“Esperamos ver pronto a nuestras familias”: SRE ya repatrió a los biólogos mexicanos varados en Tonga

Leslie y David ya se encuentran en Auckland, Nueva Zelanda, y se prevé que lleguen a México el próximo 28 de enero

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Elisa y David mandan un mensaje a sus familias y a los mexicanos (Video: Twitter/SRE)

Tras diez días de la violenta erupción del volcán submarino Hunga-Tonga-Hunga Ha’apai, el cual provocó un tsunami que azotó el Reino de Tonga, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó la noche de este martes que por fin consiguieron que salieran del archipiélago Lesli Elisa Nava Flores y David Olaf Santillán González, los dos biólogos mexicanos varados en la capital Nuku’alofa.

A través de un comunicado, detallaron que a petición del canciller Marcelo Ebrard y gracias al apoyo y asistencia consular de la Embajada de México en Nueva Zelanda, a cargo de Alfredo Pérez Bravo, se logró que, tras la catástrofe natural, ambos connacionales tomarán el primer vuelo comercial en salir de Tonga con destino a Auckland.

A su arribo a tierras neozelandesas, los biólogos por la UNAM fueron recibidos por personal de la embajada, quienes cercioraron del buen estado físico Elisa y David. Además, se les entregó la documentación para su viaje, así como apoyo económico para su regreso a territorio nacional, mismo que se prevé suceda el próximo 28 de enero tras una escala en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.

Lesli y David son dos buzos profesionales egresados de la UNAM (Foto: Twitter / @RUTAISTMO)
Lesli y David son dos buzos profesionales egresados de la UNAM (Foto: Twitter / @RUTAISTMO)

“Estamos muy agradecidos con el trabajo que han hecho (Gobierno de México), muchísimas gracias [...] Ambos esperamos ver pronto a nuestras familias en México. A todos les mandamos nuestros agradecimientos. Tuvimos el apoyo de todos, no solo de nuestros amigos aquí en Tonga”, declararon en un video desde el aeropuerto de Nueva Zelanda, antes de salir hacía Dubái.

La dependencia subrayó que después de que se produjera la erupción del volcán se interrumpió por completo las comunicaciones de Tonga con el resto del mundo; sin embargo, los connacionales consiguieron “tranquilizar” a sus familiares a través de un teléfono satelital facilitado por la representación diplomática del Reino Unido en Nuku’alofa.

Desde ese momento, la Embajada de México en Nueva Zelanda y personal de la SRE han mantenido comunicación permanente con los familiares, llevando a cabo todas las acciones pertinentes encaminadas a que ambos connacionales puedan retornar sanos y salvos a nuestro país.

La distancia entre México y Tonga es de más de 9 mil km
La distancia entre México y Tonga es de más de 9 mil km

Elisa y David, quienes son buzos profesionales egresados de la FES Iztacala de la UNAM, llevaban dos años y medio residiendo en esa nación insular del Pacífico Sur, donde colaboraban en un proyecto de investigación para la conservación del coral marino.

Hace un tiempo intentaron ya abandonar Tonga, pero las restricciones por la pandemia no se los permitieron, pues en el archipiélago de 169 islas, donde solo 30 son habitadas, no hay presencia de COVID-19.

Sobre la otra mexicana que se encontraba en Tonga al momento de la emergencia: Verónica Vega Muñoz, el embajador Pérez Bravo también dio información a Noticieros Televisa. Señaló que, a través de la vía diplomática con Estados Unidos, la originaria de Los Cabos (Baja California Sur), quien está casada con un ciudadano estadunidense, informó que no requiere ayuda del gobierno mexicano.

Narran el momento de la violenta erupción

Imagen de la erupción desde una de las islas más cercanas del volcán (Foto: Reuters)
Imagen de la erupción desde una de las islas más cercanas del volcán (Foto: Reuters)

Durante el vuelo, los mexicanos dijeron vía WhastApp al mismo medio sentirse contentos de ver a sus familias y estar listos para buscar empleo en México.

Por su parte, Elisa cómo fue el momento de la erupción para ellos:

“Era sábado por la tarde, estábamos en casa y planeábamos salir a caminar; sin embargo, antes de salir de casa sentimos un cambio de presión en los oídos (como cuando vas en el avión). Segundos después, escuchamos el primer impacto, claro que nos asustamos. La segunda explosión que se sintió una pequeña vibración, el tercero fue el más fuerte y se escuchaba como crujía la tierra y podías ver la nube negra en el cielo [...] solo tomamos pasaportes y salimos camino al aeropuerto con mis perritos (el lugar más alto de la isla). Conforme avanzamos comenzó a llover pequeñas piedras muy pequeñas y después solo ceniza negra y empezó a oscurecer”, relató.

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