A mediados de abril se confirmó que un grupo con fondos saudíes había acordado la compra del Newcastle a cambio de USD 365 millones, pero la operación suscita reticencias, tanto entre defensores de los Derechos Humanos como en la propia Premier League. Es que la oferta realizada por el Fondo de Inversión Pública (FIP), pilotado por el príncipe heredero Mohammed bin Salma, tiene que recibir todavía el visto bueno de la English Premier League (EPL), que gestiona el campeonato inglés.
La principal razón que parece estar retrasando el acuerdo es una investigación sobre una caja negra creada por la compañía BeoutQ cuyo valor ronda los USD 100 dólares. Este aparato puede conectarse a cualquier televisor y permite acceder a contenidos de Sky, BBC, Netflix y Amazon, entre otros, sin suscripción. Obviamente este sistema es ilegal, pero muy popular en Arabia Saudita y en algunos lugares del Reino Unido, ya que con él se puede sintonizar la Premier League, por ejemplo. Se cree que existen alrededor de tres millones de estas cajas y que quien está detrás de la compañía que lo creó es justamente el mismo grupo que ahora quiere comprar el Newcastle.
Este miércoles fue el grupo audiovisual qatarí BeIN el que reclamó a la Premier League una investigación. En un correo dirigido a los presidentes de los dirigentes de clubes del campeonato inglés, BeIN les solicitó hacer presión a su liga para que abra una investigación sobre si los representantes sauditas son “las personas adecuadas” para dirigir el Newcastle: “Mi solicitud se basa simplemente en el papel del gobierno de Arabia Saudita en el pasado y el robo continuo de intereses comerciales en detrimento de vuestro club, de la Premier League, de los colaboradores encargados de la difusión por televisión y del fútbol en general”, escribe en ese coreo Yousef Al Obaidly, el presidente de la compañía.
Según señalan varios sitios británicos, las investigaciones aún no han podido precisar una conexión entre el producto y el grupo inversor, pero el diputado Giles Watling, miembro conservador del Comité Digital, Cultura, Medios y Deporte, no tiene dudas y pide ayuda a las autoridades: “Este fondo de inversión está respaldado por la misma entidad que respalda a BeoutQ y es particularmente apremiante".
Más allá de los reclamos que se oyeron de parte de algunos miembros del parlamento, el Gobierno británico anticipó a través del secretario de cultura, Oliver Dowden, que no se involucrarán en el acuerdo entre el Newcastle y sus compradores.
Según la prensa británica, un consorcio saudita, en el cual figura el príncipe heredero Mohammed Ben Salman, pagó un avance no reembolsable de 17 millones de libras (19,5 millones de euros) al propietario del Newcastle, Mike Ashley, en el marco de una oferta de compra de 300 millones de libras (345 millones de euros).
Todo esto sucede mientras varias organizaciones por los derechos humanos, como Amnistía Internacional advierten sobre el peligro que significa el príncipe heredero Mohammed Ben Salma, quien entre otras cosas es sospechado de ordenar el asesinato del columnista del Washington Post y disidente saudita Jamal Khashoggi, en el consulado del reino árabe en Estambul en octubre de 2018. Además, un informe del periódico británico The Guardian, acusó al príncipe de haber lanzado el ciberataque contra el empresario multimillonario Jeff Bezos ese mismo año.
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