“Unorthodox”: una miniserie que muestra el camino hacia la libertad de una mujer atrapada en su tradición

La producción de cuatro capítulos hablada en yddish y basada en hechos reales relata la lucha por su independencia de una joven que crece en el seno de una comunidad jasídica en Brooklyn. A pocos días de su estreno en Netflix, se volvió un singular fenómeno popular en la plataforma de streaming. (Tiene spoilers)

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Una imagen de la boda en "Unorthodox"
Una imagen de la boda en "Unorthodox"

Parecía no existir otro tema que no se relacionara con el coronavirus, ni una razón lo suficientemente sólida para concentrarnos por un rato en algo que no incluya estadísticas y cantidad de infectados. Sin embargo, el 26 de marzo una ficción alemana hablada en yiddish arribó a Netflix, para contarnos una historia poderosa sobre la búsqueda de independencia de una joven judía ultraortodoxa que conmueve día a día a miles de personas. Creada por Anna Winger y Alexa Karolinski, la miniserie dramática de cuatro capítulos Unorthodox (Poco ortodoxa) adapta con varias licencias (porque hasta en ese detalle elige el camino de la mirada propia) el libro bestseller Unorthodox: The Scandalous Rejection of My Hasidic Roots, las memorias escritas por Deborah Feldman. Feldman era una judía religiosa perteneciente a la comunidad Satmar de Williamsburg, Brooklyn, que tras ser criada y educada bajo las estrictas reglas ultraortodoxas decidió romper un pacto que le traía demasiado sufrimiento, dejando atrás una asfixiante forma de vida y un matrimonio arreglado.

Reproducción de una comida familiar en el seno de la comunidad de Brooklyn donde transcurre "Unorthodox"
Reproducción de una comida familiar en el seno de la comunidad de Brooklyn donde transcurre "Unorthodox"

Las normas religiosas de vestimenta son tan estrictas que hasta están escritas con carteles en algunos locales, recordando lo que se debe o no se permite hacer en esa comunidad. Las mujeres no pueden usar medias cuyo color se asemeje a la piel ni cantar en voz alta. Deben raparse y cubrir su cabeza con una peluca después de casarse, acceder a tener sexo con sus maridos cada viernes, vestir prendas que tapen el cuello y usar polleras que no suban de las rodillas. Los padres jamás leerán libros laicos ni habrá acceso a internet en ninguna parte de la casa.

Shira Haas y Deborah Feldman, la mujer que inspiró la historia de Esty
Shira Haas y Deborah Feldman, la mujer que inspiró la historia de Esty

El proyecto de la miniserie se gestó cuando Deborah Feldman conoció a Anna Winger en Berlín, en la escuela adonde enviaban a sus hijos. Las dos mujeres de origen judío estadounidense que emigraron a Alemania por distintas razones no tardaron en hacerse amigas. Tenían una experiencia compartida: el enfrentarse todos los días, en sus nuevos hogares, con recordatorios vivientes del Holocausto. Así fue como Feldman se animó a proponerle a Winger, productora y guionista de la famosa serie alemana de 2018 Deutschland 86, que adaptara su biografía para una serie de televisión. “Cuando conocí a Anna Winger y Alexa Karolinski me di cuenta de que ellas eran las únicas capaces de comprender esta historia y de realizarla de modo que tuviera un impacto cultural positivo”, cuenta Feldman.

Trailer de "Unorthodox"

Dirigida por María Schrader (la actriz alemana protagonista de varias películas de Doris Dörrie que dirigió en 2016 Stefan Zweig: Adiós a Europa), la miniserie producida por Netflix presenta a la protagonista religiosa de espaldas, con una pollera larga y una peluca color castaño (llamada en yiddish sheitel). No es casualidad ese plano: con una sola imagen el director de fotografía austríaco Wolfgang Thaler transmite que el rostro de la mujer ultraortodoxa está oculto o invisible en una sociedad cerrada donde la esposa debe caminar detrás del hombre. Esty (el nombre del personaje es Esther Shapiro) mira por la ventana un mundo exterior que le es inaccesible. Eso creyó hasta hace poco tiempo, cuando dentro de ella no habitaba otra posibilidad que sostener una convivencia religiosa forzada con un hombre a quien no ama ni tampoco eligió. Interpretada por la cautivante actriz israelí de 25 años Shira Haas (famosa por ponerse en la piel de la pequeña Ruchama Weiss en la serie Shtisel), el personaje nos hace testigos de su fuga.

Shira Haas en "Shtisel"
Shira Haas en "Shtisel"

Con un clima de suspenso que se corta con cuchillo, Esty saca la plata escondida en el hueco del maniquí de telgopor que sostiene su peluca y la envuelve en un sweater azul marino junto con una foto, la de su abuela. Es shabbat (el día de descanso obligatorio y reunión familiar según la tradición judía) y las vecinas religiosas se agolpan en el hall del edificio porque se rompió el cable traslúcido (conocido como eruv) que delimita el perímetro de la zona privada que la comunidad Satmar puede recorrer. Ese mediodía se rompió algo más que el eruv: el miedo que paralizaba a la protagonista.

Esty huye a Berlín.
Esty huye a Berlín.

El espectador sigue los pasos nerviosos de Esty hasta el encuentro con una mujer, su cómplice y profesora de piano, que le entrega un boleto de avión a Berlín, un pasaporte y un regalo que abrirá cuando llegue a destino. Pero, ¿quién es esta chica misteriosa que en pocos minutos logra que sintamos la necesidad urgente de ayudarla a escapar? ¿A qué le temen sus ojos desencajados?

Los créditos iniciales de la miniserie sintetizan metafóricamente la búsqueda de la protagonista: un mapa de la ciudad de Nueva York con un fondo negro es intervenido por una línea blanca que marca un recorrido de calles. Es el taxi con Esty a bordo que pinta con luz el contexto oscuro en el que vivió durante demasiado tiempo.

Un momento clave en la historia de Esty, cuando la rapan para la boda.
Un momento clave en la historia de Esty, cuando la rapan para la boda.
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En apenas unos días Unorthodox (Traducida como Poco Ortodoxa en algunos países) se convirtió en una de las series más vistas de Netflix. ¿Por qué un relato hablado en yiddish que describe a una comunidad jasídica logró captar un interés popular? Más allá de la impactante producción de la miniserie, la respuesta no se basa solo en la curiosidad de conocer rituales y costumbres religiosas de una forma de vida lejana. Unorthodox es, detrás de la heroica y conmovedora historia de Deborah Feldman que es adaptada a la plataforma de streaming, una obra que habla sobre la búsqueda de identidad de una mujer.

El encuentro tardío con el deseo, hasta entonces prohibido, y la necesidad de hacerse preguntas a pesar de no hallar respuestas inmediatas. “Gente como yo nunca ha tenido esa oportunidad. Nunca nos hemos visto reflejados en historias de la cultura popular. No sabíamos cómo crear nuestras historias”, narra emocionada Deborah Feldman. Unorthodox nos es tan cercana porque, con mayor o menor dificultad, todos ansiamos, como Feldman o Esty, descubrir nuestro lugar en el mundo.

Trasladar Nueva York a Berlín

Unorthodox es una ficción, no un documental. Sin embargo, la rigurosidad para representar cada ritual jasídico nos hace sentir que estamos en un hogar ultraortodoxo de Williamsburg o en el interior de una sinagoga. Una de las principales razones que nos provocan esa ilusión es el idioma: la primera persona contratada fue Eli Rosen. El traductor y consultor cultural de yiddish que buscó que los actores y actrices hablen el dialecto correcto para comunicarse en esa comunidad.

En Berlín, Esty conoce gente de su edad no religiosos
En Berlín, Esty conoce gente de su edad no religiosos

Eli Rosen dejó la comunidad hace tiempo, no obstante, jugó a ser parte de nuevo a través de la ficción: en la miniserie interpreta al rabino que pronuncia en una larga mesa concurrida “No podemos dejar que nuestra gente pierda el rumbo. Esto sienta un peligroso precedente”. La comunidad ultraortodoxa situada en Williamsburg es una respuesta a la Segunda Guerra Mundial. Originaria de la ciudad de Satmar, en Hungría, se formó con sobrevivientes del Holocausto que se mudaron a Brooklyn para fundar una comunidad cerrada utilizando su lengua materna, el yiddish, con el objetivo de que se mantenga viva.

La comunidad tiene su propia flota de ambulancias, policías voluntarios, autobuses escolares y un sistema de escuelas privadas. Es un micromundo dentro de la gran manzana, siendo la calle principal del barrio Lee Avenue. Unorthodox solo filmó algunas escenas en Williamsburg, el resto se construyó en base al artificio. La diseñadora de producción Silke Fischer trasladó la arquitectura y el diseño de interiores característico de las casas de la comunidad Satmar a locaciones de Berlín.

Amit Rahav es el actor que representa a Yanki, el débil esposo de Esty
Amit Rahav es el actor que representa a Yanki, el débil esposo de Esty

¿Cómo simular una boda Satmar con la limitación de no tener los elementos y accesorios correspondientes? Ese fue el gran desafío de la diseñadora de vestuario Justine Seymour, quien para recrear ritual por ritual del casamiento de Esty con Yanky (Amit Rahav) tuvo que conseguir una imitación exacta de los sombreros peludos llamados shtreimel. Unos sombreros hechos de piel de seis visones que para la miniserie construyeron con piel sintética. La escena más compleja y majestuosa de la serie requirió de 100 extras y dos días de filmación con un clima de 37 grados. “Lo curioso de esta serie es que los hombres llevan más maquillaje y extensiones que las mujeres”, dice una de las creadoras de la miniserie.

Estrenada simultáneamente en seis países, Unorthodox está construida en dos tiempos: el presente y el pasado. A través de flashbacks viajamos como espectadores a las costumbres de la comunidad jasídica. Al centro de la rutina opresiva de la protagonista de esta historia. Esos recuerdos se apoyan en mayor medida en las memorias de Deborah Feldman.

El presente, en cambio, sale puramente de la imaginación de las creadoras de la miniserie. La banda de amigos, el chico guapo y la academia de música. El programa de élite orquestal y coral que aparece desde el primer episodio está inspirado en una academia de música que existe en Berlín llamada Barenboim-Said Akademie, fundada en 2015, donde judíos y musulmanes tocan juntos en paz y armonía. Se trata de una maravillosa deriva de la célebre orquesta creada por el célebre músico argentino israelí y el intelectual palestino, la West Eastern Divan.

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Anna Winger y Alexa Karolinski cambiaron el nombre de los personajes y muchos detalles para esquivar el camino de la serie biográfica, y también para cuidar a Deborah Feldman. A la autora del libro lo que más le preocupaba es que no se humillara como mujer al personaje de Esty. “¿Cómo escribes sobre las cosas que son más vergonzosas y dolorosas de una manera que conserve la dignidad?”, se preguntó. Las creadoras de la miniserie lograron equilibrar el sufrimiento de la protagonista con una fortaleza interna para cuestionar las leyes religiosas con las que fue criada. ¿Qué sucede si uno se enfrenta con una verdad sostenida durante 19 años? Un gran cambio que hace la miniserie con respecto al libro es incluir el personaje de Moishe (Jeff Wilbusch, un ex-Satmar en la vida real), el primo del esposo de Esty que persigue a la protagonista por todo Berlín mientras visita casas de apuestas. Las creadoras de Unorthodox pensaron que el marido de Esty, siempre influenciado por su madre, no era lo suficientemente intimidante, así que agregaron un villano a la historia para darle aún más tensión y suspenso al relato.

La historia real de Deborah Feldman

Deborah Feldman nació en 1986 y con apenas 17 años se casó con un hombre desconocido. Solo había hablado 30 minutos, y apenas lo había visto una vez. Al igual que en la miniserie, Feldman le advirtió a su futuro marido que ella no era como las demás, que tenía sus propias opiniones y que era muy posible que no pudiera manejar esa situación (en Unorthodox Esty le dice que es una persona muy especial).

Durante su adolescencia, y a pesar de todas las prohibiciones del hogar que compartía con sus abuelos, ella se las ingeniaba para acceder a la literatura que deseaba leer: novelas de Jane Austen y Louisa May Alcott. En una oportunidad consiguió una edición de bolsillo de Mujercitas, y para que nadie la descubriera arrancó las cubiertas originales e insertó el lomo dentro de un libro de texto hebreo.

Una foto de la boda de Etty Ausch, una de las protagonistas del documental "One of Us"
Una foto de la boda de Etty Ausch, una de las protagonistas del documental "One of Us"

Durante las pascuas judías, su abuelo revisaba que no tuviera nada inapropiado en su cuarto. Feldman ocultaba los libros prohibidos debajo de la cama, un secreto que compartía a distancia con su abuela, quien también escondía libros en un cajón de ropa interior. Nunca lo hablaron, pero ambas conocían el secreto de la otra y se acompañaban en silencio. Esas obras literarias fueron muy importantes para Feldman porque le mostraron que existía otro mundo allá afuera que no solo no era peligroso como alertaba el rabino, sino que parecía bello y habitable.

Fue a partir de páginas de ficción escritas por Jane Austen y Louisa May Alcott que la adolescente se animó a imaginar otra vida posible. No es casual que una de esas obras sea Mujercitas: una novela feminista que, más allá del final ficcional, representa la búsqueda profesional e independencia económica de una mujer en el 1868. Las memorias de Deborah Feldman reflejan el mismo objetivo aunque el proceso y contexto sea diferente.

Los libros no solo tienen el poder de contagiar valentía y fomentar la imaginación, también nos da la posibilidad de conocer otras formas de vivir. ¿Hubiera logrado Deborah Feldman despertar de la opresión a la que estaba expuesta en la comunidad jasídica de Williamsburg? Es imposible saberlo, sin embargo, el primer escape que pudo realizar fue a través de las aventuras cotidianas de Jo, Beth, Meg y Amy. Feldman tenía prohibido hablar con extraños, con personas no jasídicas, porque, según su crianza, podrían secuestrarla y cortarla en pedazos. Los personajes de Alcott fueron esa compañía que tanto necesitaba para sentirse menos sola.

Al casarse en un matrimonio arreglado por el casamentero de la comunidad, Feldman siguió escondiendo libros, ahora en otra casa. Su marido lo sabía y lo toleraba, pero cuando le contó a su madre (la suegra de Feldman) la situación se volvió más complicada.

A diferencia de lo que sucede en Poco ortodoxa, Feldman se fue del barrio de la comunidad junto a su esposo, en 2006. Ese fue el primer paso para cambiar de vida poco a poco. Hay una secuencia catártica en la miniserie en la cual Esty explota en la habitación junto a su marido, Yanky, y le vomita todas las emociones y dolores que se ha estado guardando desde hace un año. Es una escena de liberación que deja sin aliento al espectador. Feldman jamás tuvo ese momento sagrado con quien fue su esposo, pero, según la propia autora, fue muy conmovedor para ella ver ese diálogo entre los personajes.

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De alguna manera, la ficción es una oportunidad única para vivenciar experiencias que no atravesamos. Sea en forma de ensayo para un futuro o de sanación con un pasado que sigue cicatrizando. Luego de ser madre, a los 19 años, Feldman decidió estudiar. “Sabía que había más en la vida”, dice en el relato crudo de su libro. Empezó a tomar clases por primera vez (porque en la comunidad Satmar las mujeres no van a la universidad ni estudian luego de una secundaria, que no incluye ciencias ni matemáticas) en el Sarah Lawrence College. Una maestra la hizo trabajar en sus memorias y la impulsó a que a través de su historia hiciera Historia. De hacer oír su voz para que otras personas también se animen a alzarla.

Deborah Feldman se animó a irse de la comunidad jasídica gracias a que descubrió la escritura y, en particular, por el apoyo de sus compañeros de clase, quienes le insistieron para que se liberara también del mandato de un matrimonio arreglado. Le preguntó a una de sus nuevas amigas si la respaldaría cuando se animara a escapar por completo de las normas religiosas. “No tengo a nadie”, le dijo. Su amiga le hizo la promesa de no dejarla sola y la cumplió. “Me fui en base a esa promesa”, relató Feldman en 2012, cuando salió publicado su libro.

Deborah Feldman hace un cameo en la serie basada en su historia
Deborah Feldman hace un cameo en la serie basada en su historia

Su divorcio llegó luego de tener un accidente automovilístico que casi le cuesta la vida. Su marido no arreglaba mecánicamente su auto dejando a Dios la decisión de lo que pudiera pasar. Cuando salió del hospital enfrentó a su esposo y le dijo que ya no volverían a estar juntos. Al separarse, su ex marido también tuvo que abandonar la comunidad porque no hay espacio para personas divorciadas.

A los 25 años, Deborah Feldman publicó sus memorias UnOrthodox: el escandaloso rechazo de mis raíces jasídicas, y las amenazas de parte de familiares pertenecientes a la comunidad jasídica no tardaron en llegar. Recibió e-mails de odio que la alentaban a suicidarse. “Definitivamente vamos a alegrarnos de tu miseria", expresaba un correo. Más allá de perder toda clase de vínculo con quien fuera su familia, Feldman encontró en la publicación de sus memorias una protección. Una póliza de seguro.

Hoy en día vive en Berlín y ya sacó su segundo libro, Exodus (2014, Plume). Celebra su cuerpo y curvas usando vestidos cortos luego de más de 20 años ocultando sus piernas, y disfruta visitando restaurantes porque en el pasado no se le permitía hacerlo. Pequeñas libertades que pueden sonar banales, pero son recordatorios de la libertad ganada tras abandonar una comunidad opresiva y reaccionaria donde ella no era dueña de su voz ni de su cuerpo.

Judíos ultraortodoxos y laicos unidos por la ficción

Una de las particularidades más interesantes de Unorthodox es que expone el conflicto civil de Israel entre judíos ultraortodoxos y seculares (no religiosos) a través del diálogo entre dos personajes: Yael (Tamar Amit-Joseph) y Esty. Haciendo un poco de historia política y social, desde la fundación del Estado de Israel, en 1948, existe un enfrentamiento entre jasídicos y laicos. ¿Por qué? Porque en Israel la Ley Religiosa se impone a toda la ciudadanía.

Aunque sean judíos seculares o incluso no judíos (árabes o palestinos) todos tienen que responder ante la corte rabínica. Para casarse, divorciarse o concesionar la venta de comida, uno tiene que pedir permiso a esa corte. El conflicto se profundizó cuando, a partir de 2016, el gobierno israelí les permite a las escuelas ortodoxas excluir materias como matemáticas y biología. Los judíos seculares piden separación de Iglesia y Estado. Reclaman tener un Estado laico donde la religión no intervenga en el dictado de las leyes.

La miniserie refleja esta tensión cruzando las diferentes miradas de una chica israelí laica que vive en Berlín y Esty, criada bajo una educación ultraortodoxa. Esty llega a Berlín y no comprende la vida moderna, por qué una persona judía nadaría en un lago que conecta con una mansión donde los nazis mataron a judíos en 1942.

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“Mis abuelos perdieron a su familia en los campos (de concentración)”, le dice furiosa Esty a Yael cuando esta hace chistes sobre sacarse fotos en el monumento a los judíos asesinados en Europa, de Peter Eisenman. “También la mitad de Israel. Pero preferimos defender el presente que afligirnos por el pasado”, le responde mientras viajan en un auto hasta la playa.

La miniserie habla todo el tiempo de la relación entre pasado y presente, incluso desde su estructura narrativa. Esty pisa el suelo que contiene los traumas de su comunidad jasídica, y de algún modo su visión de la historia se encuentra detenida en la Segunda Guerra Mundial. Como si la Europa que camina en 2020 fuera la misma donde los nazis asesinaron a 6 millones de judíos. Unorthodox propone una convivencia amable entre los pensamientos tan opuestos, incluso una posible amistad entre las dos jóvenes con educación tan distinta. Lo que no puede la realidad, lo consigue la ficción.

La represión homosexual en la comunidad jasídica

Cuando Esty se reencuentra con su madre, Leah (Alex Reid), descubre que tiene una pareja mujer, Malka (Ronit Asheri). Son nombres inventados, pero es curioso que en el documental estadounidense Trembling Before G-d (dirigido en 2001 por Sandi Simcha DuBowski) una de las parejas de lesbianas retratadas se llaman igual. ¿Es un homenaje a las dos mujeres reales que, con mucho miedo y dolor, se animaron a vivir una relación a pesar de que eso implique enfrentarse a sus familias?

Escena del documental "Trembling Before G-d "(dirigido en 2001 por Sandi Simcha DuBowski)
Escena del documental "Trembling Before G-d "(dirigido en 2001 por Sandi Simcha DuBowski)

Trembling Before G-d es una valiosa película que expone distintas historias de judíos seculares y ultraortodoxos que son gays y son rechazados por su comunidad. El director entrevista a varios jóvenes jasídicos gays y a rabinos que se respaldan en la Torá para justificar la idea de que la homosexualidad está prohibida para Dios. Sin embargo, entre tanto pensamiento conservador, aparece el primer rabino abiertamente homosexual: Steve Greenberg, quien espera que la comunidad ortodoxa encuentre otras maneras de leer la Torá. “No es posible que la Torá pida a alguien hacer algo que no puede hacer” dice al hablar en contra de la idea de una única forma de sexualidad, la heterosexual. De que te obligue a ser alguien que no sos. Greenberg discute con rabinos conservadores para plantear que ya es momento de desarmar la arcaica visión de familia tradicional.

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En complemento con Trembling Before G-d es interesante ver One of Us, producido por Netflix. Dirigido por Heidi Ewing y Rachel Grady (las directoras de la película sobre un singular campamento cristiano para niños, Jesus Camp) en 2017, el film narra la historia de tres neoyorquinos que decidieron abandonar su comunidad satmar, metiéndose en un grupo de apoyo para ex jasídicos llamado Footsteps, al que Deborah Feldman visitó cuando publicó su libro.

“Diseñaron la comunidad para que no puedas sobrevivir en el mundo exterior. Dicen que los que se van siempre regresan, o terminan presos o en rehabilitación”, cuenta uno de ellos. “Wikipedia fue un regalo de Dios. Ahora puedo saber cómo funcionan todas las cosas”, relata otro con entusiasmo. La historia más luminosa es la de Luzer Twersky, quien así como Deborah Feldman descubrió la existencia de otro mundo en la literatura, él la halló en el cine.

Alquilaba películas en el videoclub y las veía en secreto adentro de su auto. “Mi entusiasmo por el mundo laico está basado en las películas”, explica. Y fue así que se animó, con mucho temor, a cambiar de vida y transformarse en actor. Las estadísticas muestran que menos del 2% de los judíos jasídicos deja la comunidad. Otras de las voces del documental es la de Etty: una mujer que a los 27 años, y con siete hijos, decidió escapar de un marido violento. El film muestra su lucha por no perder la tenencia de sus hijos, sufriendo por el hecho de que su propia madre y hermanos declaran en su contra por dejar de pertenecer a la comunidad. ¿Cómo seguir adelante después de semejante desilusión? Etty, como la madre de Esty en Unorthodox, también se enamoró de una mujer, con quien convive feliz en la actualidad, mientras sigue peleando por el bienestar de sus niños.

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One of Us muestra el costado más oscuro de la comunidad Satmar, pero en oposición a este retrato está la serie Israelí Shtisel (2013-2016), una ficción de culto que revela el lado más humano de un grupo de judíos ultraortodoxos que pertenecen a una comunidad jasídica en Jerusalem.

Los personajes principales de "Shtisel", una serie que muestra el día a día de una comunidad ortodoxa en Jerusalem y las dificultades humanas para cumplir con ciertos preceptos
Los personajes principales de "Shtisel", una serie que muestra el día a día de una comunidad ortodoxa en Jerusalem y las dificultades humanas para cumplir con ciertos preceptos

Las dos temporadas que hicieron famosa a la actriz Shira Haas (en su papel de Ruchama Weiss) narran las dificultades que tiene cada uno, incluso el rabino con mayor autoridad de la comunidad, para respetar al pie de la letra las más de 600 leyes religiosas. Creada por Ori Elon y Yehonatan Indursky, los 24 capítulos de 45 minutos se meten en la cabeza de sus personajes buscando que el espectador se ponga en su lugar a pesar de tener una vida tan lejana.

En definitiva, eso es la ficción: el mejor antídoto contra los prejuicios y la ignorancia. Poco ortodoxa consiguió que muchísima gente que conocía poco y nada sobre los rituales de la comunidad jasídica, y que tal vez piensa que no hay diferencias entre judíos ultraortodoxos y seculares, se empape de historia y costumbres que unen generaciones.

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Una obra hablada en yiddish se volvió popular en la plataforma de streaming más famosa, abriendo un mundo desconocido a los espectadores, como Deborah Feldman descubrió al leer Mujercitas. Nadie es ajeno a la búsqueda de voz propia, y Unorthodox intenta contagiar la necesidad de ir tras ella. Ojalá genere muchas Estys, porque ese es el deseo de Deborah Feldman y las creadoras de la miniserie.