El agua sería el portal que atrae a La Llorona por los canales de Xochimilco

Esta leyenda oral se ha mantenido por generaciones y son muchos los que aseguran que la han visto

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La Llorona (Foto: Especial/ Códice Florentino, lib. XII)
La Llorona (Foto: Especial/ Códice Florentino, lib. XII)

Esta leyenda surgió en América Latina. En México tiene cientos de años arraigada. Quizás, se trata de la unión de la cultura europea con la latinoamericana, aunque hay registros prehispánicos que señalan que su origen sería más antiguo.

En el lago de Xochimilco aparece una mujer vestida de blanco, flota sobre el agua y sus lamentos se pierden con el viento: narra una vieja tradición oral.

La leyenda de la Llorona forma parte de la identidad de los mexicanos, afirma Angélica Galicia Gordillo, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM. El mito cuenta que siempre se aparece en los espacios donde hay agua, ya sea en barrancas, lagos, cerca de pozos y hasta en los túneles de Guanajuato, que durante las lluvias se encharcan.

De acuerdo con la académica, la importancia que tenían los mitos, los cuentos fantásticos y la tradición oral se centraban en la parte moral, los valores y las reglas. Todas las leyendas tienen su símbolo: en este caso se trata de una mujer hermosa, vestida de blanco, siempre se aparece de espaldas cepillándose el cabello y cuando se voltea tiene cara de caballo.

Regularmente, este espíritu visita a los hombres borrachos o de cascos ligeros (mujeriegos). “Era como decir: aguas, si vienes borracho de noche te puede salir la Llorona, y en una de esas te lleva, te vuelves loco o hasta te mueres de un susto”, explica.

Lo curioso, añade, es que siempre se le aparece al tío, al abuelo o algún familiar que ya falleció. Nunca a alguien que está vivo. ¿Por qué es mujer? No tenemos la menor idea, quizás porque en la época prehispánica el género femenino se relacionaba con la Luna, el agua, la Tierra y la reproducción.

El origen

Esta leyenda surgió en América Latina y podríamos decir que en México. Quizás, se trata de la unión de la cultura europea con la latinoamericana, reitera la investigadora. Por ejemplo, en el viejo continente se cree en las sirenas que seducían a los marineros para ahogarlos. “Si nos fijamos bien es otra vez la mujer relacionada con el agua”.

En México, la tradición oral cuenta que la Cihuateteo, un espíritu de la cultura mexica, llora por todos sus hijos fallecidos en la batalla contra Hernán Cortés.

No obstante, en la época del virreinato la versión se transforma por una mujer que llora al haber ahogado a sus hijos: por eso se le enlaza con el agua.

Existe una versión que relaciona La Malinche con La Llorona y diferentes representaciones de Cihuacóatl (Fotos: Pinterest, Wikipedia)
Existe una versión que relaciona La Malinche con La Llorona y diferentes representaciones de Cihuacóatl (Fotos: Pinterest, Wikipedia)

La Llorona se aparece desde México hasta Costa Rica, pero en diversas comunidades tiene otras formas de proceder, e incluso maneja diversos nombres, pero siempre coincide con una hermosa mujer que llama a los hombres.

Por ejemplo, en el valle del Mezquital, en el estado de Hidalgo, una mujer vestida como otomí se le aparece a los niños pastores, platica con ellos y si le convidan, aunque sea lo más humilde que tengan, ella les regala agua. “Algo con mucho sentido porque en esa zona no hay este recurso”.

El mito de la Llorona y las sirenas seguirá presente por generaciones porque todavía existen hombres con testosterona, mujeriegos o borrachos, concluye Galicia Gordillo.

¿Es cierto que se aparece la Llorona? Misael, un habitante de Xochimilco, con un gesto afirmativo respondió que en un par de ocasiones la ha escuchado: “en las madrugadas se oyen lamentos muy feos, y dicen que cuando se escucha a la distancia es porque está muy cerca: en ese momento los perros chillan como si tuvieran miedo”.

Misael afirma que no cree en esas cosas, pero al igual que él, varios de sus vecinos la han escuchado: “por ese lado yo creo que sí existe”. En toda su vida en Xochimilco sólo escuchó a la Llorona un par de ocasiones, y aunque no le da miedo, de pronto sí se le “enchina el cuero” pero “no pasa nada”.

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