Caso Odebrecht: Corte Suprema revisará condena contra José Elías Melo

La defensa de Melo, expresidente de Corficolombiana y exdirectivo del Grupo Aval, interpuso un recurso de casación ante el alto tribunal

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José Elías Melo Acosta, expresidente de Corficolombiana y ex directivo del Grupo Aval.
José Elías Melo Acosta, expresidente de Corficolombiana y ex directivo del Grupo Aval.

La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia admitió para su estudio la demanda de casación presentada por la defensa del expresidente de Corficolombiana y exdirectivo del Grupo Aval José Elías Melo, condenado a once años y siete meses de prisión por su responsabilidad en el escándalo de Odebrecht, caso de corrupción en el que el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, junto con 10 países más de América Latina, encontró que la constructora brasileña hizo pagos millonarios en calidad de sobornos para quedarse con concesiones en esta región y otros paíse de otras partes del mundo.

Según reveló Semana, el despacho del magistrado Hugo Quintero Bernate consideró que el recurso extraordinario de casación presentado por la defensa de Melo cumple todos los requisitos. En la petición se pide revisar el proceso penal que finalizó en abril de 2019 con la sentencia a Melo Acosta por los delitos de interés indebido en la celebración de contratos; y cohecho por dar u ofrecer.

“Siendo socios –en referencia a Melo y los representantes de Odebrecht, hablaron y planearon cómo llevar a feliz término el propósito común que los unía y así, en una perfecta distribución de funciones, empezaron las conexiones de compra de la moralidad pública a través del ya condenado Gabriel García Morales”, señaló el juez 14 de conocimiento de Bogotá en la lectura del fallo.

El medio también dice que tras evaluar las pruebas documentales y testimoniales concluyó que, “no puede pasar inadvertido que no se trataba de una suma dineraria que pudiera haber sido catalogada como una limosna o un diezmo, era una suma considerable, eran 6.5 millones de dólares (…) Hizo las gestiones pertinentes para el rembolso a través de la cesión de contrato, el cual es inexistente o ficticio o irreal, solamente fue el vehículo documental para recuperar la coima como estaba acostumbrado, en toda su estructura corrupta incluso ofrecía a los buenos funcionarios contratos de asesoramiento internacional o vinculación para que accedieran a contratos”.

Es de anotar que en octubre de 2020, la Sala Penal del Tribunal Superior de Bogotá, tras resolver el recurso de apelación, dejó en firme el fallo en contra de Melo. Meses antes, el expresidente de Corficolombiana manifestó que se sentía como un “chivo expiatorio”, asegurando que personas realmente vinculadas con todo este escándalo estaban tranquilas. “El único –perdón por la expresión– pendejo clavado en este tema soy yo”.

Melo dice que jamás recibió sobornos, pero...

Como se recordará, Melo se encuentra actualmente privado de su libertad en centro carcelario y ha manifestado en diferentes oportunidades que jamás actuó de forma indebida ni recibió sobornos para beneficiar a la empresa brasileña Odebrecht con contratos de infraestructura vial en el norte de Colombia.

Sin embargo, precisa también Semana, en los fallos de primera y segunda instancia se concluyó que Melo fue parte fundamental en el movimiento de los 6,5 millones de dólares que envió la multinacional para que se le entregaran contratos como la Ruta del Sol II. El importante proyecto fue entregado en 2009 por el Instituto Nacional de Concesiones al consorcio conformado por Odebrecht y Episol –filial de Corficolombina- en Colombia.

Los testigos, entre los que resaltaron los exdirectivos de Odebrecht en Colombia, Luiz Ignacio Bueno, Luiz Mameri y Luiz Da Rocha Soares, indicaron que Melo fue el hombre clave para mover los sobornos y lograr sus cometidos. En dos encuentros celebrados en un apartamento en el norte de Bogotá y en una oficina privada, Melo señaló la necesidad de mover las coimas para que se aprobaran las pretensiones de la multinacional.

Además, que gran parte de este dinero fue direccionado al entonces director del INCO, Gabriel Ignacio García Morales, quien a su vez puso sobre la mesa la necesidad de mover influencias en el Congreso de la República con el fin de evitar cualquier tipo de debate de control a este millonario contrato.

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