Los yates han sido considerados por varias décadas como símbolos de riqueza y, con frecuencia, éstos son propiedad de miembros de la realeza o de empresarios multimillonarios, quienes no solo emplean parte de su fortuna para comprar las lujosas embarcaciones, sino también para hacer de ella una ostentosa mansión flotante, como fue el caso de Emilio Azcárraga Milmo y su hijo, propietarios de una de las televisoras más influyentes e importantes de México.
Emilio Azcárraga Milmo, también conocido como “El Tigre”, amasó una fortuna aproximada de 5 mil millones de dólares, de acuerdo con la revista colombiana Semana, y en 1991 adquirió una lujosa embarcación a la cual bautizó como Eco. Según diversos sitios especializados en barcos de recreo, el diseño del yate corrió a cargo de Martin Francis, mientras que su construcción fue realizada por la firma Blohm & Voos, empresa fabricante de barcos originaria de Alemania.
Mientras Eco fue propiedad de “El Tigre” y navegó en mar abierto con la bandera británica, el diseño de sus interiores fueron inspirados en el estilo art decó y fue el diseñador François Zuretti quien desarrolló el proyecto basado en los gustos e intereses del empresario que heredó el imperio de Televisa comenzado en la década de 1930 por su padre, Emilio Azcárraga Vidaurreta, así lo indicó el sitio web Boat International.
De acuerdo con una investigación realizada por el periodista Jenaro Villamil para el semanario Proceso, el costo del navío fue de 2 millones de dólares y fue considerado como uno de los más modernos de su tiempo. Sin embargo, el precio de esta lujosa mansión flotante fue muy inferior al TV, yate que compró su heredero, Emilio Azcárraga Jean a finales del año 2010 por la exorbitante cantidad de 178 millones de dólares, cifra que lo colocó en la lista de los 57 yates más caros y lujosos del mundo.
Mientras “El Tigre” debía realizar el pago de 50 mil pesos mensuales por los servicios del Club de Yates de Acapulco, Azcárraga Jean destinó a cerca de 200 mil dólares mensuales para el mantenimiento del superyate construido en 2008 por la compañía alemana Lurssen, dedicada a la construcción y el diseño de yates, buques de guerra y embarcaciones especiales desde 1875.
Además de contar con su propia cubierta con terraza, piscina y solárium; la propiedad adquirida por el actual dueño de Televisa poseía seis suites para invitados, cada una con distinta decoración, sala de cine, jacuzzi, sala de buceo, salón de masajes, gimnasio y un spa para 16 personas, según la investigación publicada en Proceso.
Sin embargo, el barco de recreo solo fue de su propiedad durante siete años, ya que años más tarde el magnate ofertó su ostentoso yate. Al respecto, diversos medios de circulación nacional especularon que la venta del TV tuvo relación con la crisis financiera que ha sostenido Grupo Televisa debido a sus bajas continuas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), pero no hay información oficial que confirme que ese fue el motivo de la venta.
Para deshacerse de la embarcación, Azcárraga Jean tuvo que disminuir el valor neto de la propiedad y los actuales dueños del superyate compraron el TV por mil 996 millones de pesos, cantidad que representó una pérdida de casi mil millones de pesos para el magnate que finalmente pudo vender la embarcación en el 2017 luego de haberla puesto en venta desde el 2014.
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