
El primer ministro de República Checa, Andrej Babis, ha aprovechado la cumbre social celebrada en Oporto para pedir a sus socios de la Unión Europea (UE) que expulsen a diplomáticos rusos en solidaridad por el sabotaje en 2014 de un depósito de munición checo atribuido a agentes secretos de Moscú.
“He pedido que consideren la expulsión de, al menos, un diplomático”, explicó este sábado Babis en una rueda de prensa, en la que argumentó que los países de la UE deben considerar que “si algún Estado miembro es atacado, todos son atacados”.
El Ejecutivo checo expulsó el pasado 17 de abril a 18 empleados de la embajada rusa acusados de ser agentes de los servicios de inteligencia rusos, que Praga afirma estuvieron implicados en dos explosiones en polvorines en el este del país ocurridas en 2014.
Rusia respondió expulsando a su vez a personal de la Embajada checa en Moscú.
Aunque tanto la OTAN como la UE se solidarizaron con Praga, sólo Estonia, Letonia, Lituania y Eslovaquia han expulsado a diplomáticos rusos por este motivo, aunque Polonia, Bulgaria y Rumanía han hecho los mismo en los últimos meses por otros conflictos con Moscú.
Babis expresó su confianza en que en la cumbre de líderes del 25 de mayo la Unión Europea se pronuncie sobre su solicitud.

Bulgaria aliada
El Gobierno búlgaro anunció el pasado 29 de abril la expulsión de un diplomático ruso después de que la Fiscalía anunciase el miércoles una investigación sobre la implicación de seis supuestos agentes rusos en la explosión de cuatro polvorines en los últimos diez años. Y también exigió a las autoridades rusas colaboración para que respondan ante la justicia los responsables del intento de asesinato, en 2015, de tres ciudadanos búlgaros con un veneno parecido al Novichok.
La ministra de Exteriores búlgara en funciones, Ekaterina Zaharieva, aseguró que Bulgaria se reserva el derecho a tomar medidas adicionales y ha insistido que los funcionarios rusos acreditados en el país balcánico deben abandonar toda actividad incompatible con las labores diplomáticas.
Este es el tercer diplomático ruso expulsado de Bulgaria en lo que va de año y el octavo desde 2019, lo que ha tensado las relaciones bilaterales. Otros dos diplomáticos rusos fueron expulsados en marzo acusados de espionaje y de captar a seis militares búlgaros que les entregaban información confidencial y que han sido detenidos.

La Fiscalía búlgara anunció que investiga la posible implicación de agentes rusos en la explosión de cuatro depósitos de armas entre 2011 y 2020, así como nexos con sucesos similares ocurridos en 2014 en República Checa.
Los cuatro polvorines que explotaron tenían armamento destinado a Georgia y Ucrania, países enfrentados a Moscú, y gran parte del material era del empresario Emilian Gebrev, que sufrió un intento de asesinato en 2015 del que la Justicia búlgara responsabiliza a la inteligencia militar rusa (GRU).
Con información de EFE
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