Quién fue Nelson Flores, pieza clave del narco entre los Mara Salvatrucha y la Mafia Mexicana en Tijuana

El ascenso de luchas internas y nuevas alianzas criminales marcó una era de incertidumbre en la zona fronteriza

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Nelson Flores, alias 'Mula', consolidó
Nelson Flores, alias 'Mula', consolidó alianzas entre la MS13, la eMe y cárteles mexicanos para traficar drogas en Estados Unidos. (Fiscalía de EEUU/Especial)

Nelson Alexander Flores Pacheco, alias “Mula”, fue el vínculo entre Centroamérica, México y Estados Unidos, por lo que fue fundamental en el desarrollo de alianzas, conflictos y crímenes desde la década de 1990 hasta su más reciente detención en EEUU.

Proveniente de una familia afectada por la violencia —la muerte de dos hermanas y una madre herida en un ataque—, abandonó el país en 1987 para instalarse en Reno, Nevada.

Allí, tras integrarse en la MS13 en Los Ángeles y unirse a la clica Park View Locos, comenzó a forjar su identidad criminal. A los 22 años cometió delitos graves: en 1993 fue arrestado por asalto a un taxista en Nevada y, dos años después, por participar en un tiroteo, hechos que le valieron cinco años de cárcel y su primera deportación a El Salvador.

La trayectoria criminal de Flores
La trayectoria criminal de Flores comenzó tras emigrar desde El Salvador a Nevada y vincularse con la MS13 en Los Ángeles. (California Department of Corrections and Rehabilitation)

El origen de un criminal

Tras su repatriación, Flores reingresó a Estados Unidos de forma ilegal a través de Tijuana y se trasladó a Columbus, Ohio, ciudad donde consolidó su figura criminal, de acuerdo con García. Allí, junto a un homeboy apodado “Checa”, fundó en los años 2000 la primera clica de la MS13 en Ohio, la Columbus Criminals Locos.

“No había clica. Éramos tres, nos chocamos tres y precisamente me fui a hallar uno de los viejos de ahí, le decían Mula”, recordó Checa, según testimonios recogidos por Insight Crime.

Flores alternaba empleos legales con actividades ilícitas gracias a documentos falsos y enviaba parte de las ganancias a Centroamérica. Su doble identidad quedó al descubierto tras una detención en 2004 por un accidente de tráfico menor, que desencadenó cargos de reingreso ilegal y una condena de 71 meses en prisiones federales en Englewood, Colorado, y Big Sandy, Kentucky.

Flores fundó junto a ‘Checa’
Flores fundó junto a ‘Checa’ la primera clica de la MS13 en Ohio, consolidando su control del crimen en la región. (California Department of Corrections and Rehabilitation)

Mula y un miembro de la eMe

El tiempo en el sistema penitenciario estadounidense marcó un punto de inflexión en la carrera criminal de Flores. En Big Sandy estableció una relación cercana con José Landa Rodríguez, alias “Fox”, destacado miembro de la eMe.

Esta conexión favoreció su aceptación como interlocutor entre los “sureños” y la Mexican Mafia, y le abrió las puertas para gestionar el trasiego de drogas entre México y Estados Unidos, así como para asentarse en Tijuana con el apoyo de la organización, como relató García.

En enero de 2011, tras ser deportado de Estados Unidos a El Salvador, Flores salió nuevamente del país gracias al apoyo de una colaboradora de la eMe en San Diego y pronto llegó a Tijuana, ciudad estratégica para el narcotráfico.

En México fue recibido por Robert Ruiz, alias “Peanut Butter”, y otros miembros de la eMe. Según un funcionario estadounidense citado por García, Flores trabajó como sicario para los Caballeros Templarios, para luego ampliar sus alianzas con otros cárteles, incluidos los de Sinaloa, encargándose del traslado de metanfetamina a varias ciudades estadounidenses.

El vínculo de Flores con
El vínculo de Flores con la Mafia Mexicana facilitó el traslado de metanfetamina desde México a varias ciudades de Estados Unidos. (California Department of Corrections and Rehabilitation)

El Mula y MS-13

El liderazgo de Flores entre la comunidad de la MS13 en Tijuana se distinguió por su enfoque estratégico: estableció que la pandilla no podía vender drogas en las calles ni robar en el área, al no ser Tijuana una plaza de la MS13.

Apostó por inversiones legales —especialmente en tiendas Tecate Six—, facilitó empleo y refugio a “homies” y fue reconocido por su capacidad de apoyo, según documentó García.

La logística criminal de Flores abarcaba el uso de tiendas, taxis y el envío de metanfetamina en peluches a estados como Oklahoma y Arkansas. Parte de los beneficios eran enviados a El Salvador para contribuir al sostenimiento de la Ranfla Nacional, máxima autoridad de la MS13 en ese país.

No obstante, la relación entre Flores y la dirigencia salvadoreña se tensó cuando la Ranfla Nacional intentó someter a la clica de Tijuana bajo el Programa México, una propuesta que Flores rechazó rotundamente para mantener su lealtad a la eMe y la neutralidad entre pandillas en Tijuana. Según Yako, colaborador próximo, “la Ranfla enmudeció” ante su negativa.

El distanciamiento de Flores respecto al liderazgo salvadoreño avivó celos y desacuerdos dentro de la MS13 en Tijuana. La percepción de que sus negocios y vínculos con la eMe y el narcotráfico superaban los intereses del “barrio” provocó disputas, destacando su enfrentamiento con Juan Ramón Cendejas Aguirre, alias “Morro”, que derivó en episodios violentos, atentados y un enfrentamiento a tiros entre pandilleros. El conflicto persistió hasta el asesinato de Cendejas en diciembre de 2022, de acuerdo con el relato recogido por García.

El avance de Flores y sus actividades criminales llamó la atención del FBI a partir de intervenciones telefónicas. Así, fue detenido por primera vez en marzo de 2018 en Tijuana, acusado de conspiración para delinquir en Ohio.

Flores fue pieza clave en
Flores fue pieza clave en la logística del narco, utilizando negocios legales y taxis para ocultar el tráfico de drogas y enviar ganancias a El Salvador. (PNC de El Salvador)

La caída de Mula

Sin embargo, apenas 11 días después, Flores fue deportado a El Salvador en medio de sospechas de corrupción, y en mayo de 2018 la Interpol emitió una nota roja para su captura.

En noviembre de 2018, Flores regresó a Tijuana, donde reanudó sus operaciones y alimentó su antagonismo con los líderes del Programa México, quienes, según documentos confidenciales citados por García, lo habrían delatado ante autoridades mexicanas, provocando represalias que en su mayor parte no llegaron a concretarse.

Finalmente, Flores fue capturado nuevamente en mayo de 2020 en Tijuana y transferido discretamente al FBI en Estados Unidos. Alegó culpabilidad en los cargos por conspiración en Ohio y fue sentenciado en junio de 2021 a cinco años en la prisión de Florence, Colorado.

Tenía prevista su liberación para septiembre de 2024, pero enfrenta nuevos cargos en California por distribución e importación ilegal de metanfetamina.

La ausencia definitiva de “Mula” ha generado incertidumbre y desorientación entre los integrantes de la MS13 en la frontera, dejando un vacío no sólo en los negocios ilícitos, sino en la organización y el apoyo que antes brindaba, transformando el panorama del submundo pandillero en Tijuana, tal como constató Carlos Garcia.