Cuál es la predisposición genética que influye en la inmunidad ante la aparición de variantes del coronavirus

Un hallazgo científico publicado en la revista científica PeerJ. dio detalles de la evolución del coronavirus. Qué puede implicar para el futuro en el control de la pandemia

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Hasta el momento se han reportado más de 662 millones de casos de personas con COVID desde el inicio de la pandemia/Archivo
Hasta el momento se han reportado más de 662 millones de casos de personas con COVID desde el inicio de la pandemia/Archivo

El COVID afecta con cuadros leves y moderados a la mayoría de los pacientes. Pero hay una minoría que sufre complicaciones y puede morir. Ya se han reportado más de 6,7 millones de fallecimientos por la infección en el mundo desde el inicio de la pandemia.

Aún se investiga cuáles son los factores que predisponen a las personas a padecer cuadros graves. Un equipo de científicos descubrió cómo la predisposición genética a la inmunidad interactúa ante la emergencia de nuevas variantes del coronavirus. Publicaron el trabajo en la revista especializada PeerJ.

La variante Delta del coronavirus predominó entre mayo y noviembre de 2021 en todo el mundo. Luego fue reemplazada por la variante Ómicron, que aún sigue afectando a todas las personas que se contagian el virus. Se descubrió que las mutaciones proteínicas de la variante Delta reducían significativamente el efecto de la inmunidad humoral adquirida tras la infección o por la vacunación previa.

Científicos encontraron que las mutaciones de la variante Delta reducían significativamente el efecto de la inmunidad humoral adquirida tras la infección o por la vacunación previa/Archivo
Científicos encontraron que las mutaciones de la variante Delta reducían significativamente el efecto de la inmunidad humoral adquirida tras la infección o por la vacunación previa/Archivo

La inmunidad adquirida frente a las infecciones procede en gran medida de los linfocitos T, que son células del sistema inmune que detectan antígenos extraños tras la infección. Para que se desencadene la respuesta inmune, actúan los receptores de células T (o TCR), unos receptores especiales de la superficie de los linfocitos.

Los receptores de células T son responsables del reconocimiento de patógenos. Pueden “recordar” antígenos específicos encontrados previamente y montar una respuesta inmune más rápida la próxima vez, protegiendo así al cuerpo contra la reinfección con el mismo virus.

También se sabe que las moléculas de antígenos leucocitarios humanos de clase I (HLA-I) ayudan a los receptores de células T a reconocer patógenos. Las moléculas HLA-I se unen a las moléculas patógenas y las presentan en la superficie de la célula infectada, donde pueden ser reconocidas por los receptores de células T.

El conjunto de genes HLA-I de cada persona es único. Esta es la razón principal por la que las infecciones virales afectan a las personas con distintos grados de gravedad. En particular, el genotipo HLA-I individual determina la predisposición a formas graves de COVID.

Cada persona tiene un genotipo HLA-I que determina la predisposición a formas graves de COVID/Archivo
Cada persona tiene un genotipo HLA-I que determina la predisposición a formas graves de COVID/Archivo

Hasta ahora, sin embargo, sólo se habían estudiado los genotipos de los pacientes en las distintas olas de la pandemia. Desde entonces, tanto el virus como la susceptibilidad de las personas han cambiado significativamente.

Los investigadores, que trabajan en la Universidad Nacional de Investigación “Escuela Superior de Economía” en Rusia, compararon los genotipos HLA-I de los pacientes con COVID en la primera y tercera ola de la pandemia. Se analizaron los genomas de pacientes afectados por la infección. Incluyeron los datos de 147 pacientes que tuvieron el virus entre mayo y agosto de 2020 y otros 219 pacientes afectados entre junio y julio de 2021.

Los investigadores realizaron la tipificación HLA mediante secuenciación de nueva generación (NGS) que identifica las formas variantes de los genes en un individuo concreto. Luego, compararon la frecuencia de aparición de los alelos entre los grupos de pacientes.

Encontraron la mitad de pacientes con el alelo HLA-A*01:01 en la tercera ola que en la primera. Otras variantes de los genes HLA-I eran igualmente frecuentes en ambos grupos. Anteriormente, se creía que el alelo HLA-A*01:01 se asociaba a un mayor riesgo de infección y de evolución grave de la COVID-19. Pero ahora los investigadores sugieren que este alelo podría ser más beneficioso de lo que se pensaba.

Se encontró que el alelo HLA-A*01:01 podría ser más beneficioso de lo que se pensaba ante la infección por el coronavirus/Archivo
Se encontró que el alelo HLA-A*01:01 podría ser más beneficioso de lo que se pensaba ante la infección por el coronavirus/Archivo

El hecho de que se presente con mucha menos frecuencia entre los pacientes de la tercera oleada puede indicar que los portadores de este alelo han desarrollado una inmunidad robusta de células T frente al COVID.

El HLA-A*01:01 se une principalmente a péptidos que se originan en la región ORF1ab del genoma del coronavirus. El ORF1ab se considera un péptido conservador. Significa que ORF1ab es una parte del genoma que resulta menos susceptible a las mutaciones que otras regiones. Presumiblemente, los sistemas inmunes de los portadores de HLA-A*01:01 han aprendido a detectar al coronavirus a pesar de las mutaciones.

“Anteriormente, demostramos que los portadores de HLA-A*01:01 tienen un mayor riesgo de padecer COVID-19 grave. Sin embargo, una proporción significativa de pacientes, incluidos los portadores de HLA-A*01:01, presentan una forma leve o incluso asintomática de COVID-19″, explicó el jefe del Laboratorio de Investigación de Mecanismos Moleculares de la Longevidad del HSE, Maxim Shkurnikov.

“La razón por la que encontramos una disminución en el número de portadores de este alelo entre los pacientes de la tercera ola puede ser que un gran número de estos pacientes ya habían sido infectados en ese momento y habían formado una fuerte inmunidad de células T, lo que les permitió evitar la hospitalización esta vez”, comentó.

Los resultados del estudio podrían servir para el desarrollo de vacunas contra el COVID que estén dirigidas a la región genómica ORF1ab/Archivo
Los resultados del estudio podrían servir para el desarrollo de vacunas contra el COVID que estén dirigidas a la región genómica ORF1ab/Archivo

Además, las llamadas células T de memoria predominan en los antiguos pacientes de COVID con el alelo HLA-A*01:01. Esas células almacenan información sobre una infección durante mucho tiempo después de haberla eliminado, lo que les permite montar una respuesta inmune rápida en caso de reexposición.

Los resultados del estudio sugieren que los sistemas inmunes de los personas portadoras del alelo HLA-A*01:01 tienden a ser más eficaces a la hora de recordar y reconocer el COVID-19, independientemente de sus mutaciones.

Eso confirma la posibilidad de una predisposición genética al COVID grave. Estos hallazgos también pueden informar sobre el desarrollo de futuras vacunas que estén dirigidas a la región genómica ORF1ab, sostuvieron los investigadores. Mientras tanto, se recomienda acceder a las vacunas hoy disponibles ya que son efectivas y seguras para reducir el riesgo de desarrollar cuadros graves.

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