Esta es la historia de los Caparros y por qué no se habrían acabado como asegura el Gobierno

Una nueva estructura o miembros de la organización activos podrían revivir la violencia del grupo armado.

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El ministro de Defensa, Diego Molano, junto a la cúpula de las Fuerzas Armadas y de Policía, afirmó que la banda criminal conocida como Los Caparros había llegado a su fin, lo que sería una buena noticia para los habitantes del Bajo Cauca, pero el anuncio conserva dudas respecto al fin de la violencia o los actores armados en ese territorio del departamento de Antioquia.

Molano se permitió anunciar ese resultado militar después de la captura de alias Yeison, que era considerado el segundo cabecilla y autor del secuestro de ocho jóvenes; y la muerte en combate de ‘Flechas’ quien había asumido la comandancia criminal después de ‘Caín’.

Los principales dirigentes de la organización armada conocida como Los Caparros o Caparrapos, que perseguía el Ejército Nacional en la Operación Aquiles, habían caído. Sin embargo, algunos miembros continúan vivos y activos en la delincuencia, mientras que otros actores podrían estar preparados para reemplazar la golpeada organización criminal y mantener activa la violencia en el Bajo Cauca antioqueño.

El cartel de Los Caparros que tenía la Fuerza Pública y fue exhibido con el anuncio de su fin, mostraba que alias Caín o Pilatos, alias Flechas y alias El negro Romaña fueron neutralizados; mientras que los alias Chatarra, Pipe Gordo, Evangélico, Héctor, Falcao y Yeison fueron capturados.

Sin embargo, tras la muerte de alias ‘Flechas’ se mostró un nuevo organigrama en el que no se definió la situación de alias Rango o Juan Carlos, presunto cabecilla armado, ni de alias John Perico, encargado de las finanzas del narcotráfico de la organización y que quedó en libertad después de ser capturado en 2017. De acuerdo con el diario El Espectador, alias Chatarra y Pipe Gordo, seguirían delinquiendo desde sus centros de reclusión.

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“Hoy se acaba el terror para los líderes sociales de los municipios de Cáceres y Tarazá en Antioquia. Este grupo y sus cabecillas fueron los responsables de masacres y todo tipo de acciones criminales que no asecharán más a esa región del país. Hoy familias enteras podrán regresar a su tierra”, afirmó el ministro de Defensa Molano.

Pese al anuncio, líderes sociales del Bajo Cauca consideran que el ministro se equivoca. Señalan que mientras los cabecillas caen, hay otros miembros de organizaciones criminales que esperan ascender y crear un nuevo grupo en reemplazo del abatido.

El analista del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, Ariel Ávila, aseguró a Infobae Colombia que “los criminales no se acaban” y en el evidente debilitamiento de Los Caparrapos podrían verse otras dinámicas del conflicto en el Bajo Cauca. Si bien el Clan del Golfo podría tomar el control total del territorio, los reductos activos podrían fortalecerse nuevamente.

“Ellos están muy debilitados y vienen siendo muy debilitados por el Clan del Golfo, que aún no se sabe cuál va a ser el fututo del Bajo Cauca. Lo que sí es claro es: 1. El Clan del Golfo tiene casi un control hegemónico, 2. Los Caparrapos están muy debilitados, 3. Las Fuerzas Militares combaten muy bien a los Caparrapos, pero no al Clan del Golfo”, puntualizó Ávila.

Así mismo, Los Caparros, que se separó hace tres años como disidencia del Clan del Golfo, según explicó el mismo ministro de Defensa, sostenía un sangriento combate con esa organización comandada por alias Otoniel, por el control territorial. Otra organización que podría mantener viva la violencia sin el enemigo local.

“Con la salida de los grandes capos (del paramilitarismo), que los extraditaron, Los Caparros hicieron parte del Clan del Golfo, sin embargo a finales entre 2017, 2018, entraron en guerra. Esa guerra ha desangrado al Bajo Cauca -descuartizamientos, empalamientos, decapitamientos, de lo peor- y el Clan del Golfo ha venido ganando esa guerra”, explicó el analista Ávila.

Incluso, el director de la Policía Nacional, general Jorge Luis Vargas, señaló junto al ministro Molano que una persona llamada ‘Franco’ continuaba en la zona, la cual esperaban, según dijo, se entregara a las autoridades tras los golpes militares.

Óscar Yesid Zapata, defensor de derechos humanos de Antioquia, le dijo al diario El Espectador que la situación de Los Caparros solo va a una reorganización interna de mando, o a una ventaja militar de las AGC u otros grupos que hacen presencia en el departamento, para ocupar su lugar en el Bajo Cauca.

La historia del grupo criminal

Los Caparrapos habrían sido creados por Virgilio Peralta Arenas, alias Víctor Caparrapo, quien conformó un grupo paramilitar a mediados de 1996 con ese nombre. Vicente Castaño los adoptó en el Bloque Mineros a cargo de Cuco Vanoy hasta su disolución a inicios de los años 2000 en el proceso de desmovilización de las AUC.

En el 2008, dos años después del final del proceso de desmovilización de las AUC y aún durante el mandato presidencial de Álvaro Uribe Vélez, distintas bandas criminales organizadas, integradas por exparas que habían dejado las armas, volvieron a aparecer por la pugna del Bajo Cauca. Entre ellas estaban los Paisas Caparrapos, Rastrojos, Águilas negras y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, también conocidas como Clan del Golfo, Clan Úsuga y los Urabeños.

En el 2011, un año después de que alias Víctor Caparrapo fuera dado de baja por el Ejército Nacional, los Paisas Caparrapos se unieron al Clan del Golfo, que, a su vez, acordaron el control del sur de Córdoba y el Bajo Cauca antioqueño con los Rastrojos. Lo que hizo el Clan del Golfo fue repartir varios frentes o franquicias armados en el territorio. Así operaron hasta 2016, cuando, tras los Acuerdos de Paz firmados entre el Gobierno nacional y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), comenzaron las rupturas internas de la estructura armada.

Fue hasta 2017 cuando Caín y los Paisas Caparrapos se desligaron del Clan del Golfo para apoderarse de la minería ilegal y el negocio del narcotráfico. Crecieron rápidamente, se aliaron con disidencias de las Farc y el ELN y sostuvieron una guerra con las AGC. Desde hace más de un año el Ejército emprendió la arremetida militar en la Operación Aquiles y dio de baja a Caín en noviembre de 2020 y a Flechas hace unas semanas.

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