Los grandes desafíos de la Iglesia tras la pandemia de coronavirus en México

Aseguró estos se unen a retos anteriores como la atención a los grupos vulnerables o la lucha contra el abuso sexual en estructuras eclesiásticas

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Cuando el color de semáforo de riesgo cambie a naranja podría ingresar el 30% de las personas y en amarillo 60%. (Foto: Fernando Carranza/ Reuters)
Cuando el color de semáforo de riesgo cambie a naranja podría ingresar el 30% de las personas y en amarillo 60%. (Foto: Fernando Carranza/ Reuters)

Con las primeras 24 horas del 1 de junio, México comenzó con la reapertura del país luego de 70 días oficiales de la Jornada Nacional de Sana Distancia. Poco a poco, las distintas actividades de los sectores sociales, culturales, económicos y hasta religiosos se irán reactivando para entrar en la Nueva Normalidad.

En el país existen 98 diócesis que gradualmente irán abriendo las puertas a los fieles mexicanos con ciertas medidas para mitigar los contagios al interior de los recintos religiosos. Javier Rodríguez Labastida, director de comunicación de la Arquidiócesis Primada de México, compartió tres retos que tendrá que enfrentar la Iglesia Mexicana en esta reapertura.

El primero y más claro es el establecimiento de protocolos claros y eficientes que garanticen la salud de fieles, trabajadores y sacerdotes. Detalló en su columna de El Universal que ya han sido dictadas una serie de orientaciones litúrgicas y sanitarias con este objetivo en la Conferencia del Episcopado Mexicano.

Entre ellas se encuentran las celebraciones con solo el 30% de la capacidad de los recintos, restringir el acceso a las personas de grupos vulnerables, sanitizar el espacio entre cada celebración y mantener en funcionamiento las transmisiones web de las misas tanto por televisión como en internet.

Con el semáforo naranja también podrían reanudarse las bodas y los bautizos respetando los protocolos sanitarios durante las celebraciones. (Foto: Reuters/Henry Romero)
Con el semáforo naranja también podrían reanudarse las bodas y los bautizos respetando los protocolos sanitarios durante las celebraciones. (Foto: Reuters/Henry Romero)

En segundo lugar Rodríguez Labastida destacó el acompañamiento emocional y espiritual que habrá que dar a quienes lo soliciten. Por este lado, el desafío se encuentra en dar una respuesta adecuada a esto, pues así se “fortalece los valores humanos”, lo que consideró indispensable para el momento de ruptura que se vive hoy en día.

Por último informó que es imprescindible enfrentar los desafíos en cuanto a la administración y la economía relacionada con el sostén de los inmuebles y el servicio patronal.

Para esto destacó la importancia de generar lazos con la autoridad civil, “recordemos que son propiedad de la nación”, además de encontrar formas eficaces de motivar a quienes son fieles a la Iglesia.

Aseguró que estos tres retos que aplicarán en específico para el regreso de la pandemia se unen a otros como la atención a los grupos vulnerables, víctimas de la violencia, comunidades migrantes, la lejanía de la juventud y la lucha contra abusos sexuales en estructuras eclesiásticas .

En el país existen 98 diócesis que gradualmente irán abriendo las puertas a los fieles mexicanos con ciertas medidas (Foto: Reuters/Luis Cortes)
En el país existen 98 diócesis que gradualmente irán abriendo las puertas a los fieles mexicanos con ciertas medidas (Foto: Reuters/Luis Cortes)

Calificó a la pandemia como un “desafío histórico” en sí mismo y llamó a la cooperación entre Estado, Iglesia y sociedad, ya que aunque la iglesia se administra y sostiene de cooperaciones voluntarias, en esta ocasión se volvió necesaria la participación multilateral.

También habló sobre el regreso a los recintos religiosos el padre José de Jesús Aguilar, subdirector de radio y televisión del Arzobispado Primado de México.

En una entrevista con El Heraldo de México aseguró que mientras el semáforo de riesgo estuviera en rojo, los recintos no tendrían permitido abrir. Sin embargo, cuando el color cambiara a naranja podría ingresar el 30% de las personas y en amarillo 60%.

Con el semáforo naranja también podrían reanudarse las bodas y los bautizos respetando los protocolos sanitarios durante las celebraciones.

Por otro lado, también se estarían implementando el uso de cubrebocas, el lavado de manos con gel antibacterial al entrar al recinto y la toma de la temperatura. Mientras que para la comunión, los sacerdotes se limpiaran las manos y en lugar de dar “la paz” con las manos, las personas harán una reverencia.

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