solo con su docente y no con otros grados), y la localización de contactos para los casos activos. Como dijo el director del CDC de Estados Unidos a mediados de julio, yo también creo que el barbijo universal en los Estados Unidos podría llevarnos al final de la pandemia.

-¿Cree que los barbijos ayudaron en América Latina a reducir la propagación del coronavirus?

-Algunos países de América Latina adoptaron el mandato de los barbijos y otros recomendaron, pero no se cumplió totalmente. Soy investigadora del VIH que ha estudiado el comportamiento y la adherencia por más de dos décadas. En el caso del barbijo, las normas han sido efectivas para muchos países. Sí, creo que los barbijos ayudaron a cualquier país que los implementó a nivel poblacional, incluso a las naciones de América Latina.

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