Invasión a Ucrania: qué tiene que pasar para que Rusia se quede afuera del Mundial

Tras la mudanza de la final de la Champions League de San Petersburgo a París, ahora el seleccionado ruso está bajo la lupa

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En principio, la selección rusa de fútbol disputará el repechaje para clasificar a la Copa del Mundo (REUTERS/Antonio Bronic)
En principio, la selección rusa de fútbol disputará el repechaje para clasificar a la Copa del Mundo (REUTERS/Antonio Bronic)

El seleccionado masculino de fútbol ruso dilapidó en la última jornada de la fase de grupos su clasificación directa a la Copa del Mundo de Qatar. El pasado 14 de noviembre en el estadio Poljud de Croacia, por el Grupo H de las Eliminatorias europeas, no pudo sostener el empate que le hubiera dado el boleto mundialista y quedó relegado al repechaje por el gol en contra de Fedor Kudryashov a falta de 10 minutos para el final. Mientras los dirigidos por Valeri Karpin se mentalizan en la repesca frente a Polonia, ahora su participación abrió una nueva serie de interrogantes tras la invasión del ejército ruso a Ucrania.

¿Qué tendría que pasar para que Rusia se quede afuera del Mundial? La confirmación de su participación -o exclusión- en las últimas fases de las eliminatorias dependerá principalmente de la UEFA y no de la FIFA, según reveló a Infobae una fuente ligada a este último organismo. Pero además, el Comité Olímpico Internacional podría llegar a tener injerencia si decide bloquear la participación de cualquier equipo nacional ruso en algún certamen internacional.

Tal como lo había anunciado en las últimas horas, la UEFA llevó a cabo una reunión extraordinaria en la que se trató la localía de los clubes rusos y ucranianos en competiciones europeas más la mudanza de la final de la actual edición de la Champions League. A través de un comunicado oficial, el Comité Ejecutivo del ente que organiza al fútbol del Viejo Continente anunció que los equipos de Rusia (Spartak de Moscú, en la Europa League) y Ucrania “deberán jugar sus partidos en casa en sedes neutrales hasta nuevo aviso” y que el choque decisivo de la Liga de Campeones, pactado para el sábado 28 de mayo en el estadio Gazprom Arena de San Petersburgo, pasará al Stade de France de París.

La final de la Champions League se disputará en París y no en San Petersburgo como estaba previsto (REUTERS/Pierre-Philippe Marcou)
La final de la Champions League se disputará en París y no en San Petersburgo como estaba previsto (REUTERS/Pierre-Philippe Marcou)

Esta es, según dicen, la primera de una serie de medidas que pueden llegar a tomar las autoridades ligadas al fútbol europeo e internacional en los próximos días y semanas. Sobre el tapete incluso está la realización de la Copa del Mundo que debería empezar en noviembre de este año en Qatar. “Me he quedado impactado por lo que he visto. Estoy preocupado por esta situación. La FIFA condena la utilización de la fuerza por parte de Rusia. La violencia nunca es una solución. Pedimos a todos los actores que se restaure la paz a través de un diálogo constructivo”, declaró Gianni Infantino, presidente de la FIFA.

Consultado por la posibilidad de mudar la sede por la cercanía de Qatar con Rusia, el italosuizo aseveró: “Tenemos el deber de tratar este asunto con seriedad y analizarlo. Lo trataremos con urgencia”. Pero además, la FIFA y la UEFA tienen que resolver de forma inmediata qué sucederá con el partido entre Rusia y Polonia, válido por la primera ronda del repechaje europeo para el Mundial, programado para el próximo 24 de marzo en territorio ruso. “Esperamos que la situación se resuelva mucho antes del primer partido”, dijo Infantino al respecto, a la vez que la federación polaca, con el apoyo de la sueca y la checa (potenciales rivales de los rusos en la segunda fase), publicó un comunicado en el que remarcó que “los partidos de repesca para la Copa del Mundo en Qatar no deben celebrarse en la Federación Rusa”.

El artículo número 31 del Reglamento de la Copa Mundial de la FIFA 2022 (Fase preliminar) explica que “La FIFA resolverá los casos no previstos en el presente reglamento, así como los de fuerza mayor”. Entonces, la Fédération Internationale de Football Association, en conjunto con la UEFA, podría llegar a ser determinante para avalar la participación de la selección rusa o suspenderla.

Infantino, presidente de la FIFA, condenó la invasión rusa en Ucrania (Yuri Kadobnov/Pool via REUTERS)
Infantino, presidente de la FIFA, condenó la invasión rusa en Ucrania (Yuri Kadobnov/Pool via REUTERS)

¿Qué grado de culpabilidad cargan los deportistas (en este caso futbolistas más cuerpo técnico), directivos y dirigentes políticos? Mientras el fútbol ucraniano fue suspendido por el conflicto bélico en su territorio y el capitán del seleccionado de Ucrania le dedicó un mensaje visceral y crudo a Vladimir Putin, asoma otro foco de análisis para una posible exclusión: competir sin banderas ni símbolos nacionales tal como ocurrió en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio por el escándalo de dopaje institucional por el que Rusia fue condenado por el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), por un período de dos años.

Una delegación compuesta por 335 competidores rusos (fue uno de los contingentes más numerosos) se presentaron en la última cita olímpica sin insignia y bajo el nombre de Comité Olímpico Ruso. ¿Habrá lugar para una situación similar en la Copa del Mundo? Hay un particular antecedente en Mundiales, aunque no se encuadra exactamente en este tablero pero sirve para entender singularidades a lo largo de la historia: las dos Alemanias (Federal y Democrática) compitieron en Holanda 1974 de forma paralela, compartieron zona y se clasificaron a la segunda fase del certamen.

La política de buscar prestigio internacional mediante el deporte hizo que Rusia fuera consiguiendo la sede de eventos como el Mundial de atletismo (2013), los Juegos Olímpicos de Invierno (2014), el Mundial de natación (2015), el Mundial de Hockey sobre Hielo (2016) o el Mundial de fútbol (2018). Oleg Kildiuchov, investigador del Centro de Sociología Fundamental en Moscú, aseguró hace un tiempo que la confianza entre Putin y los dirigentes deportivos internacionales, que durante mucho tiempo tuvieron puerta abierta en el Kremlin, está rota y la época en la que Rusia era candidata a todo tipo de eventos deportivos ha pasado. “El prestigio general del deporte ruso se ha arruinado y toda esa esfera está desacreditada a largo plazo”, reflexionó.

El otro enfoque para comprender el escenario ante una posible sanción futbolística a Rusia es el cortocircuito existente entre el presidente de la UEFA, el esloveno Aleksander Čeferin, y la máxima autoridad de la FIFA. Llegado el caso de una evaluación de la situación rusa, la diplomacia entre dos dirigentes de absoluta relevancia a nivel mundial deberá reinar para alcanzar un entendimiento frente a un hecho completamente nuevo. Para encontrar el ejemplo más trascendente en el fútbol ante una escalada bélica de amplia magnitud hay que remontarse a la suspensión de las Copa del Mundo de 1942 y 1946 por la Segunda Guerra Mundial.

Por lo pronto, las miradas ahora estarán posicionadas en las llaves del repechaje europeo rumbo a Qatar 2022 que se desarrollarán entre el 24 y 29 de marzo con el protagonismo de Rusia, Polonia, Suecia y República Checa para saber quién avanza en la pelea por el boleto a la Copa del Mundo.

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