Dos grandes cárteles trasnacionales y siete organizaciones criminales de alto impacto conforman la geografía del narcotráfico en México, según la Evaluación Nacional de Amenazas de Drogas 2020, de la DEA.
El informe advierte que los cárteles mexicanos siguen siendo la principal amenaza de drogas para los Estados Unidos.
El Cártel de Sinaloa, Jalisco Nueva Generación (CJNG), los Beltrán Leyva, el Cártel del Noreste-Los Zetas, Cartel del Golfo, Cártel de Juárez- La Linea, La Familia Michoacana, Guerreros y Los Rojos, conforman las principales redes de tráfico en el país.
A comparación de su última evaluación en 2019, la Agencia Antidrogas incluyó a las células delictivas de la Familia Michoacana, Guerreros Unidos y los Rojos, quienes han crecido de manera exponencial a partir de su alianza con el Cártel Jalisco Nueva Generación.
El CJNG designado como el grupo criminal de mayor presencia en el país, ha tejido nuevos vínculos para ganar presencia en los estados, sobre todo en aquellos dominados por su rival, el Cártel de Sinaloa.
De acuerdo con la DEA, Los Rojos son una escisión del cártel de los Beltrán Leyva. Genera violencia en las regiones mexicanas donde están activos.
Están involucrados en tráfico de heroína. Su liderazgo cambia con mayor frecuencia, a comparación de otros cárteles, debido a los arrestos de sus miembros.
En tanto, el cártel de Guerrero Unidos, que también surgió de la fragmentación de la organización de los Beltrán Leyva, tiene su base de operaciones en el estado de Guerrero. De acuerdo con el análisis, tiene una asociación con el CJNG y usa la misma ruta de transporte para los los cargamentos de drogas a Estados Unidos.
La meteórica expansión de Guerreros Unidos
En 2015, Adam J. Stachecki, agente de la DEA, presentó una queja judicial (14CR705) en el distrito norte de Illinois.
En el documento, en poder del periodista Victor Hugo Michel, se relata cómo Guerreros Unidos logró controlar todos los pasos de la cadena productiva de heroína. Desde la siembra, producción y transporte de la droga, hasta su distribución a narcomenudistas en la ciudad de Chicago (EEUU).
En agosto de 2013 fue cuando comenzó el negocio de los narcotraficantes. De la mano de Pablo Vega Cuevas, alias “El Transformer”, la pequeña organización se estableció en la ciudad de los vientos.
Ahí “trabajó con varias fuentes para importar grandes cantidades de heroína y cocaína de México a Illinois y coordinó la distribución y la recolección de las ganancias en Chicago a nombre de Guerreros Unidos”, según se define en la causa judicial.
La DEA supo de las operaciones por un informante que accedió a proporcionar detalles de las mimas. Desde entonces hasta el 8 de diciembre de 2015, la agencia mantuvo un monitoreo constante sobre las comunicaciones de Vega y sus colaboradores.
La agencia estadounidense intervino llamadas y los mensajes de Blackberry que se hacían desde Chicago y sus suburbios a números telefónicos en México. Con estas llamadas se pudo constatar que hubo transacciones en las que Vega logró vender su droga en USD 600 mil de golpe.
Este dinero era reinvertido en México para comprar más narcóticos. Así, la organización logró coordinar el transporte de hasta 26 kilogramos de la droga en un solo embarque a Estados Unidos.
El periodista Víctor Hugo señala que, entre 2013 y 2014, una sola célula del cártel llevó a la ciudad de Chicago al menos 183 kilogramos de heroína de alta calidad, con un valor en la calle de hasta USD 11 millones.
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