“Exfoliación para el alma”: la exitosa cena de USD 5 mil para que mujeres blancas y ricas descubran su racismo oculto

La iniciativa de una afroamericana y una indioamericana para luchar contra el racismo en Estados Unidos promete deconstruir la “blancura tóxica”

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Regina Jackson y Saira Rao en una de las "cenas castigo" con mujeres blancas en donde se ataca la "blancura tóxica" confrontando el racismo. Foto: race2dinner.com
Regina Jackson y Saira Rao en una de las "cenas castigo" con mujeres blancas en donde se ataca la "blancura tóxica" confrontando el racismo. Foto: race2dinner.com

Regina Jackson y Saira Rao son dos mujeres estadounidenses, una afroamericana y la otra indioamericana, que crearon un emprendimiento enfocado a enseñarle a las mujeres blancas adineradas sus comportamientos y pensamientos racistas y cómo poder superarlos.

Con esta idea crearon en 2019 una iniciativa denominada “Race2Dinner” con la que pretenden promover conversaciones sobre la raza en Estados Unidos, por más incómodas y difíciles que sean.

“Ustedes causan un dolor y un daño inconmensurables a las mujeres negras, indígenas y mestizas. Estamos aquí para sentarnos con vosotras y discutir con franqueza cómo ‘exactamente’ causan este dolor y este daño. Las cenas son un punto de partida”, dice la carta dirigida a las mujeres blancas que se encuentra en la página web del proyecto.

Esa declaración de intenciones viene acompañada de las reglas de juego de estas “cenas penitencia”: cada cena cuesta 5 mil dólares más lo que se gaste la anfitriona (que debe ser blanca) en la comida y organización, las participantes -que pueden ser hasta ocho mujeres blancas- deben como mínimo haberse leído White Fragility’ (Fragilidad Blanca), de la escritora estadounidense Robin DiAngelo, como una forma de tener contexto y encausar la conversación.

Una de las discusiones que facilitan Jackson y Rao es preguntarle a las mujeres blancas si preferiría cambiar de lugar con alguna de las dos. La mayoría de mujeres elige a Rao, que es india americana, sobre la afroamericana Jackson, mostrando cuan interiorizado tienen el racismo estructural y cómo, así no les guste expresarlo, entienden lo difícil que es ser negro en Estados Unidos.

“Entonces ellas lo saben”, dice Rao en una entrevista de The New York Magazine. “Ellas conocen todo el ecosistema”.

Regina Jackson cofundadora de Race2Dinner. Foto: race2dinner.com
Regina Jackson cofundadora de Race2Dinner. Foto: race2dinner.com

Otro punto importante de la cena es cuando sus promotoras le piden a las mujeres blancas que describan cosas racistas que han hecho recientemente y se preparan para cuestionarlas ante cualquier evasión.

“No saber es el comportamiento clásico de los blancos”, explica Rao. “No lo sabes, porque arruinaría toda tu imagen de ser la perfecta y agradable dama blanca”.

Rao resalta que los silencios incómodos suelen ser parte importante de las cenas, y que desde ellos se trabaja para abordar las preconcepciones típicas que se tiene sobre la raza.

Esta experiencia, que no se describe como algo propiamente placentero o económico, está atrayendo cada vez a más público, hasta el punto de que los precios que cobran por cena se han duplicado en menos de tres años, comenzando en 2019 con 2.500 dólares hasta los actuales 5.000 mil dólares.

“Eso es cacahuete”, dice Jackson en la misma entrevista. “La gente paga más que eso para ir a una conferencia de yoga”.

Pero la pregunta se mantiene ¿qué atrae a las mujeres blancas a estas cenas? Según Jackson y Rao es una experiencia antiestética pero transformadora, como una “exfoliación para el alma”.

Esa experiencia volvió a atraer una importante demanda en medio de la pandemia a causa de la muerte de George Floyd y el auge del movimiento Black Lives Matters, un tiempo en que las “cenas castigo” de Race2Dinner empezaron a organizarse en un formato virtual.

Si bien esto les sirvió para mantenerse vigentes, ambas promotoras dicen que la virtualidad no es lo mejor para la experiencia, que se alimenta mucho de la interacción, de las miradas, del lenguaje corporal y de las sensaciones que se producen al compartir un espacio con otra persona.

Saira Rao, indioamericana, cofundadora de Race2Dinner. Foto: race2dinner.com
Saira Rao, indioamericana, cofundadora de Race2Dinner. Foto: race2dinner.com

Una de las pocas cenas en persona del año pasado tuvo lugar tres días después del ataque al Capitolio. Rao dijo que una mujer, “la única mujer del grupo que parecía remotamente dispuesta a hacer este trabajo, punto”, tenía una pregunta al final de la noche. Ella miró a Jackson, y miró a Rao, “y ella dice, ‘¿Ves alguna diferencia entre nosotros y la gente que irrumpió en el Capitolio?’ Y ambas dijimos: ‘No’. Las mujeres reunidas, un grupo de líderes empresariales y sin fines de lucro de Colorado, perdieron la cabeza por completo “, recordó Rao. “Así que esta noción de no todas las personas blancas, no todas las mujeres blancas, no ha cambiado en absoluto”.

Con todo y esto, Jackson y Rao creen que su mensaje ha empezado a calar, y están convencidas de que el camino es continuar en la tarea de deconstruir la “blancura tóxica” que ayuda a perpetuar los discursos racistas y de odio enquistados en la sociedad estadounidense.

Ellas ahora planean escribir un libro titulado: “Mujeres blancas: todo lo que ya sabes sobre tu propio racismo y cómo hacerlo mejor”; y están empezando otro formato llamado Race2-Community, que consiste en un seminario de ocho semanas y se concentra en “deconstruir la blancura”.

“La blancura daña a las personas de color, pero preocúpate por ti mismo. Deja de preocuparte por nosotros, eso también es paternalista”, dice Jackson.

Ese seminario es dirigido por Lisa Bond, una mujer blanca que se convirtió en socia de Jackson y Roa después de ser anfitriona de una de sus cenas. Ella afirma: “Esta idea de que nosotros, como gente blanca, tenemos que salir y realizar estas grandes acciones externas, eso es simplemente la supremacía blanca. “Este trabajo interno es el trabajo duro; es el trabajo que nunca termina”.

La cena está servida.

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