La razón de la enemistad de Álvaro Uribe Vélez y el ministro de Defensa designado, Iván Velásquez

El expresidente Uribe y el exmagistrado Iván Velásquez estuvieron frente a frente en 2019 ante la Corte Suprema de Justicia en un proceso por injuria y calumnia

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Desde 1999 suman varias contradicciones políticas.  Foto: Verdad Abierta
Desde 1999 suman varias contradicciones políticas. Foto: Verdad Abierta

La enemistad comenzó cuando Iván Velásquez fue director Regional de Fiscalías en Medellín entre 1997 y 99. Desde ese momento hizo un avance en las investigaciones con los grupos de autodefensas y halló alrededor de 40 empresas vinculadas a estas organizaciones.

Para el siguiente año, una vez terminado su ejercicio como director, se vinculó a la Corte Suprema de Justicia como magistrado auxiliar desde 2000. Sin embargo, el punto álgido empezó durante el gobierno de la seguridad democrática de Uribe. A partir de 2006 fue coordinador de la Comisión de Apoyo Investigativo de la Sala Penal, destapando el conocido escándalo de la parapolítica.

Este escándalo terminó en la captura de más de un centenar de funcionarios, 50 de ellos congresistas. Y según el último reporte de la Corte Suprema de Justicia, se condenó a 137 congresistas y de éstos, el Consejo de Estado les declaró la muerte política a 80 legisladores. Sin embargo, el asunto no terminó ahí, pues la mancha del Gobierno de Uribe se extendió cuando uno de sus familiares se vio involucrado.

Mario de Jesús Uribe Escobar, quien es primo segundo del exsenador, también estuvo involucrado en el caso y fue condenado a siete años y medio de prisión, pero solo estuvo un año y cumplió el tiempo con prisión domiciliaria.

Según el tribunal, el exsenador, quien presidió el Congreso de Colombia entre 2001 y 2002, “hizo pactos con la organización armada al margen de la ley” Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), lo que “permite demostrar la comisión del delito de concierto para delinquir”, según reza la sentencia.

En el momento del proceso, el líder paramilitar Salvatore Mancuso, quien actualmente se encuentra recluido en Estados Unidos y está solicitando la deportación a Colombia, afirmó que el político recibió respaldo de su grupo armado. Otro exparamilitar aseguró que Mario Uribe no sólo recibió apoyo político, sino que aprovechó su proximidad con las bandas ultraderechistas para comprar tierras a precios bajos.

Según la revista Semana, en 2007 alias Tasmania denunció desde la cárcel que un magistrado, Iván Velásquez, le había ofrecido beneficios judiciales a cambio de enlodar al presidente de la República, es decir, a Uribe.

La confrontación tensionante que se vivió durante el proceso en la Corte Suprema de Justicia y que arremetió contra los funcionarios del Gobierno y Mario Uribe, subió la temperatura cuando el testimonio de Tasmania vitalizó el conflicto.

“El uribismo siempre le ha dado credibilidad a Tasmania, mientras que el antiuribismo considera que se trataba de un complot para enlodar a la Corte Suprema. La tensión entre ambos bandos subió y se descubrió el escándalo de las chuzadas, en el que se probó que el DAS espiaba a los magistrados, entre ellos Iván Velásquez”.

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Y desde 1999 hasta la fecha, las diferencias entre estos personajes de la vida nacional seguirán empapando la prensa nacional mientras el hoy líder narcotraficante Salvatore Mancuso desea regresar al país.

Ahora la tensión está en las redes sociales, en especial Twitter. Desde allí, el Centro Democrático ha manifestado su posición frente a la designación de Velásquez. Por ejemplo, la senadora Paloma Valencia declaró que “se asoman no solo las orejas, sino los dientes del lobo. El disfraz de oveja se cayó”. Agregó que “el nombramiento de un enemigo acérrimo del partido y del jefe del partido de oposición como ministro de Defensa no es solo un desafío; es una amenaza”.

También, el nuevo ministro de Defensa, ha mostrado sus desacuerdos con Álvaro Uribe con tuits no directos pero que lo relacionan. Por ejemplo, “No existe hoy Fiscalía que lo investigue, pero es evidente que Gabriel Jaimes pretendió favorecer a Uribe omitiendo, desfigurando y malinterpretando dolosamente la prueba, lo que configura el delito de prevaricato por acción”.

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