Con mesa técnica esperan determinar el destino de los hipopótamos de Pablo Escobar

La castración de estos animales es una de las soluciones que más suena para evitar la propagación de esta especie invasora en Colombia. Sin embargo, aun quien insiste en que es mejor sacrificarlos o exportarlos.

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Estos animales, aunque parecen inofensivos, explican biólogos, son invasores en le país y son un peligro para la vida humana y el habitát.
Estos animales, aunque parecen inofensivos, explican biólogos, son invasores en le país y son un peligro para la vida humana y el habitát.

La presencia de alrededor de 70 hipopótamos en la hacienda Nápoles y el Magdalena Medio ha generado polémicas entre ambientalistas y entidades estatales que buscan que hacer con esos animales que, según explicó el biólogo David Echeverri, coordinador de Bosques de Cornare, para una entrevista en Blu Radio, no son especies benefactoras para el ecosistema. El sacrificio de estos animales, y la castración de los mismos, han sido dos de las posibles soluciones que se han planteado sobre la reproducción de los hipopótamos en territorio nacional, sin embargo, se informó, en la mañana de este miércoles 10 de febrero, que se creo una mesa técnica para definir, en última instancia, el destino de esa especie en el país.

Las autoridades ambientales, entre las que se encuentra el Ministerio de Ambiente, entidades científicas, corporaciones autónomas, el Instituto Humboldt y las varias universidades, diseñaron mesas técnicas interinstitucionales para dialogar el tema que estaría poniendo en riesgo el hábitat de otras especies autóctonas, o que incluso pongan en peligro la vida de las personas que transitan la zona o que trabajan de la pesca en las cercanías del actual paradero de los hipopótamos.

“Pero también para garantizar que estos ejemplares no sean sacrificados, sino que realmente se hayan realizado un diagnóstico científico, técnico, y obviamente buscar alternativas que permitan mantener el equilibrio ecológico del ecosistema en el río Magdalena”, dijo Edwin Toro de Corpoboyacá, quien busca priorizar no solo la vida de los seres originarios, sino también la de los huéspedes que llegaron a Colombia gracias a las acciones del capo colombiano, Pablo Escobar.

Para el momento se estudia la castración de estos animales. Sin embargo, algunos funcionarios pensaron, incluso, en sacrificarlos.
Para el momento se estudia la castración de estos animales. Sin embargo, algunos funcionarios pensaron, incluso, en sacrificarlos.

Justamente, hace uno días, según divulgó Blu Radio en una entrevista con David Echeverri, se estaba incluso pensando en solicitarle ayuda a los Estados Unidos para adquirir un medicamento llamado GonaCon, que le permitiría a médicos veterinarios castrar a estos animales para evitar que se sigan reproduciendo pues, según cálculos de la corporación ambiental Cornare, de no controlar su reproducción, para 2030 Colombia habrá pasado de tener 70 ejemplares a tener 150, es decir, un acumulado de 15 nacimientos de estos animales por año.

Según lo explicó el Echeverri, el medicamento del que habla se trata de “una especie de vacuna que se utiliza para generar la inmunocastración en animales silvestres que solo la produce el Gobierno de Estados Unidos, lo que buscamos que nos la pueda producir asumiendo los gastos o no la pueden regalar (...) en nuestro país los hipopótamos son una especie invasora, ya que la mayoría se encuentra en África”.

Los hipopótamos llegaron a Colombia, según explicaciones de Noticias RCN, entre 1982 y 1984 cuando Pablo Escobar, en medio de su afición por los animales salvajes, decidió traer un macho y tres hembras de esa especie, de manera ilegal. Luego de la muerte de Escobar, a causa de un extenso operativo policial, los animales quedaron a su suerte y se generó la problemática que vive el país a causa de ello.

Los métodos que no involucran el sacrificio de los animales son los más caros, según explicó en Blu Radio Óscar Jairo Orozco, director de la Hacienda Nápoles, “para castrar con captura incluida, el costo más alto unos 200 millones de pesos, pero promedio, por cada uno, cerca de 120 millones de pesos (...) en cambio la eutanasia cuesta un millón de pesos”, destacó el hombre que, además, resaltó que la responsabilidad de estos animales recae directamente sobre el Ministerio del Medio Ambiente.