Denuncian irregularidades en el censo de víctimas de la avalancha de Dosquebradas

Después de más de un mes de esta tragedia, el panorama es confuso para los damnificados

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El proceso de reparación es lento en la zona de incidencia de la avalancha en Përeira 
REUTERS/Martín Galleg
El proceso de reparación es lento en la zona de incidencia de la avalancha en Përeira REUTERS/Martín Galleg

Las familias damnificadas por el alud que arrasó con parte del barrio La Esneda, en el municipio de Dosquebradas en Risaralda, han denunciado que la realización del censo de damnificados hasta el momento, ha tenido grandes errores, pues el proceso de reubicación se ha ralentizado y además de esto, hay nombres de víctimas que no aparecen en los registros emitidos por las autoridades locales.

W Radio estableció contacto con María Idalí Quintero Uribe, una de las damnificadas por la avalancha y sobreviviente de la misma, la mujer señaló que las listas suministradas por la alcaldía de Pereira, no presentan los datos reales respecto al censo, pues explica que ella vive hace varios años en el sector, razón por la cual conoce a sus vecinos y sabe quiénes fueron los que perdieron la vida, aseguró que las personas que perecieron en el lugar, no aparecen en el censo realizado y hay sobrevivientes que no están en las listas de beneficiarios.

Quintero explicó que, tras conocer el listado de beneficiarios, tan solo cinco damnificados aparecen, a su vez, señala qué de los 16 fallecidos, hay nombres que no se encuentran en la lista final. Es importante resaltar qué la fuerza de esta avalancha destruyó seis viviendas, mientras que 64 tuvieron que ser evacuadas por el inminente riesgo en que se encontraban a las orillas del Río Otún, en zona limítrofe con Pereira.

Por otro lado, otra de las víctimas quien no se identificó, le asegura a W Radio, que hay delicadas irregularidades respecto a las personas que se han presentado para ser beneficiadas por las entidades gubernamentales, pues muchas aparecieron de la nada y no hacían parte de la comunidad damnificada, tomando provecho de la coyuntura y afirmando que vivían en este lugar. De igual forma, la mujer denunció, que habitantes que efectivamente residían en la zona, no alcanzaron a ser censados, teniendo en cuenta que algunos se encontraban aun siendo atendidos en centros médicos o acompañando al resto de las víctimas en los procesos de sepelio.

En medio de la tragedia y según los testimonios establecidos, algunas personas que necesitaban ser asistidas con alimentos, no lograron recibir ninguna ayuda, pues la situación las obligaba a primar sus diligencias funerarias y hospitalarias, razón por la cual arribaron de manera tardía el lugar, mientras que otras personas se acercaron al sitio para obtener estos beneficios, sin ni siquiera ser conocidos en la zona, las víctimas le habrían pedido al DIGER, que hiciera público el listado de beneficiarios, pues las dudas sobre quiénes recibieron las ayudas continúa.

De igual manera, se han realizado solicitudes a las autoridades, para la realización de una nueva caracterización demográfica que permita esclarecer la situación de manera pormenorizada, esto con el fin de evidenciar de manera real, los datos tanto de víctimas como de damnificados.

La tragedia

Corrían las primeras horas del martes 8 de febrero, sobre las 6 de la mañana, un fuerte estruendo alertó a los habitantes del barrio La Esneda en el municipio de Dosquebradas, jurisdicción colindante con Pereira. El desprendimiento de una porción de la montaña al margen del Río Otún arrasó con varias casas de este sector y provocó un fuerte represamiento del caudal de dicha arteria fluvial. Fue tanta la fuerza de este deslizamiento, que el alud cruzó de lado a lado el río, pues era lo único que lo se paraba de las casas. Fueron casi 40 heridos y 16 muertos los que dejó está emergencia provocada por la naturaleza, además de las familias que tuvieron que ser evacuadas por el riesgo que corrían en el sector.

Tanto concejales como comunidad, señalaron que este hecho había podido evitarse, pues la reubicación era necesaria desde hace varios años, teniendo cuenta que, esta es la tercera vez que se produce una crisis de esta índole, en esta zona del departamento de Risaralda. Por su parte, algunas familias han protestado, pues señalan que evitan la reubicación, teniendo en cuenta que, en muchas ocasiones les toca sacar de su bolsillo para el proceso completo, además de esto, los lugares de reasentamiento se encuentran en la periferia de la ciudad, situación que precariza su calidad de vida.

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