¿Un gigante entre los romanos? El misterio de una sandalia sorprende a los expertos

El hallazgo de un calzado de cuero de 2.000 años en una trinchera defensiva del norte británico reveló una pieza inusualmente conservada y con un tamaño que generó interrogantes entre los científicos

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El hallazgo de una sandalia
El hallazgo de una sandalia romana talla 49 en Magna revela la diversidad física en el ejército imperial (Magna Dig Diary 2025)

El equipo de arqueólogos y voluntarios del proyecto Magna 2025, liderado por el museo Vindolanda Trust, descubrió en el fuerte romano de Magna, al norte de Inglaterra, una sandalia de cuero de aproximadamente 2.000 años de antigüedad, notable por su excepcional tamaño: talla 49 europea (32 centímetros de largo).

Según Muy Interesante, el hallazgo se produjo durante una excavación en una zona próxima al Muro de Adriano, donde apareció el calzado en perfecto estado de conservación.

La sandalia fue encontrada intacta en el fondo de un foso defensivo conocido como rompe-tobillos, una trinchera profunda y angosta diseñada para inmovilizar a quienes intentaran penetrar las defensas del fuerte.

El diario de excavación fechado el 21 de mayo detalla que la aparición de la suela de 32 cm provocó una fuerte reacción entre los presentes. El calzado estaba confeccionado en cuero multicapas, unido mediante costuras, clavos y tiras, y se mantuvo en excelente estado gracias a la ausencia de oxígeno en las capas profundas del suelo.

Singularidad técnica y arqueológica

La sandalia de cuero de
La sandalia de cuero de 2.000 años fue encontrada intacta cerca del Muro de Adriano, en el norte de Inglaterra (Magna Dig Diary 2025)

El tamaño del calzado no fue el único aspecto que sorprendió. La pieza reveló técnicas de manufactura avanzadas utilizadas por el ejército romano para garantizar durabilidad en terrenos húmedos y pedregosos. La suela reforzada con clavos refleja el diseño adaptado a las condiciones del norte de Inglaterra.

Si bien el museo recuperó centenares de sandalias romanas en la región, ninguna se había conservado tan completa ni presentaba dimensiones comparables, lo que la convierte en una pieza única dentro de su colección.

El foso donde se halló el zapato también proporcionó numerosos objetos cotidianos: cuentas de vidrio, peines de madera, fragmentos de cerámica, restos animales y otros calzados, algunos de ellos infantiles. Estos elementos sugieren que en torno al fuerte vivían soldados, mujeres, niños y trabajadores civiles, permitiendo ampliar la comprensión sobre la composición social en la frontera septentrional del imperio.

Diversidad física en el ejército romano

El hallazgo en una trinchera
El hallazgo en una trinchera defensiva del norte británico reveló una pieza inusualmente conservada

El tamaño del calzado —talla 49— representa una excepcionalidad física incluso en la actualidad, donde menos del 1% de la población europea utiliza esa medida. El ejército romano reclutaba individuos de diferentes regiones del imperio, lo que generaba una notable diversidad morfológica.

Aunque se especuló sobre el rol del propietario —posiblemente un soldado de élite o cargador de equipo pesado—, el equipo arqueológico mantiene la cautela. La sandalia será analizada para determinar su procedencia exacta, antigüedad y posibles indicios sobre su usuario.

La excelente conservación del calzado fue posible gracias a condiciones anaeróbicas del suelo. Sin embargo, los investigadores alertaron que estas condiciones están desapareciendo por efecto del cambio climático, que modifica la humedad y el nivel freático del terreno.

Esta degradación progresiva limita el tiempo disponible para recuperar objetos orgánicos antes de que se deterioren irreversiblemente, lo que puso al proyecto Magna 2025 en estado de alerta.

Conservar la historia a través de objetos

El foso donde apareció la
El foso donde apareció la sandalia también contenía objetos cotidianos que amplían la visión sobre la vida en la frontera romana (Magna Dig Diary 2025)

Uno de los pilares del proyecto Magna es la ciencia ciudadana. Las excavaciones se desarrollan con la colaboración de voluntarios, muchos sin experiencia previa, bajo supervisión profesional. Esta iniciativa fortaleció el vínculo entre arqueología y sociedad.

Jo, una de las voluntarias que halló una de las sandalias, comentó a Muy Interesante: “Un zapato es un objeto tan personal, que realmente te conecta con la gente que vivía en el fuerte”. El proyecto también incluye estudios medioambientales y actividades divulgativas centradas en los efectos del cambio climático sobre los restos arqueológicos.

La sandalia gigante representa un fragmento significativo dentro del mosaico arqueológico que reconstruye la vida cotidiana en la frontera del Imperio Romano. Cada objeto hallado —desde utensilios hasta restos alimentarios— aporta una pieza más para comprender la complejidad y diversidad de estas comunidades.

El verdadero desafío reside hoy en preservar estos testimonios del pasado antes de que se pierdan para siempre. Mientras tanto, la historia del “soldado con el número 49 de pie” aún despierta curiosidad y empuja a recordar que la historia también se construye con huellas anónimas rescatadas del barro.