Los restos del cohete chino Long March 5B impactaron en el Océano Índico

La nave viajaba sin control a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora

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Foto de archivo del Long March 5B, cohete chino con una masa estimada de unas 20 toneladas (Getty Images)
Foto de archivo del Long March 5B, cohete chino con una masa estimada de unas 20 toneladas (Getty Images)

Los restos del cohete chino Long March 5B cayeron a las 16:50 GMT de este sábado en el océano Índico después de que despegara el pasado 24 de julio de la isla de Hainan con el objetivo de transportar un módulo a la estación espacial orbital china, la “Tiangong”.

Según informó a EFE Jorge Lomba, jefe del departamento de Espacio del Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial (CDTI) español, este cohete chino ha impactado sobre el Océano Índico tras una reentrada no controlada en la atmósfera, donde lo más seguro es que se haya “desintegrado”.

El cohete chino en pleno armado
El cohete chino en pleno armado

Así lo aseguró Lomba, quien advirtió que este tipo de reentradas en la atmósfera de cohetes en Estados Unidos y Europa se hacen de manera “controlada”, por lo que se conoce, en el caso de que no se desintegre, dónde cae.

El Long March 5B, con una masa estimada de unas 20 toneladas, viajaba sin control a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora.

La última predicción para el reingreso del cuerpo del cohete #CZ5B según los expertos
La última predicción para el reingreso del cuerpo del cohete #CZ5B según los expertos

No es la primera vez que una nave china está vigilada por la comunidad internacional.

En mayo del año pasado también fue un cohete Long March 5B el que alertó a los servicios de vigilancia de todo el mundo. Terminó desintegrándose casi en su totalidad y los restos cayendo en el océano Índico, sin causar daños.

Tres años antes, en abril de 2018, el laboratorio orbital Tiangong 1, que estaba en desuso desde 2016 y que vagaba sin control por el espacio, también fue monitorizado. Este reentró en la atmósfera terrestre sobre el océano Pacífico sur, también sin causar daños.

El cohete Long March-5B Y3, que transporta el módulo de laboratorio Wentian para la estación espacial china en construcción, despega del sitio de lanzamiento de naves espaciales de Wenchang en la provincia de Hainan, China, el 24 de julio de 2022 (China Daily vía REUTERS)
El cohete Long March-5B Y3, que transporta el módulo de laboratorio Wentian para la estación espacial china en construcción, despega del sitio de lanzamiento de naves espaciales de Wenchang en la provincia de Hainan, China, el 24 de julio de 2022 (China Daily vía REUTERS)

“Hay formas, y así ocurre la mayoría de las veces, de efectuar reingresos controlados en la atmósfera de partes de cohetes que se envían al espacio y, en su caso en el océano, pero hay que guardar mucho combustible para ello, lo que supone una gran inversión”, detalló Lomba.

La polémica por la basura espacial

En el año 2020 casi 20 toneladas de chatarra espacial ingresaron a la atmósfera de forma descontrolada, sobrevolando Los Ángeles y Nueva York, antes de caer al fondo del Atlántico Norte. En 2021 una de las mayores piezas de basura espacial que ha caído de forma descontrolada en la historia impactó contra el Océano Índico.

En marzo de este año, un cohete que vagaba por el espacio se estrelló contra la Luna y abrió el debate. El episodio permite estudiar la física de los impactos pero a su vez impulsa la polémica sobre los desperdicios en el espacio.

Con información de EFE

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