Álvaro Uribe asegura que el Acuerdo de Escazú “crea altos riesgos de inseguridad jurídica”

El político de derecha afirmó que Colombia ya cuenta con los mecanismos necesarios para proteger la vida de los líderes medioambientales, por lo que no considera necesario el pacto internacional

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En la imagen, el expresidente colombiano Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo
En la imagen, el expresidente colombiano Álvaro Uribe, líder del Centro Democrático. EFE/Mauricio Dueñas Castañeda/Archivo

Apoyando la posición que dejaron clara los congresistas de su partido, Centro Democrático, el expresidente Álvaro Uribe hizo un pronunciamiento en el que rechaza la vinculación del país al Acuerdo de Escazú. El político de derecha asegura que Colombia ya cuenta con los mecanismos necesarios para proteger la vida de los líderes medioambientales, por lo que no considera necesario el pacto internacional. Por el contrario, según Uribe, este traería problemas porque “crea altos riesgos de inseguridad jurídica”.

El expresidente señala que si Colombia se une a Escazú perderá su autonomía para aprobar proyectos medioambientales, pues la decisión de permitirlos o no dejará de depender de instancias nacionales. Asegura que en ese caso serian el Sistema Interamericano el que emita conceptos definitivos, lo que en palabras de Uribe, implica una “cesión de soberanía” y acarrearía atrasos.

“Nada de lo que esté vinculado al Sistema Interamericano puede excluirse de que a sus instancias lleguen las decisiones nacionales. Escazú incluye la posibilidad de que los países creen órganos subsidiarios. Además, el tratamiento de derecho humano al derecho ambiental, que no se discute, refuerza el acceso a la justicia internacional”, sostiene Uribe en una cara publicad este 27 de julio.

Hay que recordar que el Acuerdo de Escazú es un pacto que establece garantías sobre el acceso a la información y a la justicia en asuntos ambientales en Latinoamérica. Sus disposiciones incluyen perspectiva de género, gobierno abierto y criterios de prioridad en su aplicación para personas en condición de vulnerabilidad. También tiene un apartado para la protección de defensores del medio ambiente y líderes sociales.

Aunque las principales organizaciones medioambientales del país aseguran que es urgente que Colombia se una al Acuerdo de Escazú, la mayoría de sectores de derecha se ha opuesto. Incluso, cabe anotar que durante el cuatrienio del presidente Iván Duque se ha intentado radicar el proyecto en varias oportunidades, pero nunca se lograba completar el debate.

Hasta ayer (26 de julio), y como una de las primeras acciones del nuevo Congreso, que se posesionó el pasado 20 de julio, se logró aprobar Escazú en el Senado con 74 votos a favor y 22 en contra. Los únicos partidos que se opusieron fueron Cambio Radical y el Centro Democrático.

Uribe, en apoyo a su partido, sostiene que Escazú traerá más problemas. A lo expuesto anteriormente agregó que “la ideología” del acuerdo internacional “obstaculiza la producción de bienes y servicios”. De hecho, dice que esto es un tema político y económico y no medioambiental.

“Colombia tuvo que retirarse del Pacto de Bogotá y de la Corte Internacional. De esta última para no arriesgar el territorio insular de San Andrés. Y ahora con Escazú empezamos a entrar nuevamente. El tema no es el medio ambiente que a todos nos compromete, el tema es la ideología que arriesga el bienestar general”, dice Uribe.

Esta es la declaración completa de Uribe sobre Escazú:

Escazú: repetición de derechos ambientales y peligrosa Cesión de Soberanía

Los derechos ambientales, además de su consagración en nuestra Constitución, la tutela los ha protegido conectándolos a derechos fundamentales. El país tiene instituciones claras en materia de información, participación y acceso a la justicia en materias ambientales.

El problema de Escazú es la Cesión de Soberanía que crea altos riesgos de inseguridad jurídica.

Imaginemos un proyecto piscícola en el Tolima, debidamente autorizado por las autoridades ambientales y de concesiones de aguas, con Escazú queda expuesto a que el Sistema Interamericano obligue a revocarlo. También cabría la hipótesis de que obligara desembalsar a Hidroltuango.

Nada de lo que esté vinculado al Sistema Interamericano puede excluirse de que a sus instancias lleguen las decisiones nacionales. Escazú incluye la posibilidad de que los países creen órganos subsidiarios. Además, el tratamiento de derecho humano al derecho ambiental, que no se discute, refuerza el acceso a la justicia internacional.

El derecho a vivir en un ambiente sano se vulnera cuando la ideología obstaculiza la producción de bienes y servicios.

Colombia tuvo que retirarse del Pacto de Bogotá y de la Corte Internacional. De esta última para no arriesgar el territorio insular de San Andrés. Y ahora con Escazú empezamos a entrar nuevamente.

El tema no es el medio ambiente que a todos nos compromete, el tema es la ideología que arriesga el bienestar general.

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