La votación de la ley del “Marco Temporal” en Brasil fue una derrota para los indígenas y para el gobierno de Lula

La norma promovida por el sector del agronegocio modifica el sistema de delimitación de las tierras. De aprobarse en el Senado, los pueblos originarios tendrán que cumplir requisitos para tener derechos sobre ellas

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Un indígena de la tribu Mura participa en el campamento Terra Livre (Tierra Libre), un campamento de protesta para exigir la demarcación de tierras y defender los derechos culturales, en Brasilia, Brasil. 26 de abril, 2023. (REUTERS/Ueslei Marcelino/Archivo)
Un indígena de la tribu Mura participa en el campamento Terra Livre (Tierra Libre), un campamento de protesta para exigir la demarcación de tierras y defender los derechos culturales, en Brasilia, Brasil. 26 de abril, 2023. (REUTERS/Ueslei Marcelino/Archivo)

El martes por la noche, con 283 votos a favor, 155 en contra y una abstención, la Cámara de Diputados de Brasil votó el “Marco Temporal”. Se trata no sólo de una derrota para los 900.000 indígenas de Brasil, sino también de la primera gran derrota del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que ha hecho del medio ambiente y de los derechos de los pueblos originarios su caballo de batalla electoral, hasta el punto de haber creado un ministerio especial, dirigido por Sonia Guajajara. Por si fuera poco, la votación de anoche de la Medida Provisional sobre los Ministerios también corre el riesgo de convertirse en un boomerang para el gobierno de Lula.

El Presidente ha tenido que plegarse a las demandas de la Cámara de Diputados y otorgar más cargos y fondos para evitar la anulación de la Medida Provisional 1154/2023, que trata de la reestructuración de los órganos de la Presidencia de la República y de los Ministerios, firmada por Lula el primer día de su toma de posesión, el 1 de enero, que amplía los ministerios de 23 a 37. Según el diario Estado de São Paulo, Lula ha entregado en las últimas horas 1.700 millones de reales, unos 337 millones de dólares, a los parlamentarios a cambio del voto con el que sacrificó de hecho a los dos ministerios más simbólicos de su Gobierno, los de Medio Ambiente y de los Pueblos Indígenas, privados ahora de algunos órganos esenciales de control.

En cuanto al “Marco Temporal” es una ley que modifica el sistema de delimitación de las tierras indígenas del país y que ha sido promovida por el sector del agronegocio. Si la ley se aprobara también en el Senado, los pueblos indígenas que no puedan demostrar que vivían físicamente en sus tierras el 5 de octubre de 1988, día en que se promulgó la Constitución brasileña, dejarán de tener derechos sobre ellas. Muchos corren ahora el riesgo de ser desalojados de sus territorios y muchos otros, ya privados de sus tierras en el pasado, podrían no regresar jamás. Se trata de un intento más de arrebatar tierras indígenas para favorecer el agronegocio y la minería.

El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (derecha) junto al líder indígena Raoni Metuktire, luego de su juramentación, en Brasilia, el 1 de enero de 2023. (AP Foto/Eraldo Peres, Archivo)
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva (derecha) junto al líder indígena Raoni Metuktire, luego de su juramentación, en Brasilia, el 1 de enero de 2023. (AP Foto/Eraldo Peres, Archivo)

Además de la oposición, también votaron a favor partidos que conforman la base del Gobierno como el Partido Social Demócrata (PSD), el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y la Unión Brasil. El único del Partido Liberal, el PL de Bolsonaro que votó en contra fue Antonio Carlos Rodrigues. “Por respeto a mis orígenes indígenas no puedo votar contra mis ancestros”, dijo en el Parlamento.

Según el diario Estado de São Paulo, con la votación del “Marco Temporal”, la bancada ruralista quiso enviar un duro mensaje a Lula porque no digirió su viaje a China, el mayor comprador del agronegocio brasileño, “con João Pedro Stédile, líder del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra (MST). “Lula - escribió el Estado de São Paulo - a pesar de decir que quería acercarse al agronegocio, parece que quemó puentes en lugar de construirlos. Y la respuesta llegó con el voto del Marco Temporal”.

Tanto Marina Silva, ministra de Medio Ambiente, como Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas, expresaron su desacuerdo. Marina Silva reiteró su compromiso de “luchar y trabajar para garantizar los derechos constitucionales de todos los brasileños. El marco temporal es la imposición de una injusticia inaceptable contra los pueblos indígenas de Brasil”, afirmó. Guajajara calificó la ley de “grave atentado contra los pueblos indígenas y el medio ambiente” y afirmó que dialogará con el Senado. “Dialogaremos para evitar que se negocie nuestra vida a cambio de beneficios y destrucción. No nos rendiremos”, escribió en Twitter.

Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas (REUTERS/Amanda Perobelli)
Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas (REUTERS/Amanda Perobelli)

En las mismas horas, un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) destacaba la gravedad de la situación, que el “Marco Temporal” ciertamente acentúa. “Los peces de la Amazonia están contaminados por niveles de mercurio superiores al límite aceptable”, reza el informe de la Fiocruz. El mercurio es utilizado por los buscadores de oro en los ríos brasileños, en la Amazonia, que sólo los indios saben respetar por ser su Pachamama, su ‘madre tierra’.

Un tema muy querido por el Papa Francisco, que ayer habló por teléfono con el propio Lula. El presidente brasileño, al dar la noticia de la llamada en Twitter, anunció que tendrá una audiencia en el Vaticano dentro de unos meses y que había invitado al pontífice a Brasil. Además, Lula le agradeció sus gestos “en defensa de la democracia” en Brasil en los últimos años y felicitó a Francisco “por su compromiso con la defensa de la paz en Ucrania y la lucha contra la pobreza”.

De hecho, la votación del “Marco Temporal” marca la primera gran derrota de Lula en el Congreso en los frentes del medio ambiente y los derechos humanos, pero también una prueba significativa de la dificultad de su gobierno para obtener una mayoría en los principales temas de su agenda. Lula convocó ayer una reunión de urgencia con el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, el líder del Gobierno en la Cámara, José Guimarães, y el ministro de Relaciones Institucionales, Alexandre Padilha. El presidente brasileño también habló por teléfono con el presidente de la Cámara de Diputados, Arthur Lyra, del Partido de los Progresistas (PP) y, según el periodista Claudio Dantas, hizo un llamamiento para que la Cámara apruebe el texto de la Medida Provisional 1154/2023, que trata de la reestructuración de los órganos de la Presidencia de la República y de los Ministerios.

El problema es que el relator del texto, Isnaldo Bulhões, del MDB, ha hecho algunos cambios que han creado tensiones en el gobierno. De hecho, se vaciaron dos de los ministerios más simbólicos del gobierno de Lula, el de Medio Ambiente, dirigido por Marina Silva, y el de los Pueblos Indígenas, dirigido por Guajajara. Quitarles respectivamente la CAR, el Registro de Tierras Ambientales y Rurales y el control de la demarcación de tierras facilitará a los usurpadores de tierras robar tierras indígenas y registrarlas como propias. No es casualidad que el martes hubiera protestas de comunidades indígenas en muchos estados brasileños, incluso con enfrentamientos. Para que se votara la Medida Provisional de los Ministerios, como había dicho Padilha unas horas antes, Lula y su gobierno aceptaron las enmiendas de Bulhões.

Indígenas Guaraní Mbya protestan contra la llamada tesis legal del "Marco Temporal" mientras cierran la autopista Bandeirantes el martes en Sao Paulo (REUTERS/Amanda Perobelli)
Indígenas Guaraní Mbya protestan contra la llamada tesis legal del "Marco Temporal" mientras cierran la autopista Bandeirantes el martes en Sao Paulo (REUTERS/Amanda Perobelli)

Sin embargo, hace unos días, en una reunión con la prensa a la que no asistieron las dos ministras Silva y Guajajara, el ministro de la Casa Civil, Rui Costa, había declarado que el ejecutivo lucharía para que el CAR permaneciera bajo la gestión del Ministerio de Medio Ambiente y no pasara al Ministerio de Gestión e Innovación. Incluso Lula había declarado que haría todo lo posible para impedir esta transformación. Mientras tanto, según informa el sitio de noticias O Antagonista, el líder del gobierno en la cámara, José Guimarães, hablando a los parlamentarios, habría reconocido “los errores de articulación política del gobierno”.

De hecho, Lula está sometido a una presión cada vez mayor. Nunca antes un gobierno había tenido que hacer frente a tantas comisiones parlamentarias de investigación (CPI) en tan poco tiempo de mandato. En cinco meses se han abierto comisiones sobre el MST, los sucesos del 8 de Janeiro, la quiebra financiera de las tiendas Americanas y el escándalo de las apuestas deportivas. Además, diputados de la oposición siguen articulando para la CPI de Abuso de Autoridad, tras la casación del mandato del diputado Deltan Dallagnol (Podemos), ex fiscal de la Lava Jato.

Por último, en el frente amazónico, sigue abierto el enfrentamiento en el gobierno de Lula por la autorización de la explotación de la petrolera nacional Petrobras en la desembocadura del Amazonas. Tras las declaraciones de Lula que harían pensar que está a favor, el presidente del Instituto Brasileño de Recursos Naturales Renovables y Ambientales (IBAMA), Rodrigo Agostinho, hizo saber ayer que nadie de su instituto cederá a conceder la licencia ambiental en contra de todos los informes técnicos. Durante una audiencia pública en la Cámara de Diputados dijo que la legislación medioambiental es “clara” y que “conceder permisos sin apoyo técnico es un delito contra la administración medioambiental”.

La aprobación del “Marco Temporal”, además del aval de Lula al vaciamiento de los dos ministerios más simbólicos de su Gobierno, según los analistas corre el riesgo de repercutir en la imagen internacional del país y podría poner en peligro tanto la firma del acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que impone estrictas limitaciones medioambientales como el Fondo Amazónico, bloqueado por Bolsonaro y reactivado por Lula. Se trata de 5.400 millones de reales, unos 1.100 millones de dólares, para preservar la Amazonia donados por países como Alemania y Noruega.

A este escenario se suma la polémica por las recientes declaraciones de Lula sobre Maduro, víctima, según Lula, de una narrativa antidemocrática y autoritaria, y las críticas por la llegada a Brasil, también el martes, de una delegación de 20 militares chinos que forman parte de la Universidad Nacional de Defensa de China y que participarán en conferencias sobre los programas estratégicos del Ejército. Según el programa original encargado por Lula, los militares chinos también iban a asistir al primer seminario internacional sobre Doctrina Militar Terrestre del Ejército brasileño, organizado por el Comando de Operaciones Terrestres (COTER). Se trata de un seminario al que estaban invitados algunos países de la OTAN y Argentina, Chile, Japón y Corea del Sur. Finalmente, los chinos no asistieron, tras la llegada a Brasil de la Jefa del Mando Sur de las Fuerzas Armadas de EEUU, Laura Richardson, y del General William L. Thigpen, así como del Embajador Brian A. Nichols, Subsecretario para Asuntos del Hemisferio Occidental.

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