Colombia sería el país de Suramérica con mayor crecimiento económico al cierre de 2022, según el Banco Mundial

Colombia crecerá 7,1 % al cierre de 2022, mientras que para el 2023 se proyecta un crecimiento económico de 2,1 %

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La economía colombiana se recuperó tras la pandemia del covid-19. FOTO: ARCHIVO PARTICULAR
La economía colombiana se recuperó tras la pandemia del covid-19. FOTO: ARCHIVO PARTICULAR

Este martes se conoció el informe “Nuevos Enfoques para Cerrar la Brecha Fiscal” del Banco Mundial en el que la entidad indicó las proyecciones de crecimiento económico de los países de América Latina y el Caribe.

En lo que corresponde a Colombia, el BM proyectó que crecerá 7,1 %, lo que lo ubica como el quinto país de esta región con el indicador más alto. De igual forma, de Suramérica, es el país con mayor proyección de crecimiento.

De acuerdo con la publicación, el que más crecerá es Guayana (57,8 %), seguido por Barbados (10,5 %), Bahamas (8 %) y Santa Lucía (7,9 %). Así las cosas, el crecimiento de Colombia estaría por encima de Uruguay (4,8 %), Argentina (4,2 %), Costa Rica (3,3 %), Brasil (2,5 %), Ecuador (2,8 %), Perú (2,7 %), El Salvador (2,4 %), Chile (1,8 %) y México (1,8 %).

Otro dato arrojado por el BM es que Colombia crecerá 2,1% en 2023 y 2,8 % en 2024.

En el informe, la entidad explicó que la región América Latina y el Caribe recuperó cierta normalidad con un crecimiento previsto de 3 % este año en un contexto de alta inflación que podría perdurar.

En abril el Banco Mundial auguró un crecimiento de 2,3 % en 2022 que eleva ahora al 3 %, debido en parte al aumento de los precios de las materias primas por la guerra en Ucrania que beneficia a los exportadores.

En la mayoría de los países, el producto interno bruto (PIB) y el empleo recuperaron los niveles prepandémicos de 2019, pero las tasas de crecimiento previstas podrían describirse como “resilientemente mediocres”, señala el Banco Mundial en sus perspectivas de crecimiento para la región publicadas este martes.

“El crecimiento es mediocre, digamos lo que es, pero vale la pena destacar los avances que hemos hecho como región”, declaró a la agencia AFP el economista jefe para la zona, William Maloney, quien cita que la inflación en la mayoría de los países no esté por encima de la media de 6% (salvo casos como Argentina donde alcanza casi el 80% interanual), mucha menos deuda en moneda extranjera que hace 20 años aunque la deuda general aumentó, y más reservas en los bancos centrales.

A ponerse las pilas

A pesar de las mejoras, hay vientos en contra. El impacto de la guerra en Ucrania es desigual, pero inferior al acusado en otras regiones, señaló el BM.

El banco rebajó, sin embargo, la previsión de crecimiento para 2023: del 2,2 % al 1,6 % debido a las tasas de interés más altas, un crecimiento más lento en el G7 y en China, y una esperada caída de los precios de las materias primas.

El problema más grave a largo plazo es que “a cinco años creceremos alrededor del 2,5 %”, es decir aproximadamente lo mismo que en la década de 2000-2010, ejemplificó Maloney.

Para fomentar el crecimiento es esencial “ponerse las pilas”, mejorar la educación, formar mano de obra calificada, impulsar la productividad, innovar y adoptar nuevas tecnologías, describió el funcionario.

El invitado no deseado en la región es la inflación y no se sabe cuánto durará, afirma el BM, que destaca que en la mayoría de los países se sitúa por debajo del índice registrado en los socios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Las autoridades monetarias de la región “hacen un buen trabajo con la inflación, me parece manejable”, estimó Maloney, a quien le preocupa más la deuda, que aumentó en promedio diez puntos porcentuales. “Eso sí es grave”, dice.

El BM estima que los países latinoamericanos podrían mejorar la recaudación del impuesto sobre la renta, dado que en la mayoría de los países solo el 20 % de los ciudadanos paga el tributo de las personas físicas (en Estados Unidos es el 80 %).

El banco considera además que en vez de subir los impuestos a los más ricos, que son los que más invierten, los gobiernos deberían esmerarse en optimizar el gasto.

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