Conozca a Vandana Shiva, la última guardiana de las semillas naturales

por Sofía Benavides

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Vandana Shiva en Buenos Aires (FINCA)
Vandana Shiva en Buenos Aires (FINCA)

"Nunca aceptaré las patentes sobre las semillas, jamás, y haré lo que sea necesario para resistirlo, como activista e intelectual", dijo Vandana Shiva un día del año 1987, y volvió a repetirlo hace unos días en Buenos Aires, adonde llegó para participar en el 3º Festival Internacional de Cine Ambiental (FINCA). Además de dar entrevistas a decenas de periodistas, Shiva ofreció charlas para una audiencia de centenares de personas, a las que hipnotizó con un discurso científico y a la vez político en defensa del medio ambiente.

En la década del 80, después de publicar el libro La violencia de la Revolución Verde, la activista fue invitada a una reunión de la ONU en Ginebra sobre las nuevas biotecnologías. Allí, los representantes de las empresas químicas hablaron por primera vez de aplicar la ingeniería genética a la producción de alimentos a gran escala y de generar patentes sobre las semillas.

Ese día decidí que mi lucha sería por salvar las semillas

"Ese día decidí que mi lucha sería por salvar las semillas", recuerda en una charla con Infobae. Y así fue. En la India, fundó Navdanya, un movimiento nacional para proteger la diversidad y la integridad de los recursos naturales –especialmente de las semillas nativas– y promover la agricultura orgánica y el comercio justo, a través de la creación de al menos 60 bancos de semillas en todo el país. Mientras tanto, ha colaborado con movimientos contra la ingeniería genética en África, Asia, América Latina, Irlanda, Suiza y Austria; y lidera la Comisión sobre el Futuro de los Alimentos, establecida en la región de Toscana, en Italia. Es miembro de la junta del Foro Internacional sobre Globalización (IGF) y del Comité Directivo de la Campaña Popular de la India contra la OMC. Shiva recibió doctorados honorarios de las Universidades de París, de Ontario Oeste, de Oslo, del Connecticut College, la Universidad de Toronto, la de Victoria y la de Guelph. Y hay todavía más.

La activista medioambiental es conocida como “la guardiana” de las semillas (FINCA)
La activista medioambiental es conocida como “la guardiana” de las semillas (FINCA)

Los bancos de semillas surgieron como una necesidad ante la angustiante situación que generó en la India la expansión de los transgénicos. Según Shiva, unos 200.000 campesinos se suicidaron en dos décadas al no poder afrontar las deudas que habían contraído con los suministradores de simientes, abonos y pesticidas. Ahora, gracias a la iniciativa, se ha salvado el cultivo de 3.000 variedades de arroz en peligro de extinción y de 150 variedades de trigo.

¿Qué fue lo que hizo que una joven india estudiante de Física se convirtiera en una de las voces internacionales más autorizadas para hablar de la defensa del medio ambiente?

"Cuando me estaba yendo de la India para hacer mi doctorado en Física Cuántica en Canadá, quise visitar algunos de los bosques y arroyos de la zona en la que crecí para llevarme un recuerdo. Pero cuando llegué allí, me di cuenta de que esos bosques y arroyos habían desaparecido, y sentí que una parte de mí había muerto", contó sobre uno de los episodios que transformaron su vida.

"Impactada por la desaparición de esos paisajes, fui en busca de las pequeñas comunidades de la zona. Allí conocí a un grupo de mujeres campesinas que se dedicaban a abrazar los árboles para evitar su tala, cuyo movimiento fue bautizado como 'Chipko', en referencia al nombre de esa acción de resistencia", explicó Shiva a Infobae. "Ellas cambiaron mi vida".

El viraje fue tan abrupto que decidió cambiar las ciencias duras por la filosofía y el activismo medioambiental y dedicarse por completo a una causa que entonces –corría la década del 1980– no gozaba de los niveles de popularidad actuales.

Shiva nació en la ciudad de Dehradun, en el norte de la India. Es un hermoso valle verde a los pies del Himalaya, marcado por arroyos y bosques, que se extiende entre el nacimiento del río Ganges y el río Yamuna, los que se unen más tarde en Allahabad. El lugar es conocido por reunir en la gigantezca "feria de la creación", cada 12 años, a unos 50 millones de personas.

Ha escrito más de una veintena de libros y ha recorrido el mundo ofreciendo charlas, asesorando a gobiernos en la elaboración de leyes y participando activamente en protestas y manifestaciones contra las grandes compañías trasnacionales de alimentos. Fue definida como una "heroína ambiental" por la revista Time, como una "rock star" por el alemán Deutsche Welle y como una de las siete mujeres más poderosas del mundo por Forbes. En el año 1993 recibió el Premio Nobel Alternativo por su labor para colocar a la mujer y a la ecología como ejes para el análisis del desarrollo moderno.

Vandana Shiva habló ante una audiencia de centenares de personas en Buenos Aires (FINCA)
Vandana Shiva habló ante una audiencia de centenares de personas en Buenos Aires (FINCA)

Después de convertirse en una activista ambiental, la doctora Shiva comenzó a prestarle atención a la agricultura. "Sucede que los ecologistas se ocupan de los bosques, los océanos, las ballenas, pero no se ocupan de la agricultura". Y entoces la India sufrió dos desastres ecológicos vinculados a esa práctica, que se extendía en el país al ritmo de la llamada "Revolución Verde".

El primero fue el desastre de Bohpal, originado por una filtración de pesticidas y conocido como el mayor desastre industrial de la historia, vinculado a una empresa transnacional de agroquímicos. La segunda catástrofe, ese mismo año, ocurrió en la tierra de Punyab, cuna de la agricultura química, que se convirtió en una zona de guerra cuando fueron asesinadas 30.000 personas por la violencia extremista. "Para ese momento, yo trabajaba para la universidad de la ONU. Decidí estudiar qué había pasado en ese lugar, porque pensaba que estaba pasando algo más que violencia extremista".

La gente no se estaba matando entre sí por culpa de la religión, sino que la agricultura química había destruido sus tierras y sus vidas

"La gente no se estaba matando entre sí por culpa de la religión, sino que la agricultura química había destruido sus tierras y sus vidas, y las generaciones más jóvenes estaban atacando la infraestructura de esa industria", explicó la activista sobre sus investigaciones de entonces.

Pero su lucha contra el patentamiento de las semillas y por la defensa de una agricultura orgánica no es lo único que define a Shiva. Más de veinte años más tarde del episodio que cambió su vida, y cuando muchos podrían decir que el feminismo se ha vuelto, así como el ecologismo, una práctica de moda, ella dice que es feminista desde el día que nació, como su madre y como su padre. Ambos creían que el patriarcado implicaba violencia hacia las mujeres y también hacia los hombres. Y está convencida de que es la única forma de ser realmente humanos.

"El patriarcado define a los hombres con base en la violencia y en la virilidad, algo que yo creo que es injusto, porque son más que eso. Para las mujeres también es injusto, porque son las víctimas de la violencia de esos hombres. A los hombres les roba la piedad y a las mujeres les roba la fuerza y la independencia". Por eso, dice, el feminismo es el derecho a ser realmente humanos.