Beto O'Rourke, el enigma del irlandés con apodo latino

Es una de las estrellas ascendentes de los demócratas en las primarias del partido. Nació en El Paso, Texas, a metros de la frontera con México. Habla perfecto español. Sus amigos de la infancia le pusieron ese sobrenombre tan hispanoamericano

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El ex representante Beto O’Rourke perdió por poco la elección para senador por Texas el año pasado pero logró trascendencia nacional y ya se lo considera una de las figuras de la renovación demócrata.
El ex representante Beto O’Rourke perdió por poco la elección para senador por Texas el año pasado pero logró trascendencia nacional y ya se lo considera una de las figuras de la renovación demócrata.

(Desde Chicago) Beto O'Rourke recibió el premio al "ciudadano del año de El Paso, Texas", viajó a Nueva York para someterse a una entrevista con la mítica Ophra Winfrey, asistió a un concierto de Metallica, fue al estreno de un documental sobre su frustrada candidatura al Senado y tres días más tarde se paró sobre una mesa de un coffee shop de la pequeña ciudad de Keokuk, en Iowa, para anunciar su candidatura a la presidencia de Estados Unidos 2020.

O'Rourke se hizo famoso el año pasado cuando estuvo a punto de quitarle la senaduría por Texas al ultraconservador Ted Cruz –"el hombre más odiado del Senado"-. Hizo ilusionar a los demócratas: pensaron que el estado de la estrella podría tener un senador de su campo por primera vez en 30 años. Hizo decenas de actos que congregaban hasta 50.000 personas (una rareza para una campaña legislativa en un país donde vota apenas la mitad de los habilitados para hacerlo). Pero no le alcanzó. Ted Cruz lo derrotó por 50,9% a 48,3%. Estuvo cerca y se convirtió en la gran esperanza de los demócratas moderados. Su máximo apoyo viene de Barack Obama que lo elogió en varias entrevistas. También, algunos de los funcionarios que acompañaron en la Casa Blanca al primer presidente afroamericano parecen estar dispuestos a dar una mano en la campaña.

Pero antes, tendrá que sobresalir entre una larga lista de candidatos de las primarias demócratas. Se espera que esta semana anuncie su candidatura el ex vicepresidente Joe Biden, quien aparece a priori como el más fuerte. Pero también tiene al socialista democrático Bernie Sanders, con un impulso muy fuerte de los jóvenes universitarios; la senadora Elizabeth Warren con su agenda firme y progresista; o Kamala Harris, californiana con el apoyo de la comunidad negra. Y está la característica que beneficia y hunde al mismo tiempo a Beto: es liviano, apela a la unidad y a las buenas ondas, de discurso básico, sin pasado que lo condene, con muy pocas ideas nuevas. Pero probó su empuje y poder cuando recaudó más de seis millones de dólares en el primer día de campaña, superando a Sanders que cuenta con una red ya muy aceitada en todo el país.

Robert Francis O'Rourke, 46 años, es de ascendencia irlandesa criado apenas a tres kilómetros de la frontera con México. Habla español muy bien y sus amigos hispanos de la escuela primaria lo apodaron Beto. Viene de una familia comprometida con la política. El padrastro de su madre fue subsecretario de Defensa del gobierno de John Kennedy. Su padre tuvo varios cargos estatales y organizó la campaña texana de Jesse Jackson en 1984 y 1988 hasta que se pasó al Partido Republicano.

O’Rourke anunció su intención de competir en la primaria demócrata para Presidente.
O’Rourke anunció su intención de competir en la primaria demócrata para Presidente.

Beto fue un adolescente rockero y "fierrero informático". Tuvo una banda punk, llamada Foss, en la que tocaba el bajo, y otra denominada Swedes, en la que ejercía de baterista. Al mismo tiempo formó parte de un grupo de hackers, Cult of the Dead Cow, bajo el seudónimo de Psychedelic Warlord. Se metió en unos cuantos problemas y hasta pasó algunas noches en comisarías. Finalmente, la carrera musical no prosperó y fue a estudiar a Columbia University, en Nueva York, de donde salió con un insulso título de Bachelor en Literatura Inglesa.

Pero su verdadero interés era la política, fue pasante en la oficina del congresista Ron Coleman. Pero no quiso engrosar las filas del "brain-drain", el éxodo de los jóvenes profesionales desde sus ciudades de origen hacia las grandes ciudades, y regresó a El Paso para iniciar un negocio asociado a su segunda pasión. Fundó una exitosa compañía proveedora de servicios de Internet mientras despuntaba el vicio político participando de diversas organizaciones sociales y editando el periódico Stanton Street. Cumplió dos términos como legislador de su ciudad hasta que en 2012 fue electo Representante texano en el Congreso de Washington con el apoyo de los votos hispanos. El irlandés aparecía como más pro-inmigrante que los candidatos de origen mexicano. Fue reelecto otras dos veces con casi el 70% de los votos. Hasta que en 2018 vio una buena oportunidad para enfrentar en la carrera al Senado al candidato de Donald Trump, el ultraconservador Ted Cruz. Recibió el apoyo editorial de todos los grandes periódicos texanos, desde el Houston Chronicle hasta el Dallas Morning News. Y de grandes estrellas de la música, los deportes y Hollywood como Willy Nelson, Beyonce, Khalid, Aaron Jones, Eva Longoria, LeBron James, Jim Carrey, Travis Scott, Ellen DeGeneres, Lin-Manuel Miranda y Kelly Rowland.

Perdió, pero se instaló a nivel nacional y pasó a ser una de las figuras de la renovación demócrata junto a Alexandria Ocasio-Cortez, la Representante por Nueva York de origen puertorriqueño. Y comenzó a utilizar frases y tácticas de campaña que conectan con los más jóvenes, mostrar un optimismo a prueba de balas y una seguridad en sí mismo que puede competir con la de Vladimir Putin. Así se presentó en un video que su campaña subió a You Tube: "Ahora somos más que nunca la última gran esperanza de la Tierra", haciendo una referencia a El Señor de los Anillos. "En este momento de máximo peligro y máximo potencial, mostrémonos a nosotros mismos y a quienes nos sucederán en este gran país, quiénes somos y qué podemos hacer", agregó. El ex estratega de la campaña de Barack Obama, David Axelrod, elogió a O'Rourke en repetidas ocasiones. Asegura que "su visión proviene de la creencia de que, a través de la política, podemos lograr un propósito más alto. Beto tiene una habilidad especial, como lo hizo el presidente Obama, para hacer que la gente crea en la mejor versión de Estados Unidos". Y el mismo Obama dijo que "los votantes ven en Beto una autenticidad que es similar a la que vieron en mí. Se siente claramente que basa sus declaraciones y sus posiciones en lo que realmente cree".

Recibió elogios de Barack Obama, pero muchos dudan de que tenga la solvencia del ex presidente (Reuters)
Recibió elogios de Barack Obama, pero muchos dudan de que tenga la solvencia del ex presidente (Reuters)

Pero no todos comparten que O'Rourke es un candidato preparado y con la experiencia necesaria para enfrentar primero a sus contrincantes demócratas y después al inoxidable Trump. Alex Shephard, de la prestigiosa revista liberal The New Republic cree que no se puede comparar a Beto con el presidente Obama. "Las similitudes terminan en la calidad política más inefable de la autenticidad. Obama lanzó su campaña política en 2007 argumentando que el voto bipartidista de la guerra de Irak fue un error histórico, que la atención médica universal era una necesidad moral y que nuestro sistema económico era peligrosamente injusto. O'Rourke carece de cualquier plataforma. No tiene una idea firme, y sabemos poco acerca de sus posiciones políticas más allá del centrismo blando que exhibió en el Congreso. La decisión de O'Rourke de pasar los últimos cinco meses haciendo "blogging" (escribiendo en su página web) podría verse como un intento de reforzar otra debilidad: su falta de una biografía particularmente convincente. Sobrepasar los veinte años como músico sin rumbo, como lo hizo O'Rourke, no es algo que convierta a nadie en un líder".

Mientras que Matt Flegenheimer y Lisa Lerer escribieron en el New York Times que "Beto ha hecho poco para demostrar el tipo de preparación intensiva que se necesita para ser un candidato a la máxima autoridad del país: construir infraestructura política de alcance nacional o proyectar un discurso lógico que lo distinga de los otros candidatos, que siempre deben estar asociadas a una campaña presidencial de alto nivel". Y continúan. "No ha habido una gira de flirteo en Iowa, ningún viaje a New Hampshire (estados donde tradicionalmente comienzan las primarias). El Sr. O'Rourke no tiene preparada una campaña como la que se puede esperar después de su frustrado intento en las legislativas, el tipo de operación con la que cuenta un candidato más experimentado como el ex vicepresidente Joseph R. Biden Jr. o construida cuidadosamente durante meses como todos los otros candidatos".

O'Rourke no responde a estas críticas y usa la ambivalencia discursiva, que hasta ahora le dio resultado. Se definió de esta manera durante un reciente discurso en la universidad de Wisconsin: "En Texas, Ted Cruz me llamó socialista. Soy demasiado liberal para Texas. Fuera de Texas, la gente dice: '¿Es realmente un demócrata? Creo que él es un republicano cercano'. No sé dónde estoy en un espectro, y casi no me importa. Solo quiero llegar a hacer mejores cosas para este país". Al menos tiene una posición clara en favor de la migración latinoamericana. Denomina a El Paso, ubicada frente a la mexicana Ciudad Juárez, como "la Ellis Island (lugar de llegada en Nueva York de los inmigrantes europeos) de América Latina por 150 años". Se opone firmemente al muro que quiere construir Trump en la frontera y cree que la única manera de evitar una migración desordena es poniendo en práctica un plan de desarrollo para el sur de México y Centroamérica.

Es posible que un irlandés, con el apodo más latinoamericano de todos, termine siendo el mejor representante de los intereses hispanos en esta difícil primaria entre los demócratas para intentar sacar a Trump de la Casa Blanca.

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