Luis Fernando Camacho advirtió que Bolivia va camino a Venezuela con “falta de dólares, de combustible y alimentos”

La crisis económica que atraviesa Bolivia se agudizó en las últimas semanas ante la falta de combustible que ha puesto en emergencia a varios sectores y ha provocado el incremento de precios de algunos productos y servicios.

En una carta enviada a sus seguidores este fin de semana, el líder opositor Luis Fernando Camacho advirtió que el país está entrando a una situación similar a la de Venezuela. “Ya vimos a donde nos ha llevado el socialismo, vamos a una crisis similar a la venezolana con falta de dólares, de combustible y lo que es peor es la falta de alimentos”, sostuvo.

La afirmación del gobernador de Santa Cruz, que está recluido con detención preventiva en la cárcel de Chonchocoro (El Alto) desde finales de 2022, se da luego de que el sector productivo advirtiera que las campañas de siembra y cosecha están en riesgo ante la imposibilidad de operar la maquinaria agrícola. “Sin diésel no hay comida en 2025″, alertó el vicepresidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente, Klaus Frerking.

Bolivia atraviesa desde hace varios meses un incremento sostenido en los precios de la canasta básica que se agudizaron en las últimas semanas debido a un bloqueo de caminos durante 23 días realizado por los seguidores de Evo Morales que dejó paralizada a una parte del país. Durante la protesta, se vieron camiones de fruta y verdura que tiraban su producción perdida en la vera del camino.

Adicionalmente, la falta de carburantes ha provocado el alza en los precios de algunos productos y servicios. Por ejemplo, en La Paz y Santa Cruz, choferes del transporte público subieron deliberadamente el precio del pasaje en un 50% y justifican la medida por la escasez de diésel y el incremento general del costo de vida.

En el mensaje a los miembros de su agrupación política, Camacho propone “la libertad como principio fundamental de una sociedad basada en el libre mercado” para resolver la crisis económica y dice que se debe empezar por “desmontar el estatismo centralista que impide las libertades económicas”.

Luego de varios años de bonanza y crecimiento económico, desde el primer trimestre de 2023 que el país sudamericano enfrenta una creciente escasez de dólares ante debacle de su industria petrolera, lo que ha provocado surgimiento de un mercado paralelo de divisas y limitaciones en las transacciones bancarias. De igual forma, la falta de la moneda extranjera, ha dificultado la importación de combustibles que el Estado subsidia y que representa uno de sus mayores gastos públicos.

Según datos oficiales, Bolivia necesita comprar el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que necesita para abastecer su mercado interno. Sin embargo, la Asociación de Surtidores de Combustible reveló la semana pasada que el suministro es cada vez menor y que reciben menos de la mitad de gasolina que recibían normalmente.

El presidente Luis Arce atribuye la crisis a la mala gestión en la política de hidrocarburos del Gobierno de Evo Morales (2006-2019), de la que fue ministro de Economía, que desaprovechó el auge de la industria y no tuvo proyectos exitosos de exploración de nuevos campos petroleros ni diversificó los ingresos del país.

En las últimas semanas, durante y después de los bloqueos del evismo, se observaron filas interminables de vehículos para cargar diésel y gasolina con conductores que incluso esperan toda la noche para no perder su turno. El domingo, Arce dijo que tiene un plan y que en diez días, a partir del miércoles, el suministro de combustibles estará normalizado.