La EMA señaló un desorden neurológico como posible efecto colateral “muy inusual” de la vacuna AstraZeneca

El síndrome Guillain-Barré fue añadido a la información del producto, aunque se han detectado menos de mil casos entre casi 600 millones de dosis aplicadas. La medida ya había sido aplicada para la fórmula de Johnson y Johnson

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Síndrome Guillain-Barré
Síndrome Guillain-Barré

La Agencia Europea del Medicamento (EMA) señaló al síndrome neurológico Guillain-Barré como un posible efecto secundario “muy inusual” de la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19.

Según la EMA, se reportaron 833 casos del síndrome Guillain-Barré (SGB) en todo el mundo hasta el 31 de julio entre las 592 millones de dosis aplicadas de la vacuna de AstraZeneca.

“El SGB debe ser agregado a la información del producto como efecto secundario” de Vaxzevria, el nombre de la vacuna, indicó la agencia con sede en Amsterdam.

Precisó que se trata de un efecto secundario “muy inusual” que se da en menos de una en cada 10.000 personas.

La agencia había señalado al SGB como un efecto secundario “muy inusual” de la vacuna de Johnson & Johnson, que utiliza la misma tecnología de adenovirus que la de AstraZeneca. La FDA estadounidense también advirtió en julio de un “riesgo aumentado” de desarrollar SGB con la vacuna de Johnson & Johnson.

Sin embargo, ambos reguladores destacaron que los beneficios de las dos vacunas superan los potenciales riesgos.

El síndrome Guillain-Barré es una inflamación de nervios que puede causar parálisis temporal y dificultad para respirar. Comúnmente se asocia a procesos infecciosos, aunque hay pocos trabajos concluyentes en torno a esa hipótesis.

Lo que se sabe hasta ahora es que, cuando se contrae la enfermedad, el sistema inmunológico ataca a una parte del sistema nervioso periférico, afectando la mielina, la capa aislante que cubre los nervios.

Como consecuencia, los nervios se vuelven incapaces de transmitir señales con eficiencia. Y por ello, los músculos comienzan a perder su capacidad de responder y los pacientes comienzan a sufrir debilidad. Asimismo, el cerebro recibe menos señales sensoriales del resto del cuerpo, y por lo tanto el individuo afectado empieza a perder sensibilidad ante el calor, el dolor, las texturas y otras sensaciones. La insensibilidad suele empezar en los pies, y avanza en el resto del cuerpo, hasta el rostro.

Si la inflamación afecta a los nervios del tórax y del diafragma –el gran músculo bajo los pulmones que les ayuda a respirar–, y esos músculos están débiles, el paciente puede llegar a requerir asistencia respiratoria.

Según información de la Organización Mundial de la Salud (OMS) la incidencia anual del síndrome de Guillain-Barré oscila entre 0,4 y 4 casos por 100.000 habitantes por año. No hay una cura específica, y los tratamientos suelen centrarse en reducir la gravedad de los síntomas.

La EMA recomendó incluir una advertencia en la información de la vacuna para que las personas busquen atención médica si presentan debilidad y parálisis de extremidades que puede extenderse al pecho y el rostro.

(Con información de AFP, EFE)

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