Estudio asegura que aplicar Auditorias de Seguridad Vial reduciría las cifras de accidentalidad en Colombia

Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, en 2019 se registraron 6.892 muertes por accidentes de tránsito.

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Las Auditorías de Seguridad Vial (ASV) son conocidas como los métodos y protocolos rigurosos con fines eminentemente preventivos, que permiten verificar el cumplimiento de todos los aspectos involucrados en la seguridad de las vías. De acuerdo con un estudio de la Universidad Nacional de Colombia-UNAL, estos mecanismos contribuirían a reducir las altas cifras de accidentalidad en Colombia.

La universidad recoge que dicha estrategia nació en el Reino Unido a finales de la década de los 80, mismo año en que se registró una reducción de la accidentalidad de un 30 %, denotando efectividad y abriendo una puerta para que se empezara a replicar en otros países como Australia, Dinamarca, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, España, Alemania, Chile y México.

Fáver Eliécer Vera Chila, magíster en Ingeniería Civil de la UNAL Sede Manizales, mostró la importancia de aplicar las ASV. En su tesis “Análisis comparativo de guías metodológicas aplicadas para auditorías de seguridad vial en otros países: métodos y estado de la aplicación de auditorías de seguridad vial en carreteras colombianas”, plantea las razones y la necesidad de que el Gobierno nacional y los gobiernos locales se coordinen para poner en marcha esta estrategia.

La institución recoge lo planteado por el último estudio de Forensis: datos para la vida, publicación del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, que detalla datos como que en 2019 se registraron 6.892 muertes por accidentes de tránsito, frente a 6.879 de 2018.

Además, recoge que la cifra de fallecidos sigue siendo alta, registrando un total de 13,8 fallecidos por cada 100.000 habitantes, teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS), señala que desde 12,5 se considera como un problema de salud pública.

“Esto sin hablar del número de lesionados, que es seis veces más alto. En 2018 se registraron 39.537, y 36.832 en 2019, una reducción del 6 % pero que sigue mostrando cifras críticas. El estudio se realiza desde 2004, y 2017 fue el año de las cifras más altas con 41.772 lesionados y 7.159 muertes”, agrega la universidad.

Policía de tránsito realiza prueba de alcoholemia. Foto: Twitter Policía de Tránsito de Bogotá (@TransitoBta)
Policía de tránsito realiza prueba de alcoholemia. Foto: Twitter Policía de Tránsito de Bogotá (@TransitoBta)

A su vez, la institución educativa señala que de acuerdo con la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible (Andemos), “la demanda de vehículos en Colombia ha venido en aumento, a la par con una mejor movilidad gracias a nuevos proyectos de infraestructura vial; sin embargo esto no se traduce en menor accidentalidad”.

Cómo influyen las ASV en la reducción de las cifras

De acuerdo con el estudio de la UNAL, la aplicación de las ASV ha demostrado que la accidentalidad disminuye, “como lo reportó la Administración Federal de Carreteras de Estados Unidos, al registrar una reducción del 20 al 40 % en siniestros en 300 sitios referenciados”.

Vera asegura que “las ASV no se han implementado estrictamente, pues cada autoridad tiene autonomía para aplicarlas”, esto pese a que en el país se adoptó “el Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020 de la ONU, por medio del cual Colombia creó la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV)”.

Dicha entidad se encarga de coordinar a los organismos y entidades públicas y privadas comprometidas con la seguridad vial e implementa el plan de acción de la seguridad vial, para lo cual contempla la aplicación de cinco pilares para su correcto funcionamiento, que la universidad recoge en su informe y que relatamos a continuación:

-El primero consiste en la gestión de la seguridad vial: asumir los principales acuerdos, convenciones o convenios de la ONU sobre este aspecto. Se promueve la creación de instrumentos regionales, crear alianzas y designar organismos que elaboren planes y metas basados en recolección de datos.

-El segundo se traduce en vías de tránsito y movilidad más seguras: acuerdos de infraestructura vial, evaluación de infraestructura y mejoramiento de la seguridad, lo que beneficia especialmente a peatones, ciclistas y motociclistas, los más afectados en accidentalidad.

-El tercero se refiere a vehículos más seguros, que incluyen tecnología que brinde parámetros de seguridad pasiva y activa de estos y que armonice con las normas mundiales, sistemas de información e incentivos para usar nuevas tecnologías.

-En el cuarto se ubican los usuarios de vías de tránsito más seguros con programas que eduquen y sensibilicen, como por ejemplo aumentar el uso del cinturón y casco, reducir hechos por ingesta de licor, velocidad y otros factores de riesgo. Debe ir de la mano con el monitoreo de leyes y su ejecución.

-El quinto pilar aborda la respuesta tras los accidentes: establecer tiempos de respuesta ante accidentes de manera más oportuna, con mejoras al sistema de salud para atender de manera efectiva y rápida.

De acuerdo con el informe de de la UNAL, en el país las ASV aún no son una política pública, ya que para que funcionen, se necesita que su implementación sea de “carácter obligatorio en todas las entidades del Estado a cargo de la infraestructura vial”, lo cual también debería implicar que se adopten guías metodológicas de manera uniforme para garantizar su éxito.

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