El partido del derrocado dictador sirio Bashar al Assad informó este miércoles que su actividad quedó suspendida “hasta nuevo aviso”, ante la llegada de los rebeldes al poder.
El secretario general de Baaz, Ibrahim al Hadid, dio a conocer la noticia en un comunicado en el que sumó que todas sus propiedades y fondos quedarán bajo supervisión del Ministerio de Finanzas, mientras que sus ingresos serán depositados, en adelante, en el Banco Central de Siria, conforme establece la Constitución Nacional.
De esta manera, la agrupación política se hizo a un lado de la gobernanza del país, tras más de 50 años, enmascarada en regímenes familiares varios, y se puso a disposición de las nuevas autoridades.
“Seremos favorables a una fase de transición en Siria para defender la unidad del país”, sumó al Hadid.
La víspera, el Organismo de Liberación de Levante (Hayat Tahrir al Sham, HTS), nombró a Mohamed Al Bashir como primer ministro en funciones de la transición, cargo que ocupará hasta el 1 de marzo y desde el cual se encargará de conducir al país en los meses próximos.
Tras su designación, el político e ingeniero de profesión y ex jefe del Gobierno de Salvación, prometió trabajar para reunificar al país e instalar un Gobierno elegido por el propio pueblo, que respete los derechos de todas las comunidades con presencia en el territorio.
Lo “primero (que haremos es) restaurar la seguridad y estabilidad en todas las ciudades sirias. La gente está agotada por la injusticia y la tiranía”, prometió Al Bashir, que aseguró que si bien “el desafío es ciclópeo”, aún es posible conseguir una reconstrucción nacional, con justicia y esperanza.
“Siria es ahora un país libre, que ha recuperado su orgullo y dignidad. Vuelvan. Necesitamos reconstruir y necesitamos la ayuda de todos”, agregó en un llamado a los miles de desplazados para que regresen a sus hogares, con la seguridad de que serán respetados y valorados.
En medio de estos cambios y los ambiciosos proyectos planteados por el HTS tras más de una década de guerra civil en el país, la comunidad internacional se mantiene atenta y esperanzada por el futuro de la nación.
El enviado especial de la ONU para Siria, Geir Pedersen, dijo haber mantenido contacto “con todos los actores clave” para dialogar sobre el nuevo contexto político y social, y destacó que los yihadistas han enviado “buenos mensajes” a la gente desde el inicio de su ofensiva relámpago.
Estados Unidos, por su parte, aseguró que apoyará al futuro gobierno a conformarse en Damasco, siempre y cuando dé cuenta de la voluntad del pueblo y se alinee a los principios democráticos e internacionales, que incluyen el respeto por los derechos humanos, la coordinación para el ingreso de ayuda humanitaria, la destrucción segura de armas químicas y biológicas, e importantes esfuerzos para impedir que el territorio se convierta en una base para el terrorismo y una amenaza para su pueblo y para terceros.
“Estamos dispuestos a brindar todo el apoyo necesario a las diversas comunidades y sectores de la población de Siria”, con la condición innegociable de que se trate de “una gobernanza creíble, inclusiva y no sectaria, que cumpla con las normas internacionales”, dijo el secretario de Estado saliente, Antony Blinken. “El pueblo sirio decidirá el futuro de Siria. Todas las naciones deben comprometerse a apoyar un proceso inclusivo y transparente, y abstenerse de toda interferencia externa”, continuó.
(Con información de AFP y Europa Press)