Una campaña busca que se dejen de usar burros y caballos para trasladar turistas a una de las principales atracciones de Ecuador

Quienes visitan la laguna de Quilotoa pueden descender y ascender por la empinada pendiente en el lomo de los animales

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La petición está dirigida al
La petición está dirigida al Ministerio de Turismo y suma más de 80.000 firmas.

La laguna de Quilotoa es uno de los sitios turísticos más importantes del Ecuador y uno de los destinos más populares ubicado en la provincia de Cotopaxi. El camino de acceso consiste en una escalada empinada que se realiza con burros y caballos, una opción que ofrecen los lugareños para que los turistas puedan llegar.

El Quilotoa es originalmente un volcán lleno de agua en su cráter de 3 kilómetros de ancho en su circunferencia, que formó allí un lago por el colapso del cráter volcánico tras una gran erupción hace unos 800 años. Desde entonces, la caldera del volcán ha acumulado un lago de 250 metros de profundidad, al que los minerales disueltos le han dado un color verde. En el fondo del lago hay fumarolas y una fuente termal en el lado este del volcán.

Además de disfrutar de la vista del lago verde esmeralda, se pueden realizar diferentes deportes como caminatas alrededor del volcán, navegar en kayak o mirar los venados, lobos, conejos, zorros y otras especies de la fauna silvestre. También hay hermosos paisajes para los aficionados a la fotografía.

Pero la opción de escalar a lomos de animales ha despertado cuestionamientos de grupos ecologistas y en las últimas horas se han vuelto virales los comentarios para eliminar el uso de burros y caballos utilizados para llegar al lago. Incluso hay una iniciativa que se está promocionando en la plataforma Charge.com y hasta la tarde de este miércoles ya cuenta con más de 80.000 firmas de adhesión para exigir a los lugareños la instalación de mecanismos alternativos que sustituyan a los animales en estas tareas.

La laguna de Quilotoa es una de las 15 lagunas volcánicas disponibles en el mundo y la segunda más bella, según la página web Twisted Sifter, solo superada por el lago del Cráter en el volcán Mazama en Oregón, Estados Unidos.

Para los ecologistas, que han planteado este reclamo, los aldeanos usan a sus caballos y burros para transportar a la gente al lago y de regreso en un desnivel largo, pronunciado, agotador, sin una posición adecuada. Incluso en la página de solicitud de formas de adhesión, se dice que es una forma de opresión y esclavitud.

Vista de la Laguna de
Vista de la Laguna de Quilotoa

Los animalistas recomiendan a los comuneros de Quilotoa utilizar otros métodos de movilización de los turistas como la instalación de cabinas impulsadas por poleas o tarabitas.

La tarabita es un primitivo sistema teleférico utilizado en ciertas regiones montañosas de los andes colombianos, venezolanos y ecuatorianos. Consiste en un asiento o una cesta que se sujeta a una cuerda a través de una polea y que utiliza la gravedad como propulsor. La longitud de una tarabita puede variar desde unos pocos metros hasta más de un kilómetro. Hace siglos fue un sustituto de los puentes para cruzar ríos y canales, pero hoy está a punto de desaparecer como medio de transporte, entre otras cosas, por su falta de seguridad. En los últimos años ha renacido su uso como atractivo turístico para mirar el panorama a una cierta altura y por el vértigo que provoca. Suele ser utilizado también para el transporte de cargas agrícolas en terrenos donde la topografía no permite la construcción de caminos.

Muchos defensores y activistas de los derechos de los animales se han sumado a la petición. Por ejemplo, el fotógrafo Roberto Valdez, conocido por su trabajo en áreas volcánicas y sitios naturales, dijo que “es hora de eliminar el uso de caballos y burros para subir y bajar personas en la laguna Quilotoa. No es por discriminar, pero he visto burros cargando personas con sobrepeso”.

Luis Espinosa Goded, profesor de economía de la Universidad San Francisco de Quito, criticó la iniciativa en los siguientes términos: “De un periodista yo esperaría que fuese al Quilotoa y les preguntase a las personas que viven de llevar turistas con estos burros cómo viven, cómo cuidan a los burros, qué harían si les prohíben su medio de vida… que preguntase a los turistas en burro qué les parece… Cuando visité el Quilotoa se fue la luz por casi un día completo. A mí lo que me dio lástima fueron las condiciones de vida de los habitantes del Quilotoa sin luz, que según me dijeron se iba habitualmente, no de sus burros”, dijo el académico.

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