Tiger Woods empezó bien aunque mostró signos de dolor en la primera jornada del PGA Championship

Los fisioterapeutas tendrán trabajo extra para dejarlo en carrera por sus problemas en la cadera y en la pierna. El irlandés Rory McIlroy quedó como único líder tras el primer día de juego en Tulsa

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Rory McIlroy concentrado durante la primera vuelta del PGA Championship en el hoyo 10
Rory McIlroy concentrado durante la primera vuelta del PGA Championship en el hoyo 10

La imagen fue premonitoria. Rory McIlroy salía de la sala de prensa con su hija Poppy en brazos y se topó con una gigantografía que lo mostraba con el Trofeo Wannamaker. “Esto es cuando papi jugaba bien”, le susurró a su hija. Papi parece que se acordó de cómo hacer las cosas más que bien en la primera ronda de la edición 104 del PGA Championship.

A las 8.11 hora de Tulsa, Oklahoma, el grupo estelar de la mañana integrado por Tiger, Spieth y McIlroy comenzó el juego por el hoyo 10. Rápido se pusieron los tres bajo par, pero fue solo McIlroy quien se mantuvo sin cometer errores. Sus golpes de salida fueron largos y en el medio de los fairways. Terminó sus primeros 9 en 4 bajo par y sumó dos birdies en los siguientes 5 capítulos. Con 4 por jugar el irlandés se encaminaba a una ronda que podría ser record para el campeonato, pero llegó el primer bogey y enseguida otro más. El birdie en el último le dibujó una sonrisa y con 65 golpes, 5 bajo par, quedo como único líder. “Me fui de Augusta con una buena sensación después del 64 del dia final y hace un par de semanas en Washington volví a jugar bien. Hoy todo salió bien, y más allá que deje un par de golpes en la cancha, me voy conforme con el resultado”, dijo McIlroy al terminar.

Tiger Woods también empezó como para ilusionarse. Dos birdies en sus primeros 5 hoyos entusiasmaron a la enorme cantidad de público que lo seguía, pero enseguida se vieron gestos de dolor en Tiger. Su pierna no estaba bien y en algún momento hasta le molestó su cadera. Su mente sigue intacta, pero el cuerpo no respondió el jueves en Southern Hills. “Ponía peso en la pierna y me dolía. Caminaba y me dolía. Trataba de mover el pie y me dolía. Es golf y si no juego no me duele”, declaró un frustrado Tiger al terminar. Recordemos que tiene prácticamente inmovilizado su pie derecho, y que además tiene inmovilizada parte de su columna. Así y todo sigue intentando. Luego del Masters se tomó solo un día de descanso y volvió a trabajar con la mente puesta en esta semana. Los fisios deberán hacer maravillas para que el viernes vuelva con alguna chance de jugar con menos dolor e intentar pasar el corte. Ganar me parece que no está en el diccionario por ahora.

Tiger Woods tuvo una buena salida, para ilusionarse. Pero su dolor en la pierna volvió a complicarlo y su recuperación quedó en manos de los fisioterapeutas
Tiger Woods tuvo una buena salida, para ilusionarse. Pero su dolor en la pierna volvió a complicarlo y su recuperación quedó en manos de los fisioterapeutas

La gran ausencia esta semana es la de Phil Mickelson y lo peor es que nada se sabe del zurdo, quien renunció a la defensa de su título PGA Championship y podría unirse a la serie promovida Arabia Saudita. Lo que debía ser una celebración de su inolvidable victoria en Kiawah Island en 2021, esa que lo transformó el ganador de major de más edad en la historia, quedó en el olvido por lo ocurrido en los primeros meses de 2022. En la tradicional cena de campeones del PGA Championship, no se le parece ni un poquito a la del Masters, Dave Stockton, el campeón más veterano presente, dijo: “No lo extrañamos. Si hubiera venido esto hubiera sido un caos”.

David Duval, ex número 1 del mundo y contemporáneo de Mickelson lo resumió muy bien al empezar la transmisión televisiva del jueves. “Todos quedamos sorprendidos por sus dichos y también muy molestos por sus palabras. Le faltó el respeto a un circuito que ha donado más de 3 mil millones de dólares en toda su historia a cientos de obras de caridad. Le faltó el respeto a los grandes campeones del pasado que construyeron un tour para que él pudiera jugar y volverse millonario. Lo que es peor todavía, destruyó su legado. Esta era una semana para celebrar una de las grandes victorias en la historia de este juego, para celebrar una carrera como no ha habido muchas. Sin embargo, no solo no vino sino que no se sabe nada de Phil. Si tuvo la valentía de decir todo lo que dijo, debería tener la valentía de sentarse frente a la prensa y contestar todas las preguntas. No sé qué será de su futuro porque está en un agujero tan profundo que no veo cómo podrá salir”, terminó diciendo Duval. En un año pasamos de escuchar una de las más grandes ovaciones en la historia del golf a este silencio sepulcral.

El inglés Ian Poulter tira desde el bunker y fue uno de los que se quejó por la conchilla mezclada con arena. Esta cancha tiene 71 bunkers, imposible de no caer en alguno durante el recorrido
El inglés Ian Poulter tira desde el bunker y fue uno de los que se quejó por la conchilla mezclada con arena. Esta cancha tiene 71 bunkers, imposible de no caer en alguno durante el recorrido

La primera jornada dejó como tema de conversación la arena de los bunkers. Ya el inglés Ian Poulter se había quejado diciendo que había demasiada conchilla mezclada con la arena, y como prueba de ello subió a su Instagram una imagen de como habían quedado sus palos por esta razón. Algo de razón tenía Poulter porque vimos muchos golpes muy malos desde la arena, algo inusual porque estos jugadores son artistas cuando se trata de salir de los bunkers. Deberán acostumbrarse porque así quedará toda la semana, y en una cancha con 71 bunkers es difícil navegar sin caer en alguno de ellos.

El viernes será el día del corte clasificatorio y los 70 mejores scores y los que empaten esa posición definirán el campeonato el fin de semana. Como dato curioso vale destacar que en Southern Hills se han jugado 10 grandes campeonatos: 4 PGA Championships, 3 US Open, 1 PGA Senior Championship y 2 Tour Championship (torneo final del PGA Tour). En 8 de esos 10 el líder de la primera jornada terminó ganando, pero lo más notable es que en las 10 oportunidades el líder después de 36 hoyos terminó levantando el trofeo.

Rory McIlroy ha ganado este campeonato en dos ocasiones, además de 1 US Open y 1 Open, pero no gana un gran campeonato desde 2014 cuando se quedó con este trofeo en Valhalla. En aquel momento el cielo parecía el límite para McIlroy, pero en forma increíble su juego en los majors no estuvo a la altura. Sobre todo en las primeras rondas que lo trataron muy mal y lo dejaban muchas veces sin chances de pelear. La vieja frase que dice que los campeonatos no se ganan el jueves, pero que sí pueden perderse en la primera jornada, era el fiel reflejo de lo que sufría el irlandés. La última vez que abrió con 65 un torneo grande fue en el US Open de 2011 y allí terminó ganando por 8. McIlroy deberá volver hoy a seguir persiguiendo este major número 5 que le ha sido esquivo. Al inicio de su carrera declaró que quería ser el mejor jugador europeo de la historia. Para esto deberá ganar por lo menos 3 majors más, igualar la marca de Harry Vardon y superar a nombres como Nick Faldo (6) y Seve Ballesteros (5).

Con 33 años recién cumplidos, casado, una hija y con su coach de toda la vida, Michael Bannon, otra vez a su lado, todo parece estar en armonía. Al final de la semana Poppy quizás pueda ver a su papá con la copa y esta vez no en una foto.