La batalla entre un ex subsecretario de Barack Obama y The Wall Street Journal por un viejo artículo periodístico

Si bien fue sobreseído de todos los cargos, Robert Shireman nunca pudo quitarse el estigma de haber sido acusado de incumplimiento de los deberes de funcionario público

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Robert Shireman testificando ante el
Robert Shireman testificando ante el senado estadounidense en 2009 (AP)

En 2013 un artículo del diario The Wall Street Journal insinuó que Robert Shireman, el ex subsecretario del Departamento de Educación del gobierno de Barack Obama, había filtrado información confidencial que permitió a inversores de ese sector obtener ganancias significativas. Ocho años después, y luego de que las investigaciones correspondientes determinaran que no había pruebas suficientes para asegurar esto, Shireman le pide al diario que se retracte públicamente.

La vida del ex funcionario cambió significativamente luego de que lo acusaran de compartir ilegalmente información a un inversor de fondos de cobertura que buscaba ganar dinero apostando en contra de las acciones de las universidades con fines de lucro, en el marco de un proyecto de ley en el que Shireman trabajaba y que buscaba limitar el accionar de estas universidades y sus políticas de deuda estudiantil. Sin embargo, luego de dos investigaciones judiciales, no se encontró evidencia que sostenga dicha insinuación.

El plan impulsado por Shireman buscaba evitar que los estudiantes contraigan niveles insostenibles de deuda universitaria. El foco estaba puesto, principalmente, en limitar el ingreso de estudiantes que hayan tomado préstamos elevados a las carreras que no cuentan con una salida laboral que permita afrontar estas obligaciones en el futuro. Este era un proyecto en el que había trabajado toda su vida.

El artículo de The Wall Street Journal en cuestión no le trajo problemas inmediatamente, al menos no como los que le traería durante la siguiente década. Una y otra vez dicha nota fue citada por medios de comunicación, políticos republicanos, grupos de interés liberales y empresarios ligados al sector, para desacreditarlo a él, a sus colegas y a quienes buscaron impulsar medidas similares.

Robert Shireman y el artículo
Robert Shireman y el artículo del diario The Wall Street Journal que pide sea modificado. El medio norteamericano no editará la nota periodística (The Wall Street Journal)

Sin embargo, el prestigioso diario neoyorquino se negó a corregir el artículo o a escribir uno nuevo citando los resultados de las investigaciones judiciales. Steve Severinghaus, vocero del periódico escribió a la radio nacional NPR: “Somos receptivos y respondemos a las objeciones planteadas (sin importar la antigüedad). En este caso concreto, hemos investigado a fondo las quejas que el Sr. Shireman nos ha presentado y, tras una revisión completa, hemos llegado a la conclusión de que no se requiere ninguna corrección”.

El caso

Shireman se incorporó al equipo de educación de la administración de Obama a principios de 2009. Al mismo tiempo, el inversor Steve Eisman se hacía mundialmente famoso por haber previsto la crisis del 2009 y haber apostado en contra de las acciones de las principales empresas de ese momento, ganando muchísimo dinero mientras el resto de la gente solo perdía su capital.

Un año después, en 2010, Eisman comenzó a apostar en contra de las acciones de las universidades privadas de Estados Unidos. Esto, conocido en el mundo financiero como “shortear”, permite al inversor ganar plata cuando el valor de las acciones cae.

Steve Eisman, conocido por ser
Steve Eisman, conocido por ser el personaje en el que se baso la pelicula La Gran Apuesta, que narra como predijo la caída de la bolsa en 2009. REUTERS/Jessica Rinaldi (UNITED STATES - Tags: BUSINESS)

Luego de 18 meses en el cargo, Shireman dejó su puesto en la administración. En teoría, esto lo tenía planeado desde un principio. Algunas semanas después se conocieron las nuevas regulaciones propuestas por el Departamento de Educación. Estás, aunque no fueron tan restrictivas como se esperaba, hicieron bajar las acciones de estas universidades; generando ganancias en millones de dólares para Eisman.

Luego de ocurrido esto, tanto a Shireman como a Eisman les cayó una avalancha de críticas y de denuncias que ponían en duda su integridad. En estas se acusaba al ex subsecretario de compartir el contenido de la medida antes de que esta adquiera carácter público, brindando una ventaja significativa para Eisman con respecto al resto del mercado.

Sin embargo, las investigaciones llevadas a cabo por el departamento de justicia federal de Estados Unidos no encontraron evidencia de ningún contacto entre los imputados salvo por un mail que le envía Shireman a Eisman en el que le corrige un dato estadístico luego de presenciar por teléfono una presentación brindada por el inversor ante funcionarios del Estado.

De todas formas, esto no evitó que las denuncias se multiplicaran, muchas de ellas obviando los resultados de las investigaciones e insinuando que las comunicaciones entre ambos actores habían ocurrido. Y este aluvión de denuncias provino de todo el espectro mediático y político, tanto de medios masivos como Fortune, medios conservadores como Breitbart y medios liberales como el Huffington Post.

En este sentido, Justin Hamilton, quien fue el vocero del Departamento de Educación mientras Shireman trabajaba allí, declaró: ”Es absurdo. Es realmente absurdo. Y es típico de Washington. Cuando intentas acabar con una agenda con la que no estás de acuerdo, no te detendrás ante nada para hacerlo”.

En 2012 se publicó el informe del inspector general del Departamento de Educación, en el que se determinó que todo el material sensible había sido manejado apropiadamente y que no había habido filtraciones de información clasificada previo a su anuncio público. Además, se investigaron los activos financieros de Shireman y sus colegas y se concluyó que ninguno tenía dinero invertido en ningún rubro alcanzado por las políticas en cuestión.

No obstante, la investigación fue calificada como “incompleta” por senadores del signo político contrario y el departamento de justicia comenzó su propio análisis. Al enterarse de esta nueva investigación en curso, el Wall Street Journal produjo el polémico artículo en cuestión.

El artículo, de cierta forma, da a entender hay suficiente evidencia como para suponer que las acusaciones en contra de Shireman son reales, y si bien nombra el informe del inspector general que había dado por concluido el caso un año antes, deja afuera el hecho de que encontró que no hubo “una divulgación indebida de información sensible”. Es decir, el artículo invita a suponer que existió intercambio de información entre Shireman, Eisman y/o agentes externos al equipo de trabajo de Shireman aunque ya estaba probado que no fue así.

Robert Shireman aun espera algún
Robert Shireman aun espera algún tipo de disculpa por parte de The Wall Street Journal

La respuesta de The Wall Street Journal

El mes pasado, Shireman recibió una respuesta de Jay Sapsford, jefe de la oficina del diario en Washington. En este mail, al que pudo acceder NPR, Sapsford se justificó diciendo que en ese momento investigaban “cómo los actores financieros buscaban información que les diera ventajas en el comercio de valores y la facilidad con la que dicha información fluye entre los funcionarios de la agencia, los asesores del Congreso, los grupos de presión, los proveedores de inteligencia política y los propios inversores”. Y agregó, “Determinamos que este flujo de información es un antecedente útil para el desarrollo de esta historia. Nos mantenemos en ese criterio.”.

Esta respuesta sorprendió al ex subsecretario, ya que, al ya haber sido exonerado de los cargos de los que se lo acusaba, esperaba algún tipo de acción correctiva por parte del diario. “Estoy bastante sorprendido de que hayan hecho prácticamente menos que nada”, declaró.

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